Romans-sur-Isère, 25 noviembre. Foto Le Dauphiné libéré / Sarah.
Se están produciendo estallidos de inquietante violencia ensangrentada que enfrentan a inmigrantes y grupúsculos juveniles de ultra derecha, con un muerto convertido en símbolo de una crisis de fondo.
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El sábado día 18 de este mes de noviembre, un joven de 16 años, Thomas **, fue asesinado a cuchilladas, al final de una fiesta en Crépol (Drôme), un pequeño pueblo de 532 habitantes (2020), en el corazón geográfico de Francia.
Las primeras investigaciones y filtraciones policiales pusieron de manifiesto que alguno o algunos de los nueve detenidos y posibles asesinos eran hijos de inmigrantes, llegados de un pueblo vecino.
Gérald Darmanin, ministro del Interior, nieto, él mismo, de un inmigrante tunecino, pidió la máxima discreción a sus servicios, negándose facilitar la identidad completa de los miembros de una de las bandas cuya disputa terminó con un baño de sangre y un muerto.
Los padres del adolescente asesinado también pidieron a los partidos políticos que «evitasen» toda «recuperación política». Sin embargo, Marine Le Pen (extrema derecha) y Éric Zemmour (ultra derecha) contribuyeron a transformar el crimen en arma de guerra política, con declaraciones incendiarias sobre la inmigración.
Las exequias de Thomas **, el viernes pasado, en Saint-Donat-sur-l’Hergasse, otro pequeño pueblo cercano, fueron un modelo de recogimiento y solidaridad popular con la familia de la víctima. Sin embargo, un día más tarde, la noche del sábado pasado, varias decenas de militantes de ultra derecha, encapuchados, armados de garrotes, bastones y bates de béisbol, irrumpieron en varios pueblos próximos, comenzando por Romans-sur-Isère pidiendo «guerra» repitiendo a coro frases de este tipo: «¡Francia es nuestra!».
La marcha de los encapuchados de ultra derecha terminó en violencia y enfrentamientos con bandas «locales» integradas por jóvenes franceses de muy diverso origen. Un militante de extrema derecha fue sacado con violencia de su coche y apaleado.
La policía intervino con relativa rapidez. Una veintena de jóvenes, ultras y lugareños, fueron detenidos.
El crimen y violencias «locales» se han transformado en un un incendio político muy sintomático de varias crisis nacionales, muy profundas.
Sacha Houlié, antiguo militante socialista, diputado próximo a Emmanuel Macron, culpa de la crisis, en curso, a la «demagogia política» de la extrema derecha: «El partido de Marine Le Pen tiene una grave responsabilidad en la multiplicación de incidentes que perturban el orden público». Marine Tondelier, secretaria general Europa Ecología Los Verdes (EELV), hace un análisis muy semejante: «No es la primera vez que los simpatizantes de Le Pen salen a la calle que Francia les pertenece». Julien Aubert, vicepresidente de Los Republicanos (derecha tradicional, el partido de Nicolas Sarkozy), ha hecho esta advertencia: «Instrumentalizar el crimen para intentar avanzar algunas ideas puede ser muy peligroso para Francia». ABC, Estallido de violencia en Francia entre grupos de ultraderecha e hijos de inmigrantes.
Aparece en Francia una ultraderecha con posiciones más radicales que Marine Le Pen.
Creo haber sido el único periodista española que ha fotografiado la emergencia de este proceso:
Crece en Francia el movimiento “anti racaille” / “anti gentuza” … ultra derecha.
Terra piratea las fotos Quiñonero sobre los “anti gentuza” ultraderecha.
La extrema derecha de Le Pen, primer partido obrero de Francia 2.
Marine Le Pen presidenta … ¿Este fin de semana?
Retrato improvisado de Éric Zemmour, condenado por el delito de incitación al odio racial.
Francia, dos extremas derechas y un nuevo paisaje político nacional.
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