Salon des Entrepreneurs, 1 febrero 2017. Foto JPQ.
Marine Le Pen (55 años) espera conseguir que su partido, Agrupación Nacional (AN), heredero del Frente Nacional (FN), deje de ser calificado de extrema derecha, para romper definitivamente con las raíces neonazis del movimiento creado por su padre, Jean-Marie Le Pen (98 años), federador histórico de todas las extremas derechas francesas.
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Marine Le Pen y el nuevo presidente de AN, Jordan Bardella (28 años) consideran indispensable proseguir el proceso histórico de recentraje de su familia política, para poder seguir creciendo, en la perspectiva de las próximas elecciones europeas (2024), municipales (2026), presidenciales y legislativas (2027).
Con un 28 / 29 % de intenciones de voto, a la alza, ante las próximas elecciones europeas AN es hoy el primer partido de Francia, con 8 / 9 puntos por delante de los aliados de Emmanuel Macreon, con 17 / 18 puntos de ventaja sobre el PS.
Marine se cotiza como posible vencedora de la próxima elección presidencial, dentro de tres años. Pero… para consolidar esa posición, debe seguir recentándose y consolidar su credibilidad, alejarse definitivamente de la herencia envenenada de su padre.
Marine rompió con su padre entre el 2015 y el 2018. Jean-Marine Le Pen fue expulsado de su propio partido por su hija, que también rompió con las amistades neo nazis y ultra derechistas del patriarca fundador. Consumada la ruptura formal, Marine inició la larga marcha del cambio de nombre y cambio de presentación de su nuevo partido, “Agrupación Nacional”, nacido el 2018, aspirando a borrar e intentar olvidar su clasificación como partido de extrema derecha, que desearía cambiar por “derecha radical”, o algo “parecido”.
El 3 de octubre del 2013, Marine Le Pen declaró por vez primera: “No somos un partido de extrema derecha. Ese término es utilizado contra nosotros con el propósito de denigrarnos, hacernos daño y desprestigiarnos. Tendré que terminar recurriendo a los tribunales para perseguir judicialmente a quienes utilicen ese término contra nosotros”.
Diez años después, los problemas parlamentarios de Emmanuel Macron con su proyecto de Ley concebido para frenar la inmigración han ofrecido a Marine Le Pen una oportunidad histórica.
El proyecto de Ley macroniano solo pudo aprobarse con los votos de los 88 diputados de extrema derecha, cuyas ideas están presentes en un texto que todavía debe ser aprobado por el Tribunal Constitucional. Marine Le Pen reaccionó encantada a la aprobación parlamentaria de un proyecto censurado por muchos diputados de centro próximos a Macron, declarando: “Estamos muy contentos de la victoria ideológica de nuestro partido. Las ideas de AN se han incorporado al proyecto de Macron. Es el caso de la preferencia nacional, que nosotros defendemos desde hace muchos años”.
Marine, como la llaman sus admiradores, y Jordan Bardella, el jovencísimo líder de su partido, consideran más urgente que nunca continuar exigiendo la retirada del calificativo de extrema derecha para su movimiento. “Si queremos continuar creciendo, si queremos ganar respetabilidad para la gran cita de las próximas presidenciales, con Marine Le Pen liderando nuestro partido, debemos romper con la herencia de la extrema derecha. Yo mismo, nunca he adherido a las ideas de su padre, que tenía muchos amigos neonazis”, ha comentado Bardella ante un grupo de periodistas europeos.
En esa perspectiva, el triunfo táctico de la derecha tradicional y los diputados de Marine Le Pen, apoyando el proyecto macroniano de Ley contra la inmigración, ha sido una encrucijada política nacional. “Macron y sus amigos han adoptado el tema de la preferencia nacional contra la inmigración, que fue nuestro caballo de batalla durante muchos años. A partir de ahora, no podrán llamarnos de extrema derecha, cuando ellos mismos hacen suyos nuestros argumentos históricos”, comenta irónico un ejecutivo de AN.
Una y otra vez, Marine Le Pen finge indignarse y vuelve a denunciar a quienes la clasifican, a ella y su partido, de extrema derecha. Y confía en terminar triunfando, cuando su sobrina y gran rival, Marion Marechal Le Pen, cabeza de lista de Renacimiento, el partido ultra derechista liderado por Éric Zemmour en las próximas elecciones europeas, sigue aceptando con satisfacción ser la “auténtica heredera” de Jean-Marie Le Pen, que menosprecia a su hija y ensalza a su nieta.
Sin embargo, el resultado final de la batalla del cambio de extrema derecha a derecha radical, todavía se percibe lejano.
Marine Le Pen presentó recientemente un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC), pidiendo que se retirase el calificativo de extrema derecha, de las clasificaciones del Ministerio del Interior de las listas de las elecciones senatoriales. A su modo de ver, el ministerio del Interior pretendía “demonizar” a su partido. “Demonizar”: “Atribuir a alguien o algo cualidades o intenciones en extremo perversas o diabólicas”.
Tras el estudio de la protesta de Marine contra el ministerio del Interior, el TC terminó rechazando su protesta, confirmando como buena la clasificación de extrema derecha de AN. La batalla continúa y está llamada a prolongarse, en el marco de una recomposición global del paisaje político nacional, donde también continúa creciendo el partido Renacimiento, más ultra derechista, liderado por Éric Zemmour. ABC, Marine Le Pen no quiere que la llamen de extrema derecha + PDF.
Marion y Marine Le Pen, a navajazos, con las intimidades al aire.
Marine Le Pen presidenta … ¿Este fin de semana?
Marion Le Pen, estrella emergente de la extrema derecha francesa.
Marine y Marion Le Pen, dos rubias extremistas peligrosas.
Aparece en Francia una ultraderecha con posiciones más radicales que Marine Le Pen.
Jose says
Puede que Rusia y Turquía cambien Europa y no al revés. La derecha extrema y todas las derechas incluso la izquierda de las derechas o los centros políticos no pueden cambiar los destinos de ningún país. Pueden soñar que es posible… pero no. Hoy en día se pueden cambiar el nombre de la misma manera que se cambian de coche de teléfono o de lo que quieran. Pero en los parlamentos modernos todos están sentados en el suelo con sus pantallas donde reciben las ordenes del gran hermano desconocido y a final de mes si se portan bien son premiados y si se portan mal son castigados. No hay diferencias entre las naciones una vez industrializadas. Quizá el problema principal sea como queda la mente de los servidores del nuevo sistema productivo donde los políticos son sustituidos por abogados y psiquiatras para controlar las poblaciones para evitar que la maquina se estropee o se pare. El problema continúa cuando se tiene que hablar de relatos. Necesarios para mantener ocupados a los miembros de la especie más inerme por naturaleza y más tecnificada armada por evolución natural o artificial que más da. No hay buenos ni malos como creían ni amigos ni enemigos solo hay los que ayudan cuidan la maquina y los que la estropean por ignorancia. A estos queda poco para marginarlos y que la propia máquina se autorregula se perfecciona con su propia inteligencia. Mientras la inercia de siglos anteriores continúe con pan circo y drogas las masas no son problema. Y si se quieren llamar supermanes pues que se cambien el nombre pues todo continuará con el proceso ajeno a sus inventores. Cuando se está bajo los pájaros de acero con sus rayos destructores los relatos no sirven. Mil nidos de pájaro y más tiene la maquina para que nadie la pare sino quiere perecer de forma violenta. Cada uno puede cantar lo que quiera hay libertad total.
JP Quiñonero says
José,
Bueno … en ocasiones, un poco de moderación, libertad y todo eso es muy de agradecer…. algo menos de fanatismo quizá sea bueno para la salud…
A ver, a ver… que nada parece nada claro, ay, me temo,
Q.-
Roberto says
Europa debe cerrar sus fronteras y deportar a los inmigrantes. Los europeos están perdiendo la cultura de la civilización occidental.