París, Maubert – Mutualité, 6 septiembre 2014. Foto JPQ.
«Bin Laden NO ha muerto».
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El islam, suní, rama ortodoxa, y chií, minoritario, están en guerra de religión, guerra nacional / patriótica, guerra institucional, guerra subversiva, guerra terrorista, yihadista, en un centenar de los 197 Estados reconocidos por Naciones Unidas. Sin embargo, la guerra del islam contra Occidente es la más grave y desestabilizante para Europa y el futuro de nuestra civilización.
Los orígenes de esa guerra de religión son bien conocidos, pero suelen olvidarse. Cronología básica para poder comprender:
-El 3 diciembre 1979 el ayatolá Jomeini se convertía en líder supremo de Irán. Era partidario de la guerra de religión revolucionaria.
-6 octubre 1981, Anwar el-Sadat fue asesinado en El Cairo: el yihadismo amenazaba cualquier diálogo entre Israel y los países árabes.
-11 septiembre 2001, se consumó el ataque terrorista más importante de la historia, más de 3.000 muertos, contra las Torres Gemelas de Nueva York.
-7 octubre 2001, inicio guerra Afganistán.
-11 marzo 2004, matanza en Madrid, en la estación de Atocha.
-2001 – 2012, mundialización de los atentados islamistas.
-7 enero 2015, matanza en París en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo.
-13 noviembre 2015, serie atentados en París, Bataclan.
2013 – 2019, Estado islámico en África, en las fuentes bautismales de la inmigración.
2013 – 2019, Francia el país europeo más amenazado, seguido de EE UU, Alemania, Bélgica el Reino Unido y España
2019 – 2024, Docena atentados en Francia.
7 octubre 2023, Matanza de Hamás en Israel.
22 marzo 2024, Moscú
En ese marco, el ataque terrorista islámico contra el teatro Crocus City Hall, en Moscú, el viernes 22 de marzo, tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel, el 7 de octubre del año pasado, nos recuerdan, con precisión el origen último de la guerra en curso y su ambición desestabilizante para Occidente, Europa, en particular.
Boualem Sansal es uno de los grandes escritores argelinos y francófonos de nuestro tiempo, me explicaba, hace años, los orígenes de la mundialización del terror islamista, la guerra santa islámica contra Occidente, de este modo: «El Estado islámico se comporta con la lógica imperial del nazismo. El islamismo en la forma más inquietante de la globalización, la mundialización del terror». Tras la matanza de Hamás, el 7 de octubre pasado, Sansal, llegaba a estas conclusiones: «Los islamistas, incluso si están peleados entre ellos, cuidan su coordinación. A los seis días de la matanza islamista contra Israel, un profesor francés, Dominique Bernard, fue asesinado en Arras. Otros tres colegas fueron heridos gravemente. Hamás aspira a destruir Israel, bastión occidental en Oriente Medio. El asesino de Arras, Mohammed Mogouchkov, tenía la nacionalidad rusa. Era un islamista nacido en Asia central, la matriz del islamismo ruso. Los islamistas de la matanza de Moscú, hace días, habían estado precedidos por los islamistas de origen ruso autores de atentados terroristas en Francia».
Hace cuatro años, otro profesor francés, Samuel Paty, fue asesinado, el 16 de octubre del 2020, en Conflans-Saint-Honorine, al oeste de París, por un islamista franco marroquí, Abdelhakim Sefrioui, fundador de un colectivo islamista defensor y propagador de las ideas de Hamás en Francia. Céline Berthon, Directora general de la Seguridad interior, establece la relación indirecta pero profunda de esos crímenes yihadista, de este modo: «En Francia, como en otros países europeos, la amenaza yihadistas es interior y exterior. Los mismos grupos islamistas que matan en el corazón de África son contemporáneos de los grupos islamistas del Cáucaso refugiados en Ucrania. Y muchos refugiados ruso – chechenos, en Francia, Alemania y otros países europeos comparten las mismas convicciones. No necesitan formar parte de la misma organización. Comparten objetivos».
Tras el atentado de Moscú, el consejo de la defensa nacional, reunido por Emmanuel Macron, en el Elíseo, llegaba a la misma conclusión: «La misma organización que reivindicó el atentado de Moscú, también amenaza a Francia, Alemania y otros países europeos. De ahí la necesidad de declarar el estado de máxima urgencia anti terrorista».
En su día, la Fondation pour l’innovation politique estableció un balance muy provisional de las muertes causadas por los distintas «familias» yihadistas en cinco continentes entre 1979 y 2022:
-Estado islámico, 52.619 muertos.
-Talibanes, 39.733 muertos.
-Boko Haram, 22.287 muertos.
-Al-Qaida, 14.680 muertos.
-Al Shabaab,10.392 muertos.
-Front Al-Nosrah, 2.978 muertos.
-Hezbollah, 1.335 muertos.
-Hamas, 881 muertos.
Otras organizaciones yihadistas, 22.191 muertos.
Desde la primera versión de esta estadísticas, hasta hoy, en los dos o tres últimos años, el número de muertos ha crecido de modo vertiginoso. Basta con recordar la matanza de Hamás en Israel.
Los grandes y pequeños países del Magreb, Oriente Medio, África y Asia son las primera víctimas de tan ensangrentadas guerras islámicas. Francia, EE.UU., el Reino Unido, España, Alemania, Bélgica, Italia, Austria, Noruega, Grecia, Holanda, son las primeras víctimas de la guerra islámica contra Occidente.
En su día, los EE. UU. lanzaron su guerra mundial contra el terrorismo, cometiendo un error estratégico capital: lanzar una guerra «convencional», cuando, en verdad, la guerra islámica contra Occidente es una guerra irregular de nuevo cuño, que no siempre tiene la fisonomía de las guerras convencionales, con ejércitos y fuerzas armadas. Es una guerra de religión.
Con frecuencia, las más de las veces, como probaron el asesinato de Anwar el-Sadat, la matanza de Atocha, las matanzas parisinas del 2015, las matanzas de profesores franceses del último quinquenio, las recientes detenciones de islamistas en España, son crímenes «solitarios», cuya «coordinación» se consuma de manera irregular, a través de la propagación de la fe religiosa, la fe islamista, la fe en el crimen yihadista con el que los fanáticos aspiran a «conquistar» el cielo, tras escuchar los sermones de la clerecía islámica, presente y temible en cinco continentes.
Alexandre del Valle, analista reputado y estudioso de las relaciones entre Europa y los países árabes, tiene una visión bastante pesimista del proceso en curso: «Durante muchos años, Occidente, los EE. UU. y Europa, apostaron por el diálogo con los países árabes, cuando, casi siempre, se ha tratado de regímenes ultra ortodoxos, integristas, totalitarios, en cuyas fuentes bautismales ha podido crecer una visión del islamismo radical que se ha propagado en muchas direcciones. Esos estados y las organizaciones islámicas occidentales han permitido crecer diversas formas del integrísimo. En Washington y Europa se ha deseado cerrar los ojos ante el crecimiento incontrolado del islamismo político y subversivo. Esos Estados, esas organizaciones, pueden estar en guerra entre ellos, entre ellas, pero siempre tienen en común el mismo convencimiento de la superioridad de su religión sobre los valores fundacionales de Occidente, víctima de su propia ceguera».
La guerra imperial de Vladimir Putin contra Ucrania amenaza con propagar en muchas direcciones muchas de esas semillas podridas y ensangrentadas.
Históricamente, los islamismos que florecieron en los escombros de la antigua URSS se transformaron en guerras locales o regionales, en la Rusia oriental, en el Cáucaso y los Balcanes. Huyendo del terror ruso, muchos «emigrantes» islamistas, de origen ruso, se instalaron en Ucrania y la Unión Europea.
Tras la guerra de los EE. UU. y Europa contra el Estado islámico, en Oriente Medio, muchos islamistas huyeron hacia Europa o África, donde crearon nuevos grupúsculos yihadistas, en guerra, entre ellos y contra las antiguas potencias coloniales, terminando por conseguir, con la ayuda de Rusia, la retirada prácticamente definitiva de Francia, el último bastión europeo contra el islamismo en el continente africano.
Esa nube tóxica de personajes vagabundos y errantes en Europa son una amenaza bien real e inquietante. Francia ha comenzado por decretar el estado de alarma antiterrorista nacional. Los Juegos Olímpicos de finales de julio y mediados de agosto que viene, sin embargo, tienen un «atractivo» inquietante.
«El Gobierno está tomando todas las medidas policiales más enérgicas. ¿Será suficiente?», me comenta un portavoz oficioso del ministerio del Interior, agregando: «Es relativamente «fácil» luchar contra un enemigo claro e identificado. Pero es muy difícil luchar contra un asesino solitario que puede poner una bomba en una escuela en una de los millares de escuelas que no siempre es fácil proteger. Esa lucha policial tiene un flanco político, diplomático. Los defensores de la «paz» con Putin o Hamás complican la visibilidad del problema, la visibilidad del drama potencial. Y esa fragilidad relativa afecta a toda Europa, a todo Occidente, quizá, víctima de su incomprensión relativa de las amenazas religiosas islámicas. Más del 60 % de los 6 / 7 millones de franceses de confesión musulmana estiman que su religión está “por encima” de las instituciones del Estado». ABC, GUERRA DEL ISLAM REVOLUCIONARIO Y YIHADISTA CONTRA OCCIDENTE + PDF.
Francia, en estado de alerta antiterrorista máxima.
Moscú 22-M = ¿Madrid 11-M .. ? ¿París 13-N ..?
Francia teme atentados islamistas antes o durante los Juegos Olímpicos.
Francia, primer blanco occidental del terrorismo islámico.
Amenazas islamistas a las puertas de Europa.
Israel / Hamás … Las llamas islamistas llegan a la Sorbonne / Sorbona.
Salman Rushdie … fascismo, nazismo, stalinismo e islamismo, en España y Europa.
Jose says
Hay más de mil millones de religión islámica. Repartidos por todo el planeta como los católicos cristianos o los anglos sionistas. Todos han entrado en el capitalismo desde el partido comunista chino hasta el tzar de las rusias hasta los animistas africanos. Todos menos una gran parte de islámicos radicalizados que aceptan todo tipo de tecnologías y las usan para sus objetivos. Una guerra nueva diferente sobre todo basada en unos terrorismos de lobos solitarios o incluso de estados que los financian. Todo va a más. Las élites occidentales en guerra con las élites teocráticas islámicas además de con las élites chinas rusas y cada vez con otras élites de países que se unen al enfrentamiento de las élites occidentales. Podemos hablar sin miedo a equivocarnos que estamos en la cuarta guerra mundial las calientes y la fría ha dado paso a una guerra multipolar contra el hegemon que ha dirigido el mundo desde el final de la segunda guerra caliente y vencedor de la fría hoy cuestionado por todo tipo de élites mundiales.
Está cuarta guerra la podríamos definir como perversa polimorfa como definía Freud a los niños.Eso si con una perversidad más destructora de cosas y personas que no tiene la más mínima comparacion con lo que hacen los niños no así su polimorfas variadades que no alcanzan ni la imaginación de los niños.
Un occidente que ha destruido la soberanía de sus pueblos en nombre del mercado global contra los que luchan muchos por mantener o crear su propia soberanía.
La lucha de los monstruos del mar contra los de la tierra.
La profanación de las .materias primas del planeta tierra.
La destrucción de todas las formas de vida viables
Unas tecnologías que no ayudan al planeta tierra sino que lo intentan sustituirlo en su funcionamiento sin acabar de conseguirlo y dejándonos sin ningún tipo de leyes.
Otros muchas más formas polimorfas.,.sin mucha imaginación infantil.
JP Quiñonero says
José,
«Virgencita, virgencita…»
Q.-
Fina says
Quiño,
Gracias a tu artículo tan documentado comprendo que vivimos bajo las amenazas y el terror de una guerra religiosa y tecnológica sustentada por fanatismos e intereses de las élites que ostentan el poder.
¿Será posible defenderse sin ver al enemigo? Todo en constante cambio, hasta las guerras…
JP Quiñonero says
Fina.
Es un tema que llevo años trabajando, de ahí el tostonazoooo
Graciasss
Q.-
Fina says
Ay, Josep!!!
Lucha, profanación, destrucción…
Mejor bailar mientras se pueda…