Place Igor-Stravinsky, 3 mayo 2024. Foto JPQ.
Los seres de encantamiento, misterio e ilusión se alzan ante la tiranía de la Técnica, decía…
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«L’Oiseau de feu, título original en francés, es un ballet en un acto y dos escenas con coreografía y libreto de Michel Fokine, escenografía de Aleksandr Golovín, figurines de Golovín y Léon Bakst y música de Ígor Stravinski. Fue estrenado por los Ballets Rusos de Diáguilev en la Ópera de París el 25 de junio de 1910, durante su segunda temporada en la capital francesa, con Gabriel Pierné como director de orquesta. Sus principales intérpretes fueron Tamara Karsávina como el Pájaro de fuego, Vera Fókina en la Zarevna, Michel Fokine en el Príncipe Iván y Alekséi Bulgákov1 (o según otros autores Enrico Cecchetti2 ) en el mago Kaschéi…» → El pájaro de fuego.
La «versión» / homenaje de Niki de Saint-Phalle y Jean Tinguely de L’Oiseau de feu se me antoja, como el resto de las obras de la Place Igor-Stravinsky, misteriosamente fiel:
«… nos invitan a repoblar el mundo con seres de encantamiento, misterio e ilusión…» →
Jose says
Consagremos la primavera con pájaros de fuego antes que llegue la primavera silenciosa. Cómo niños que llegan a viejos sin madurar juguemos como y con Harry Potter. Una época de magia encantamientos e ilusiones y los malos con alucinaciones permanentes desde que nacen de padres alucinados. Una época siempre con la misma edad.
JP Quiñonero says
José,
Amen.
Si, conservar la fe, la ilusión, los sueños de la infancia, las aspiraciones más juveniles, a cualquier edad, me parece algo más que positivo… sin duda, la experiencia puede matizar las ilusiones y aspiraciones juveniles, pero esa luz y llama primera me parece esencial…
Q.-
PS. Cosas de mi locura personal, claro.
Fina says
Sí, Josep,
No dejemos de jugar, como niños, hasta el último instante…😀…a pesar de los pesares…