Baudelaire, por Nadar.
Ahí es nada…
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OC, 1.
En 1931, Jacques Schiffrin inauguró la Bibliothèque de la Pléiade con las obras completas de Baudelaire.
Noventa y tres años más tarde, la Bibliothèque de la Pléiade es una referencia internacional. Sus mil volúmenes de doscientos cincuenta / trescientos autores son una referencia canónica.
Con prefacio de Antoine Compagnon, bajo la dirección de André Guyaux y Andrea Schellino, se publican estos días los dos volúmenes de una nueva edición, anotada por reconocidos especialistas, Aurélia Cervoni, Antoine Compagnon, Romain Jalabert, Bertrand Marchal, Henri Scepi, Jean-Luc Steinmetz, Matthieu Vernet et Julien Zanetta. Gran respeto.
Los textos, poemas, escritos en prosa, críticas, etcétera, han sido revisados, reordenados, presentados desde nuevas perspectivas.
En Nueva York, la New York Review Books, presenta una nueva edición de las Flores, «Flowers of Evil», traducidas por George Dillon y Edna St. Vincent Millay, presentadas de manera muy simple: «Charles Baudelaire invented modern poetry, and Flowers of Evil has been a bible for poets from Arthur Rimbaud to T. S. Eliot…».
En esas estamos, revisión y relectura de una de las matrices de la poesía moderna, en verso y en prosa.
Baudelaire, dandi subversivo, hoy como ayer.
Saint-Sulpice, Año nuevo, Reyes Magos, Sade, Baudelaire y el CJC de Quiñonero.
Ricardo Lanza says
Aquí estoy, estimado, con vosotros, en visita especial del infierno en que resides y permites que seamos tus huéspedes. Tuve un primer conocimiento de Baudelaire durante mis años escolares, leí a su vez la biografía. César González Ruano la escribió, periodista brillante de la mitad del siglo veinte, titiritero sagaz de la palabra, dicen que en ocasiones hacedor de estafas crueles, siempre buscando ese dinero que le diera permiso para vivir muy bien «Ni César ni nada», definido su afán en ese libro, premiado y ahora casi oculto, anticipo de esa vejez que le acuciara, ya fallecido quedándose obsoleto. Era el poeta Baudelaire contestatario novedoso, flor de ese mal que hermosamente definía, alteración con la palabra de un monótono cielo; quizás el mismo Dios se solazara al verle entrar ¿al paraíso?, ¿valieron los poemas para que Pedro, santo portero que le nombran, cediera validez al estro soberano, considerase oportuno pasaporte? Vio Baudelaire ya en su época lo que aquella Revolución Industrial depositaba. Tenía ya París la luz de gas, los trenes y el telégrafo; asimismo las fotos, que al vate en varias de ellas reflejaran.
JP Quiñonero says
Ricardo,
CGR fue un canalla, efectivamente; pero tenía muuuucho olfato, sí.
En mi caso, tuve mucha suerte… mis padres tenían las primeras ediciones del librito de Ramón y las traducciones de Enrique Diaz Canedo.
Prófugo… el azar me ha conducido por la geografía baudelariana… compro los periódicos en una tienda frente al primer editor de las Flores…
Azares que culminarán en mi tumba, claro.
Vamosssss
Q.-