Rue Rambuteau, 30 mayo 2024. Foto JPQ.
Luís XIV hizo la primera comunión en esa iglesia, Saint-Eustache, donde fueron bautizados Richelieu, Molière y Madame de Pompadour, la pequeña Juana /Jeanne Quiñonero…
Lo he contado muchas veces…
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Durante siglos, los mercados / Halles de Paris fueron el vientre de la ciudad, Le Ventre de Paris.
Desde su publicación (1873), la novela de Zola se convirtió en el libro canónico sobre ese “vientre”, que siempre fue un mercado en metamorfosis secular, hasta la gran metamorfosis de los años 70 del siglo XX, cuando los mercados fueron “desterrados” a la periferia.
Desterrados los mercados / Halles, se abrió en su antiguo solar un gigantesco hoyo donde se instaló un “centro comercial”, “un conjunto heteróclito, sin gracia ni poesia, y, sobre todo, sin rastro ni recuerdo de un pasado erradicado para siempre..” “Au total, un ensemble hétéroclite, sans grâce ni poésie, et surtout, sans trace aucune de souvenir du passé qui est totalement éradiqué…” → Huit siècles d’aménagement des Halles.
Esa penúltima metamorfosis fue una catástrofe urbanística. Treinta años después, el vientre de París vuelve estar abierto en canal, en obras, con nuevos proyectos: Le projet officiel de réaménagement des Halles, Le projet des Halles.
Mi primer trabajo, en París, fue tirar de un diable en el que llevaba cajas de fruta y verdura de aquí para allá. Comenzaba a trabajar al filo de la media noche. Hasta las cinco o las seis de la mañana, cuando cobraba, en efectivo, a la puerta de un café, “Le Rapide”, que se encontraba en el Boulevard Sebastopol (números pares) esquina Rue Rambuteau. Aquellos mercados / Halles desparecieron. Tras el progreso, eterno retorno de la catástrofe (WB dixit), aquí y allá, algunas sombras preservan el aura de una ciudad desaparecida → París vuelve a devorar su vientre, les Halles.
Les Halles y Saint-Eustache… metamorfosis del antiguo vientre de París.
Les Halles y el nuevo París mestizo.
Les Halles… Saint-Eustache y el corazón del nuevo París mestizo y multicultural 3.
Jose says
Todas las épocas históricas empiezan y acaban en el vientre que las alimenta. Cardenales cortesanas reyes y el resto todos y todos los días de sus efímeras vidas a visitar el vientre de la ciudad y sus letrinas . No hay más con la modernidad algo cambio para satisfacer el vientre. Llegaron viandas drogas especies de todas partes y tal vez en la gran potencia francesa se presentaron en sociedad en el gran mercado y en los otros pequeños. La modernidad nos ha hecho olvidar lo más importante lo de siempre que no podemos saltarnos. Las necesidades vitales son diferentes para vivir en los desiertos o en la selva pero siempre las mismas diferentes. Antes la mayoría confundía el trabajo y la vida tenía que producir lo que pedía el vientre esto se acabó y también el trueque. Pero en el vientre de París todo y de todas partes está para consumir. Todo ha llegado ha hecho miles de kilómetros para que lo podamos comer y defecar en el mismo lugar y de la misma forma. Es la modernidad si se viene abajo el vientre también. Hemos dejado de conocer a la vaca que nos daba la leche no sabemos los km que ha recorrido la leche del cortado y tampoco de donde llega el café incluso el agua con la que se hace el café. Es la modernidad la posmodernidad y la globalidad.
JP Quiñonero says
José,
Para colmo, en los paises mestizos y multiculturales, de los Países Catalanes a la Francia de Macron. pueden cohabitar de vegetarianos a caníbales (más o menos), con lo cual las gastronomías son tan variopintas como… vaya usted a saber qué,
Q.-