
28 enero 2025. Imagen de Le Figaro, editada por JPQ.
Cinco días después que la directora del Museo del Louvre, Laurence des Cars, denunciase su estado de «decrepitud», Emmanuel Macron anunció la tarde del martes un «nuevo renacimiento» del museo nacional, que deberá prolongarse durante una década, sin poder precisar como podrán financiarse tan históricos trabajos.
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En su feroz requisitoria de la semana pasada, Laurence des Cars denunció, con precisión clínica, desde el estado de los lavabos hasta las amenazas de su entrada principal, pasando por el descuido, la degradación, el «laberíntico» y «problemático» proceso de entrar e intentar visitar las grandes joyas del Louvre, comenzando por la Gioconda.
Macron desdeñó responder a los problemas de urgencia más inmediatos, prefiriendo presentar una «gran ambición nacional», sin entrar en detalles concretos sobre calendario y financiación.
El presidente de la República anunció tres grandes decisiones, por tomar, en su día, en unas condiciones sin precisar: «Una nueva entrada al museo», «desplazamiento de la Gioconda en un espacio propio» y «subida del precio de las entradas». Macron subrayó que esos proyectos deberían ser «realistas y financiados correctamente».
Concebir y realizar una nueva entrada para el Louvre es un proyecto excepcional, indisociable de una reforma global de su organización práctica.
Desde 1988 / 89, la entrada principal del Louvre es una pirámide de vidrio y aluminio, concebida por el arquitecto chino Ieoh Ming Pei, siguiendo un «encargo» de François Mitterrand. Esa entrada piramidal ha terminado convirtiéndose en un «infierno» según la directora del museo. La concepción de una nueva entrada anunciada por Macron presupone estudios, proyectos y realización que pudieran prolongarse durante más o menos una década, con un costo de centenares millares de euros, difíciles de cifrar.
El desplazamiento de la Gioconda, la obra más legendaria del Louvre, supone tareas igualmente considerables: reordenación de las grandes salas del museo, con un nuevo «diseño» de los desplazamientos… tarea relativamente sencilla, que supondrá, en su día, una revisión completa de la gestión práctica del museo nacional.
En el terreno práctico, Macron solo anunció una medida concreta: será necesario aumentar el precio de las entradas al Louvre… medidas recomendada, desde hace tiempo, por la ministra de Cultura, Rachida Dati.
Dejándose arrastrar por una cierta coquetería «monárquica», el presidente francés anunció ese «renacimiento» del Louvre instalándose a dos metros de la Gioconda, sentenciando: «Esta renovación y renacimiento del Louvre será una nueva etapa en la vida de la nación». A juicio de Macron , el nuevo Louvre de mañana, dentro de una década, más o menos, marcará un giro en la vida cultural de Francia.
Tan ambiciosa proclamación tiene unos fundamentos políticos, institucionales y financieros muy frágiles.
Los presupuestos del ministerio de Cultura fueron recortados en cien millones hace unos días. Y el gobierno de François Bayrou no sabe cuándo podrán aprobarse los nuevos presupuestos del Estado corriendo el riesgo de una censura de la extrema izquierda y / o la extrema derecha.
Sin saber quién, cómo y cuándo podrá pagarse el costo del «renacimiento nacional» del Louvre, Macron también pasó por silencio su propia y precaria situación institucional. Tras las elecciones anticipadas del verano pasado, el presidente no tiene poder para controlar gastos ni «ordenar» ningún tipo de «trabajos». El jefe del Estado tiene una función «ornamental»: pero su ambición no reposa en ningún poder concreto para decretar u ordenar trabajos, que deberán comenzar los gobiernos de los próximos meses y años.
El futuro de la histórica crisis del Louvre y su anhelado «renacimiento» también pasan por la gran crisis política, institucional y presupuestaria de Francia, la más grave desde la fundación de la V República, por el general de Gaulle, entre 1958 y 1962. Crisis que puede precipitar nuevas mociones de censura y elecciones de nuevos gobiernos hipotecando las promesas «literarias» de Macron, que, según cálculos oficiosos, pudieran tener un costo de más de ochocientos millones de euros. ABC, Macron anuncia el ‘renacimiento’ del Louvre: una nueva entrada, precios más altos para extracomunitarios y un espacio propio para la ‘Gioconda’ + PDF.
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El francés y la francofonía son cosa de África y los africanos black.
Baudelaire y Ramón Gaya todavía pensaban que el antiguo museo nacional era algo así como la “morada espiritual” de un pueblo:
De la iglesia al museo; del museo al supermercado, el prostíbulo, el cuartel.
Arte.
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