Me llega el número 0 de Presencia, segunda época, con un artículo de José Luis Martínez Valero que cuenta la historia de esa revista literaria, que tanto me recuerda mi tierra y la historia de mi familia.
San Isidoro, patrón de internet
Sospecho que la primera y monumental traducción al inglés de las Etimologías de san Isidoro de Sevilla es un acontecimiento que no interesa literalmente Nada ni a Nadie, ni en Caína, ni en España, ni en su patria, ni en la mía.
En Londres, el Telegraph estima, por el contrario, que se trata de un acontecimiento de primera importancia cultural, por razones que, en otro tiempo, eran parte esencial de la formación cultural básica de los antiguos bachilleres. Comentando con entusiasmo esa edición, Peter Jones sugiere medio en serio medio en broma que, en verdad, San Isidoro debiera ser elegido algo así como Santo Patrón de Internet, avanzando razones evidentes: la autoría de la primera gran Enciclopedia de nuestra civilización.
«Donde habita el olvido..»
Felices Vacaciones, 15
Le Monde me da el día titulando a seis columnas: “Los españoles construyen en detrimento del medio ambiente” [10 agosto 2006]. En verdad, la crónica de ese titular solo está consagrada a los desastres urbanísticos, presuntos, reales, o camino de perpetrarse entre Cartagena, el Puerto de Mazarrón, Águilas, Vera, Lorca, Totana, Alhama y Murcia… tierras que conozco muy bien: allí nací y reposa la memoria de todos mis muertos, mi heimat.
Murcia y la desertización espiritual de la patria
Steichen y la construcción mítica de Murcia
Európolis. Europa cede al chantaje islamista
Transitando por ciertas Salidas de emergencia -donde los heterónimos no siempre ocultan la existencia de otras vidas paralelas-, descubro las siempre últimas estadísticas: Murcia, a la espera de su nuevo Plan estratégico, continúa creciendo más rápido que Cataluña, que España, que Europa…
Noticia a todas luces venturosa para el desterrado, que recuerda su tierra recordando las canciones de Charles Trenet (Revoir Paris) o Jacques Dutronc (Il ist cinque heures, Paris s’éveille), sin olvidar nunca las viejas habaneras de su infancia, indisociables del recuerdo de Elisée Reclus, del pantano de Lorca, de los genios de la fotografía local, incluso de una cierta California.
Cuando miro hacia atrás, intento reconfortarme con algunos libros, ciertas fotografías, muchos discos; y se imponen, con frecuencia, las imágenes que me acompañan de casa en casa, desde hace tantos años. Entre ellas, The Flatiron building (1904), de los primeros años de Edward J. Steichen ocupa siempre un lugar privilegiado. Quizá por que, por momentos, la obra del Steichen de los años amargos me recuerda a mi padre, en pie, como un hombre, camino del exilio, en una carretera, con su maleta, fotografiado por Dorothea Lange; o a mi madre, tan próxima a la madre con niño de la misma fotógrafa, en una carretera de California, en 1939.
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- P / M / P (y 3). Murcia ¿más cerca de California que del inmovilismo europeo..?
- P / M / P (2). Nuevas alumnas, viejos condiscípulos: Martín, Ramón, Murani, Trapiello, Zapatero, Aparicio, Sánchez Rosillo…
- París / Murcia / París (1). Las agustinas, mi madre, Pedro Flores, Ramón Gaya y la arquitectura espiritual
- Los puertos de la Murcia pobre, a la luz de Winslow Homer
- Murcia, Lo-li-ta, Gaya, Nabokov, Winslow Homer, Friedlander y el Taller de la Gracia