Foto de grupo, by Weegee
Lo horroroso de los nuevos policías, guardias civiles y demás fuerzas de la seguridad del Estado de las autonomías literarias es su incultura voraz:
· Consejeros en literatura norteamericana que NO saben inglés y hablan sin parar desconociendo al único sucesor conocido de Faulkner.
· Conferenciantes en literaturas europeas que solo manejan con soltura el bajo castellano manchego.
· Sablistas —-en su doble acepción—- cuyo sable siempre está al servicio, cambiante, desde hace muchos años, de la(s) mafia(s) filantrópica(s) ascendente(s) en las distintas capillas empresariales que aspiran a imponer su Ley en el campo de minas del Estado de Cosas Dominantes.
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