Exigir a un subalterno incluso si se trata de un ministro del interior que justifique las decisiones personales sobre la vida o la muerte de un nombre, para eludir sin vergüenza la responsabilidad propia, da una idea muy mezquina y miserable (para mi sensibilidad) de la estatura moral de un gobernante.
Decidir la libertad, encarcelación, incluso la muerte de otro hombre, son decisiones morales de una gravedad solemne. Esquivar tal responsabilidad (al margen de lo afortunado o desafortunado de esta o aquella decisión) quizá sea propio de personajes moralmente mezquinos y miserables, prestos a utilizar la vida y la muerte de seres humanos como mero papel moneda con el que comerciar en el mercado “político”; si es que puede llamarse política a tal derogación de la responsabilidad ética individual. Proceso de hundimiento moral que, en verdad, en el caso que nos ocupa, comenzó con los GAL:
● ZP, Barajas, González, los GAL, la moral y el maquillaje retórico.
● El Estado, ETA, GAL, mafias filantrópicas y arte de la novela.
● El Mal absoluto y el comercio de almas muertas.
paraules says
Y además, a mí me da que esta calculadísimo: si la cosa de desmadra, ya dimitiré yo (Rubalcaba, que me parece que ya hizo como un amago cuando lo de Barajas; y que debe estar hasta los mismísimos). Pura especulación, pero diría que Rubalcaba con González, y con el tema Gal, era más feliz. Otro nivel. Es brechtiano el personaje: me ofrezco voluntario para trampear en aras de un bien mayor, pero, ¡caramba!, que haya cierta grandeza en el mal… ¿mal? No, gal… ¿Gal?
En todo caso, me sorprende la disciplina de partido en el Psoe (en los grandes partidos en general), hasta qué punto sin la estructura no hay política, ni político, que valga.
Lola
Luis Rivera says
Los partidos, al socaire del comentario final de Lola, son bloques de opinión en los que se practica de manera automática y autoimpuesta a nivel individual el vcentralismo democrático, que en versiçon PCUS era «todos a una detrás de las decisiones del Comité Central».
Lo humillante para el individuo es que esta simplificación a la «no expresión» se traslada al ciudadano, que asume el monolitismo político como norma de fe: la gente del PSOE defiende la excarcelación y la gente del PP la no excarcelación, y no me refiero solamente a la gente de los partidos sino a la gente de la esfera de ifluencia por simpatía.
Esa fidelidad al postulado convietrte al sistema en oligárquico.
JP Quiñonero says
Lola, Luis,
Desmenuzáis la cosa con una claridad meridiana.
Lo de Rubalcaba / Brecht está pero que muy bien visto. Y la cosa se explica citando a Brecht con su legendario poema dirigido al comité central del Partido:
Tras la sublevación del 17 de Junio,
La Secretaria de la Unión de Escritores
Hizo repartir folletos en el Stalinallee
Indicando que el pueblo
Había perdido la confianza del gobierno
Y podía ganarla de nuevo solamente
Con esfuerzos redoblados. ¿No sería más simple
En ese caso para el gobierno
disolver el pueblo
Y elegir otro?
Q.-
paraules says
Menudo era Brecht, ¿eh? Me fascina como personaje.
Lola
JP Quiñonero says
Lola,
Un talento descomunal, un cinismo insondable, un anarquismo (Macky) subversivo, un marxismo muy a su aire, un distanciamiento de genio, y un tipo de cuidado con las señoras, oye..
Q.-
Luis Rivera says
Volviendo a mi especial mitomanía, la Arenbdt lo apreciaba mucho, ya que además del talento había sido compañero de su marido como militante comunista en la época de la República de Weimar y entrambos se llevaban muy bien.
Tuve la suerte, y creo que lo fué, de ver al Berliner Ensemble. justamente en la época en que eld istanciamiento brechtiano en teatro se practicaba sobre todo en Cataluña: recuerdo y parece que fué ayer a Ricard Salvat en la cúpula del Coliseon, con aquella compañía: la Adriá Gual.
Volviendo a Brecht, sus Cuentos de Almanaque son una antología demoledora del siglo XX.