Libros, 1994, 40×50. Tirada, 16. Chema Madoz.
Manual indispensable para triunfar en la nueva sociedad de la (in)cultura: ¿Cómo hablar de los libros que no se ha leído? (Éditions de Minuit), de Pierre Bayard, que ya perpetró un libro indispensable para ganar premios literarios: ¿Cómo mejorar las obras fallidas?, dando consejos prácticos para mejor con éxito los libros fallidos de Víctor Hugo o Miguel de Cervantes.
Pierre Bayard, psiquiatra y profesor de literatura, es un especialista en títulos y obras paradójicas. “¿Hamlet?”: “Un diálogo de sordos”. “¿Las “Amistades peligrosas”?”: “Una historia de embusteros”. “¿Maupassant?”: “Lo dijo casi todo antes de Freud”. Para su nuevo ensayo, Bayard ha recurrido a una célebre cita de Oscar Wilde: “Jamás leo los libros que debo criticar; para no sufrir su influencia”.
Bayard sigue por esa ruta. Y reconoce voluntariamente que, en verdad, él tampoco ha leído “mucho” a Marcel Proust. Nadie es perfecto. ¿Cómo hablar de los libros que no se ha leído? es la ilustración práctica de una tesis defendida hace muchos otros años, en otro plano, por Maurice Blanchot: “Se habla de los libros antes que estén escritos. Se comentan antes de estar publicados. Y se tiran a la basura una vez publicados”.
Blanchot hacía una crítica radical de las modernas industrias de la (in)cultura. Bayard prefiere la parodia irónica, la crítica, desmenuzando, con cierta benevolencia, a pesar de todo, los mecanismos que permiten circular en sociedad, con éxito, y escribir en los periódicos con un barniz de (in)cultura, para triunfar, finalmente, en los mejores salones neo ilustrados, recurriendo a fórmulas hechas, convenciones aceptadas, mentiras piadosas, ignorancias comunes, y un desprecio insondable por las cosas de la cultura.
Bayard oscila entre la ironía, el cinismo, la pedagogía y la crítica, con una cierta complacencia en el desprecio y la ignorancia.
De Montaigne, el ensayista toma sus dudas metafísicas sobre la “pérdida de tiempo” de la lectura. De Valery recuerda su “aversión” de la lectura. “Paradojas” aparentes: Valery se levantaba diariamente a las cuatro de la madrugada para escribir y anotar sus Cuadernos. La obra toda de Montaigne solo es comprensible como un diálogo con la palabra escrita.
Bayard prefiere abandonar a su triste suerte al atónito e ignorante lector: ¿Para qué leer, si es posible brillar y triunfar en sociedad utilizando sin pudor los maquillajes a la moda, que las industrias de la (in)cultura venden al precio rematadamente bajo de 15 euros las 198 páginas en las más selectas editoriales a la moda..?
Patrón del Lecho says
salirse los pies de la cunita… pero es que nuestra letra, la palabra de hombre, como que en su uso diario, en su dejar cada mañana el hueco tibio en la almohada, ha perdido lo que es una palabra maravillosa: el asombro, el asombrarse por las cosas de mundo.
creo que podría decir que solo leo lo que me deja boquiabierto (según la etimología de la palabra asombro), pues no es posible seguir un libro que solo nos deja algo para contar, unas frases para no aburrir a quien delante nuestro se toma un café.
creo que cierta, y casi toda la de hoy, literatura debería desaparecer: aquella que esta hecha para ser ´entendida´, pues realmente no se trata de eso: se trata de abrir la boca, de adquirir curiosidad.
JP Quiñonero says
Patrón..
… de todo hay en las viñas del Libro…
Q.-
Patrón del Lecho says
JP:
Claro que hay de todo ; pero cada vez hay menos de lo que debería haber: y ese es mi punto. Digamos que ahora siempre que lee uno un libro, piensa en la futura película: me parece tan sospechoso el que sea tan fácil adaptar el libro recién publicado al cine.
¿Acaso la literatura se nos convirtió en una arte de hacer guiones?
Un saludo,
JP Quiñonero says
Patrón,
.. bueno.. de los quince o veinte o últimos libros que he leído en el último trimestre, ninguno correspondía a tal relación.. tienes que hablar con algún otro librero y frecuentar menos las páginas de los periódicos.. yo sigo con JRJ (Espacio), Baudelaire (Les Fleurs..) y Occitania.. ni siquiera Paz Vega me hace sospechar en tal relación..
Q.-
PS. Por otra parte, Mr Eastwood dice con su cámara cosas que son incapaces de imaginar los escritores de guiones que se venden en los hyper.
Luis Rivera says
Uno no puede tratar de leer todo lo que se publica: esa es responsabilidad imposible de Q… Si pensamos en la lista de libros publicados y que han llegado a nosotos desde los múlktimos 200 años, deberemos concluir que hemos tenido suerte: hay una inmensa cantidad de basura que no ha salido a al superficie. No todo libro merece ser leído, yo diría que casi ninguno.
JP Quiñonero says
Luis,
Hombre, «todo..» leo y releo con curiosidad
Q.
Patrón del Lecho says
Exacto, Luis, casi ninguno…
por lo menos solo puedo leer lo que voy a releer: Perse, Bernhard, Dostoeievski..
(por cierto) no leo periódico: los periodistas hace despertar en mí prejuicios que no tengo.
Patrón del Lecho says
Y en estas JP:
¿sabrías de la cantidad de ejemplares que se hicieron de Temporada en el Infierno, cuando aún vivía A.? Me interesa el dato, pues de seguro no pasaron de los 300: ¿quién sabe cuándos habrán tirado a la hoguera los críticos de la cultura?
JP Quiñonero says
Patrón,
No se si llegaron a 300. La gran mayoría ni siquiera llegaron a regalarse. La ignorancia está muy bien repartida: y los críticos no tienen el monopolio; aunque en ellos sea mucho más visible…
Q.-