Sospecho que la decisión del Tribunal Constitucional, declarando ilegal la consulta / referéndum aprobada por el Parlamento vasco, deja empantanados y sin respuesta todos los problemas de fondo:
-No satisface a los vascos partidarios de tal consulta.
-No extirpa la incertidumbre de los españoles inquietos por la integridad de España.
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Bien al contrario:
-Los vascos partidarios de esa u otro tipo de consultas / referendos seguirán en sus trece.
-Los españoles inquietos por la integridad de España tendrán nuevos motivos de incertidumbre…
El Economist sugirió en su día que la celebración de consultas / referendos en Euskadi y Cataluña era la mejor manera, a su modo de ver, de “enterrar” los “problemas secesionistas”, El Economist pide referendos en Euskadi y Cataluña. Sin embargo, la celebración de una consulta / referendo en Cataluña dejó al descubierto una Cataluña invertebrada, cuando, a su vez, las culturas vascas se encuentran en una amarga encrucijada.
¿Tengo yo la solución..? Tampoco.
¿Qué hacer..? A la luz de lo que son las legislaciones electorales y los inestables equilibrios de fuerzas enfrentadas, NO veo solución política en un futuro previsible. Cabe, de entrada, -tal es mi tesis, desde hace mucho- intentar comprender las raíces culturales de tales conflictos, que son hondísimas. Pero la lectura y la cultura no son platos del gusto de nadie. Cada tema con su loco:
- ABC, El Constitucional declara ilegal la consulta de Ibarretxe.
- El País, El Constitucional liquida la consulta soberanista de Ibarretxe.
- La Vanguardia, El TC declara por unanimidad la inconstitucionalidad de la consulta vasca de Ibarretxe.
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PS. Para colmo, llega el otoño, en París.
JardinesrueBonaparte, 12 septiembre 08. Foto JPQ.
maty says
Quiño, la única solución es aplicar el Estado de Derecho, sin más. Quien violente las reglas de juego fijadas en la Constitución Española (aprobada en refrendo por el 90% de los españoles -un 68% de los vascos y un 90% de los catalanes).
Que la Constitución es imperfecta, cámbiese, pero mientras tanto aplíquese sin contemplaciones.
Si yo, ciudadano particular, soy pillado en un delito flagrante, la justicia caerá sobre mí. En cambio, los políticos nacionalistas impunemente delinquen una y otra vez sin que la fiscalía actúe de oficio.
El último ejemplo de ello es la colacación de la bandera independentista en los balcones de 117 ayuntamientos catalanes, con el apoyo, en muchos casos, del PSC-PSOE de Montilla y Zapatero.
Otro caso de su falta de escrúpulos y doble vara de medir, son los homenajes públicos a un golpista contra la II República Española: Lluís Companys, a quien dedican calles, estadios y demás, mientras eliminan los de otro golpista de la época como fue Franco.
Cada uno con sus motivaciones e ideología, pero golpistas contra el orden constitucional.
No, el tiempo del entendimiento pasó, pues imposible salvo que se acepten sus imposiciones. Una vez aceptadas intentan imponer otra más maximalistas.
Pedro José Chacón Delgado says
Hola Q.:
Ya sé que te pido algo que no tengo derecho a pedirte, pero tu apelación a la cultura para resolver los problemas creo que es huir de ellos por elevación. Creo que en el caso vasco hay que optar. Vivo aquí y lo tengo muy claro. Otra cosa es que si no vives aquí, sin decir por eso que no te afecte lo que aquí pase, pero bueno, lo puedes ver todo como un espectador, sin verte afectado por ello en tu propia vida, sin que te suponga optar por algo que no quieres, sin que te suponga aceptar algo que no deseas. Si no vives aquí no tienes que optar, no tienes que aceptar nada. Simplemente observas y puedes ver los motivos de unos y otros, pero sin tener que verte impelido u obligado a decidir.
Yo no estoy en esa situación, tengo que decidir, tengo que optar, porque vivo aquí y no me da igual una opción u otra, no me da igual que esto sea independiente o que siga vinculado a España, como hasta ahora.
Por eso digo que no es bueno que el País Vasco se arrogue la potestad para decidir por sí mismo, porque es que al final, cuando lo consiga, ya no habrá forma de volver atrás. Los que están erre que erre para conseguir un referendum de autodeterminación circunscrito a una parte del territorio nacional, que a mi juicio es España, no serán tan imbéciles como para colocar una salvaguarda que diga: y permitimos que quien quiera volver a España o quien quiera a su vez secesionarse del nuevo Estado vasco pueda convocar a su vez su propio referendum de autodeterminación.
Saludos maketos.
maty says
Pedro, me sigue admirando aquellos vascos que, estando en contra del nacionalismo, no dudan en dar su nombre públicamente cuando todos sabemos las posibles consecuencias.
En su día adopté el apodo de maty (junio 2001) para romper con una etapa anterior. Cuando pensé que ya era hora de dar la cara, mi oposición al nacionalismo excluyente catalán me volvió prudente, por mí y por mi entorno.
Prudente o cobarde, pero igualmente efectivo en la denuncia pública pues ahí está la trayectoria en la red.
Con todo, no deja de admirarme tu valentía, que bien pocos valoran, me temo.
Ahora tenemos internet, aprovechémosla para arrinconar a los nacionalistas excluyentes, que de demócratas tienen bien poco como la historia demuestra cuando no tienen el poder para gobernar a su antojo.
Poco a poco, cual gota malaya, hasta que un día los nacionalistas se avergüencen de serlo porque la sociedad en su conjunto los señale.
JP Quiñonero says
Maty, Pedro José,
… Maty,
Ya hemos comentado la cosa en incontables ocasiones. Qué quieres que te diga…
Pedro José,
–Tiene usted que definirse. ¿Cuál es su campo..? –Le preguntaron a Solhenitzsyn. Y el respondió: –El campo de concentración.
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Al día de hoy, en este Infierno hay publicadas 400 entradas en la categoría Caína, 192 en la categoría Cataluña, 118 en la categoría Euskadi y 114 en la categoría ETA.
Tras varios años de trabajo, publiqué en 1998 un libro titulado De la inexistencia de España, cuya traducción catalana de publicó hace meses, De la inexistència d’Espanya. Los primeros trabajos relacionados con ese libro se publicaron entre 1975 y 1976 en el difunto diario Informaciones.
Desde entonces, quiero decir, desde finales de los años 70 del siglo pasado, vengo diciendo lo mismo: NO HAY SOLUCIÓN MERAMENTE POLÍTICA A LOS PROBLEMAS DE CATALUÑA, EUSKADI, GALICIA, ESPAÑA. SOLO LA CULTURA PUDIERA APORTAR UN AMAGO DE COMPRENSIÓN.
He tenido un éxito sencillamente nulo.
Al cabo de los años, vienes tú y me dices amablemente que estoy “huyendo”.
Oye, por favor, eso no… prefiero que no digas nada, que digas que mis cosas son risibles, ilusas o absurdas. En esta entrada hay tres enlaces que remiten a otra veintena de enlaces donde se aborda el problema desde muy distintas facetas. Solo un ejemplo: Las culturas vascas, en la encrucijada. Hay muchos otros. También hay referencias a mi ensayo, escritas por dos historiadores de referencia. Te pido perdón por añadir una tercera referencia: Altamira, Américo Castro, Sánchez Albornoz, Madariaga… ¡y yo…!!!.
Basta con abrir cualquier periódico para encontrar incontables columnas de la cachiporra. A mi modo de ver, esas incontables columnas de la cachiporra ahondan y ahondan ¡desde hace muchísimos años! una fosa de incomprensión que algo tiene de tumba cainita y son una parte importante de la imposibilidad de encontrar un amago de imaginaria solución.
Para bien o para mal, yo soy otra cosa. Y por eso escribo este Infierno,
Q.-
maty says
En cuanto al posicionamiento de Juan Pedro, es errado. No es un problema de cultura ni de lenguas, sino de derechos fundamentales de las personas.
Pero, errado o no, con él se puede discrepar, argumentar, razonar… a diferencia de la inmensa mayoría de los nacionalistas, ya sea en la red o en la vida real, pues su discurso se basa en los sentimientos y no en la razón, con lo que no es posible un diálogo constructivo, pues sólo quieren imponer a los demás su discurso, sin importar que con ello pisoteen derechos fundamentales, como suelen hacer las ideologías totalitarias con las que comparten demasiadas cosas.
Discrepo de la tesis principal en su magnífico libro De la inexistencia de España, pero (re)leyéndolo aprendo y me enriquezco por la gran sabiduría acumulada en sus páginas.
Y discrepando con él, nunca he tenido problema alguno en ayudarle como a otros, porque antes que la ideología (de la que carezco) está la bonhomía, cualidad cada vez más escasa en la sociedad española.
maty says
Delito flagrante y con pruebas fotográficas. ¿Serán detenidos y procesados?
La Voz de Barcelona Cuelgan, a la fuerza, la ‘estelada’ en los Ayuntamientos de Gerona y Vic
Por cierto, interesante reflexión sobre la música (que también es Cultura – a veces) que se crea/exhibe en Barcelona.
L’Arbre de les 1000 Músiques Zulu 9.30 «Conecta o revienta»
Mercè says
Pedro José, Q …
por si sirve de algo, lo que me gustaría: Hace unos años, en el 2000, tuve ocasión de preguntar, en Montréal, a un joven nacionalista quebequés cómo es que pierden siempre los referendos (hacía poco que se había celebrado uno). Me respondió muy sintéticamente: «en realidad», dijo, «sucede que el Canadá lo hemos hecho nosotros… y a la hora de votar eso pesa lo suyo… renunciar a Canadá… no, no es posible…» Al menos, me dije, los referendos aclaran las cosas… y expresan lo que la política convencional diaria no permite expresar…
¿No te parece que podría suceder algo semejante en el País Vasco? ¿Por qué alentar el miedo?
Q,
Avanti!
maty says
Mercè, la ley es clara, y las leyes en un estado democrático se han de cumplir mientras estén en vigor. Quien no respeta las reglas de juego en un estado de derecho con una constitución aprobada tan mayoritariamente en referéndum no puede considerarse democrático.
Yo estoy en contra profundamente de las políticas seguidas por la Generalitat pero sé que si quiero que se modifiquen se ha de lograr la suficiente mayoría entre los electores.
Mientras tanto me refugio en la queja pero no intento ningún acto subversivo contra la legalidad ni lo incito ni lo aplaudo, a diferencia de los nacionalistas catalanes, aprobando un Estatuto que contradice la Constitución Española (gracias al apoyo decisivo del PSOE de Zapatero, cómplice de la tropelía) ni rindo homenaje público a golpista alguno, y mucho menos con dinero público.
Si se rasca un poco, fácilmente puede comprobarse la endeblez del espíritu democrático de muchos de ellos, que sólo entienden la democracia como la imposición de su mayoría, sin importarles pisar los derechos fundamentales de los ciudadanos, sin importar su número.
juan luis says
Q, no he leído tu libro, no puedo opinar al respecto, pero quiero llamar la atención sobre Pedro José Chacón, tanto por su valor, como bien señala Maty, como por su libro –La identidad maketa-, que leí hace meses. Es un estudio serio, documentado, interesante y autobiográfico, sobre el origen del nacionalismo vasco que él considera una reacción a las sucesivas oleadas inmigratorias en el País Vasco procedentes de muchas regiones españolas. Expone también la lamentable situación, sobre todo al principio, de estas nutridas capas de población, entre las que se encuentra su propia familia.
Naturalmente, el libro no ha debido tener demasiada repercusión. Lo contrario hubiera sido milagroso. Pero es un trabajo que se sale de lo común y que ayuda a comprender muchas cosas de lo que está pasando en el País Vasco.
JP Quiñonero says
Juan Luis,
De pasada, de puntillas: que me parece muy bien que haya mucha diversidad de opiniones, sensibilidades y aportaciones de la más distinta procedencia. Solo la cosa de la cachiporra «política» me aburre y me suele parecer cainita,
Q.-
Angel Duarte says
J.P.
No desesperes. Cierto la apelación a la cultura, a un cierto sustrato prepolítico de saber, conocer y (con)vivir, no es atendida. Me imagino que ya contabas con ello. Por lo demás, la fatiga se instala en los corazones y en las mentes. Nos repetimos, los unos y los otros, más que el ajo.
Piensa, por si te consuela, que, al fin y al cabo, un otoño en París no está tan mal.
Abrazos
À.-
Pedro José Chacón Delgado says
Querido Q.:
«Al cabo de los años, vienes tú y me dices amablemente que estoy “huyendo”.
Oye, por favor, eso no…»
En ningún caso, sólo faltaba, he podido yo decir ni insinuar siquiera que estés huyendo o rehuyendo del problema vasco. Lo que quiero decir es que no lo ves desde dentro, y esa es una cuestión fundamental para posicionarse ante él o para verlo como un voyeur (por tu querencia francesa, que comparto, por otra parte), o si quieres como un observador todo lo sensibilizado que quieras, pero como un observador.
Lo que quiero decir es que no es lo mismo vivir en el problema que observarlo desde fuera. Y a mi modo de ver todo el que no vive en el País Vasco lo ve desde fuera. Esa es la ventaja que tiene el nacionalismo vasco sobre todos los demás. El nacionalismo vasco ve los problemas desde dentro del país. Y el principal interlocutor que tiene no lo tiene dentro del País Vasco (como debiera) sino fuera, en Madrid, a veces en Barcelona…
En Madrid ven el problema vasco como un si te doy me das, a ver que me das para que yo te dé, etc. Mira ahora cómo están las cosas: un referendum por parte de Ibarretxe y al mismo tiempo se negocia la competencia del INEM a cambio del apoyo en los presupuestos. La situación actual de las relaciones entre los poderes vasco y español es modélica (en el peor sentido de la palabra, claro), haciéndolo así el poder vasco, con la inestimable colaboración del poder español de turno, anula completamente la posibilidad de una alternativa a lo vasco dentro del propio País Vasco. Los nacionalistas saben perfectamente que sus interlocutores no son Basagoiti o López sino Zapatero o Rajoy, lo cual les da un estatus de superioridad incuestionable en todo este asunto sobre sus propios competidores en tierra vasca. Mientras tanto los de la kale borroka la montan en San Sebastián.
Y como te iba diciendo Q., no considero ni mucho menos que huyas del problema, no lo interpretes así porque no es cierto. Lo que digo es que no vives aquí. Eso es todo. Y ojalá, fuera de aquí, la gente tuviera tu sensibilidad, tu buena fe, pero lo que no podemos es confundir los términos. Al final la independencia la padeceré yo, no tú.
Abrazos maketos.
P.D.- Gracias, Juan Luis, por tus comentarios sobre mi libro.
JP Quiñonero says
Pedro José,
… creo que te comprendo perfectamente… me gustaría que tú me comprendieses a mí…
Saludos desde el destierro…
Q.-
PS. No insistiré en que los politiqueos y las columnas de la cachiporra me ponen los pelos de punta.
GarCelan says
[El Economist sugirió en su día que la celebración de consultas / referendos en Euskadi y Cataluña era la mejor manera, a su modo de ver, de “enterrar” los “problemas secesionistas”]. No se si estará en lo cierto. A juzgar por lo que ha ocurrido en Canadá con Quebec, no lo parece. Se han celebrado en esta provincia referendos sobre su independencia en 1980, en 1995. Perdieron los independentistas. A pesar de ello no estarán satisfechos hasta que ganen el último: no habrá más. Hace un par de años, Canadá reconoció a Quebec como «nación» en sentido «cultural», no político, en el marco del propio Estado-Nación. Aún así, los secesionistas no pararán. ¿Qué han resuelto los referendos? Muy poca cosa. Creo que sólo prolongan un conflicto artificial que ha tenido su fase terrorista con sus correspondientes muertos. ¿Se puede justificar en una sociedad democrática y moderna la existencia de policía lingüística como existe en Quebec, donde probablemente más del 80 % habla francés, siendo este el único idioma oficial en la provincia, mientras que el francés es cooficial con el inglés en el resto? ¿Tendrán el derecho a la autodeterminación los pueblos amerindios y los angloparlantes que viven en Quebec? Los nacionalistas no se lo reconocerán. Ésto es hacer ficción, pero ¿y si el resto del Canadá (anglófono) se confederara o federara con los USA? ¿Se confederaría o federaría Quebec con Francia o con Haití? Qué gran fiasco sería su independencia, sola ante el coloso de América del norte. Siguiendo la lógica absurda y perversa de los nacionalismos -en los que nos ocupan, lingüísticos- lo que debiera acontecer es la división de las sociedades humanas en corralitos por lenguas. Cada nación con «su» lengua y cada lengua con «su» nación. Qué delicia. Como plantea maty -más allá o más acá del siempre loable diálogo- cómo encajar un discurso racional con otro dominado por emociones, no pocas veces convertidas en oscuras pasiones. Esos son algunos de los mimbres del nacionalismo, en Quebec, en Georgia, en Córcega, en el País Vasco o en cualquier otro lugar.