Espectáculo atroz. Amarga contabilidad, de tumbas profanadas y cenizas de cadáveres convertidas en polvo publicitario.
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Hay muchas otras evidencias criminales, maquilladas con afeites ideológicos. Hay muchos otros misterios sepultados en tumbas cegadas con alambres de púas y espino, para evitar la resurrección de los muertos…
Los asesinatos de Buenaventura Durruti y Andreu Nin siguen siendo páginas por explorar, si se desea comprender la importancia de la guerra civil dentro de la guerra civil. Dos tumbas en busca de juez y justicia.
El trabajo kapo de Jorge Semprún, en Buchenwald, sigue siendo un tema tabú, cuando plantea con diáfana nitidez el problema moralmente capital del comportamiento de algunos comunistas en algunos campos de concentración nazis, como Robert Antelme fue el primero en recordar, refiriéndose a su amigo Jorge Semprún, justamente, Las reservas morales de Robert Antelme sobre Jorge Semprún y los comunistas, en Buchenwald. La confesión de Antelme, en pdf.
Un poema de Luis Cernuda ofrece pistas bien directas sobre Paracuellos y las tumbas de sus antecedentes valencianos, Antecedentes de Paracuellos y recuerdo de Luis Cernuda.
Vicente Molina Foix ha recordado un testimonio directo e importante de Bardem, Carrillo, Bardem, Muñoz Suay, Molina Foix, en la cuneta, indisociable de las Memorias de Enrique Lister, que también da en primera persona nombres, apellidos y lugares de tumbas.
Sobre el caso de Federico García Lorca, ver Lorca y el negocio de la profanación de los muertos.
Justicialismo en El Tinglado de Santa Eufemia.
Garzón, los muertos y la profanación, en este Infierno.
Todo esto es muy amargo y atroz. En efecto.
Aquí mismo –buen lugar– aprovecho para recomendar abso-lu-ta-mente el libro del profesor de instituto, de filosofía, Lluís Alegret, que por desgracia no puede verlo editado, pues murió el año pasado, libro breve y jugoso, a la vez biografía, retrato coral y estupenda lección de divulgación y análisis, así como puesta al día de la revolución anarquista que fue y no logró ser más, titulado Joan Garcia Oliver. Retrat d’un revolucionari anarconsindicalista (Pòrtic). Entre las muchas razones para leerlo y dejarse impregnar por sus sólidas, rigurosas y generosas visiones de aquellos «años sublimes»–la expresión es de Abad de Santillán, recogida en el libro–, un dato: el enorme interés de la correspondencia entre Garcia Oliver y Josep Tarradellas, respetuosos y leales amigos a lo largo de los años, hasta la muerte, en Guadalajara, México, de Garcia Oliver en 1980…
Mercè,
… madre del Señor… mis padres, aquella escuela de Totana, mi infancia, mi adolescencia, mi primera juventud… “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones… y ese mundo está creciendo en este instante…”
GRACIAS,
Q.-