Los publicitarios se sirven de la imagen de Hannah Arendt y Martin Heidegger para vender camisetas.
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A su manera, ese abuso mercantilista de la obra y la imagen de la pareja Arendt / Heidegger inmola en el altar de la nadería un proceso endemoniado que ella y Thomas Merton había razonado de este modo:
-Hannah Arendt: “C’est dans le vide de la pensée que s’inscrit le mal” [ .. ] “El mal se inscribe en el vacío del pensamiento”.
-“La adoración de la nada es el infierno”, TM.
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RuedeRennes, 3 febrero 2011. Fotos JPQ.
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- Pensamiento y Filosofía en este Infierno.
José Luis González says
¡Una tienda de camisetas y ropa Arendt! ¡Increíble! Eso va con mi vieja idea de hacer ropa filosófica, en plan, por ejemplo, «I love Schopenhauer», o «I love Habermas», con los rostros de los susodichos. Vamos, un kitsch inteligente.
JP Quiñonero says
José Luis,
Entre reir y llorar… temo tener la tentación del lloriqueo, qué quieres,
Q.-
José Luis González says
Lo primero, siempre lo primero, Quiñonero. No hay que olvidar que la ironía es el camino a la sabiduría, como ya dijo Sócrates explicando su mayéutica.
En estos tiempos nihilistas, que no creen en nada y todo lo desprecian, hagamos de la risa nuestro principio vital, aunque no sea más que un lamento disfrazado, un intento de disimular una mueca horrorizada. En estos tiempos sin política -donde triunfan intereses de mafias y capillas, estatales y privadas, me da igual, son hermanas gemelas- la risa es la única rebelión, el único desahogo que nos queda. Que nuestras carcajadas, pues, inunden los cielos.
No hay por qué tomar todo lo que se dice en serio, ni siquiera decirlo todo en serio.
José Luis González says
De todos modos, como también está bien hablar en serio, acabo de leer este texto que me parece un buen acompañamiento a lo que señalas en el blog. Te ruego que disculpes mi personalidad bifronte y un tanto trastornada.
JP Quiñonero says
José Luis,
Bien pensado… igual llevas razón… me quedo con lo de «que nuestras carcajadas inunden los cielos…» Que Él nos acompañe…
Q.-