Angela Merkel y Jean-Claude Trichet han impuesto a Zapatero una reforma de la Constitución española que ya propuso Mariano Rajoy el mes de junio del 2010.
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En verdad, en España, los primeros proyectos de reformar la Constitución, con el fin de poner techo presupuestario forzoso al déficit y la Deuda pública, son de la pareja Aznar – Rato, hace no sé cuantos años.
La reforma propuesta por Zapatero y aceptada por Rajoy viene impuesta por la canciller de Alemania y el presidente del BCE. Con ella culmina la destrucción de los últimos restos de «identidad» económica (¿?) del PSOE y la sumisión española al modelo alemán de salida (¿?) de la crisis.
Tras una larga década de conflictos, debates y negociaciones, Alemania se dotó el verano del 2006 de una nueva Constitución, que modificó su modelo federal e impuso su lógica al resto de la UE. Hay dos excelentes análisis españoles de esa gran reforma alemana, La reforma constitucional del federalismo alemán, de Antonio Arroyo Gil, y La reforma de la constitución financiera en Alemania, de Cristina Elías Méndez.
En su día, la reforma constitucional alemana fue percibida como un modelo que terminaría imponiéndose al resto de la zona euro.
Haciéndose eco de ese debate europeo de fondo, Mariano Rajoy propuso el mes de junio del 2010 una reforma de la Constitución española, siguiendo la pauta alemana. El PSOE, Zapatero, Rubalcaba, Elena Salgado y sus más firmes propagandistas ironizaron profusamente sobre tal proyecto.
A la vista de la agravación de la crisis del euro, Sarkozy se vio forzado a lanzar, en París, hace meses, un proyecto de «regla de oro», nacional y europea, siguiendo siempre la pauta dictada por la canciller alemana. Los socialistas franceses ironizaron sobre tales iniciativas.
Hace días, Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, escribió una carta confidencial a Zapatero, «dictándole» las «medidas» que sería prudente anunciar para intentar salvar a España del abismo que amenaza su credibilidad.
Al mismo tiempo, Angela Merkel y Sarkozy escenificaron, por su parte, el proyecto de «regla de oro» europea: imponer a toda la zona euro el control constitucional de los déficits y la Deuda, Merkel y Sarkozy se sacan de la chistera un conejo de papel.
Obediente, Zapatero se ha tragado los sapos vomitados contra el viejo proyecto de Mariano Rajoy y ha presentado un proyecto «español» de reforma de la Constitución, con el fin de establecer unos criterios de control del déficit que ya estaban fijados por el Pacto de estabilidad y crecimiento que debía fundar la estabilidad del euro y Francia (Chirac) y Alemania (Schroeder) violaron con grave irresponsabilidad.
En el terreno estrictamente ideológico, español, ese proyecto de reforma constitucional destruye los últimos y confusos restos de «identidad» económica del PSOE, y deja en suspenso un temible debate político de fondo… ZP y Rajoy dicen estar hoy de acuerdo en reformar la Constitución, para respetar la «regla de oro» europea… ¿lo estarán el PSOE y el PP tras las elecciones generales del próximo mes de noviembre..? ¿Podría el PP realizar en solitario esa reforma de evidente alcance para el futuro del modelo autonómico español, en crisis..?
PS. Zapatero comenzó llamando «fracasada» a Angela Merkel… Merkel, Zapatero y la rendición de Breda.
Mertxe says
Zapatero ha sido una enfermedad añadida a esa otra, cíclica, a veces desmesurada como es el caso actual, que venimos padeciendo. Yo me conformo con verle desaparecer de la escena política. Y a esa máquina de mentir y engañar que es Rubalcaba. Y a la Salcedo. Y a la Pajín. Y a la Aido. Y al Bono. Y, si fuera posible, al esa cosa que lleva siglas que no se merece y que no menciono por respeto, precisamente, a las siglas. Que se vaya. En Euskadi cantábamos esa canción unos pocos años de la muerte del dictador. Que se vayan, se vayan, se vayan, que se vayan y no vuelvan más. Que ya nos las arreglaremos ‘advienne que pourra’.
Armando says
Ojalá esto fuera el colmo: los ciudadanos no tenemos ni voz ni (casi) voto en la reforma constitucional y, sin embargo, que esta venga impuesta por países y organismos extranjeros casi que es motivo de alabanza en algunos sectores.
ps:
Hay consenso en los partidos que cortan y reparten el pastel: consenso en que la reforma no salga del parlamento.
Jordi says
Por aqui:
Mas arriba en esta misma entrada:
Y podria soltar ejemplos similares de mi tierra adoptiva en el Far West. Alguien me puede, pues, explicar para que estamos mareando la perdiz con la reforma constitucional? Cuando va a alguien a decir que el problema no son las normas, sino quien las aplica? Y eso incluye al pueblo tan maltratado, que, despues de todo, es el que clama por que el gobierno les arregle sus problemas gastandose, preferiblemente, dinero de los demas o prestado.
JP Quiñonero says
Armando, Jordi…
Armando,
Hombre, ya será complicado, ya; y veremos en qué términos concretos se plantea la cosa.
Jordi,
Si… una cosa son las palabras (con muchas notas a pie de página) y otra la cruda realidad. La «regla de oro» alemana… aplicada al resto de la patulea euroepa tiene de entrada, una dimensión de «corta fuego»… intentar convencer a los «mercados» que la cosa va en serio. De ahí mis dudas, prudentes. La cosa es mejor que nada, pero vaya usted a saber…
Q.-