JPQ.Sevilla, Biblioteca Infanta Elena, 22 noviembre 2011. Foto Gogo Lobato.

Jesús Álvarez me propuso un diálogo que transcurrió por estos derroteros…

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–¿Por qué Dark Lady?

-Por el nombre de la misteriosa Dama de los Sonetos de Shakespeare, una oscura divinidad indisociable del amor, la vida y la muerte. El club prostibulario que lleva su nombre es una parábola sobre el destino de las cosas divinas, en nuestro tiempo.

–Estos clubs en los que transcurre buena parte del libro se presentan como lugares de perdición. ¿Por qué es tan atractivo el infierno?

-El infierno está a la vuelta de la esquina. La fotografía es para mi protagonista una manera de combatirlo, creando realidades nuevas.

–Los dos protagonistas principales de la novela, Marc, un fotógrafo, y Elodie, una modelo, se cruzan por primera vez en un internado para niños abandonados…

-Dos niños abandonados en el mundo… basta con abrir cualquier periódico del día: es el drama de millares de niños, en cinco continentes, hoy. Niños desarraigados y condenados al destierro, con la llegada al mundo. Mis niños se harán hombres luchando con la vida, a través de las artes de vivir en cuarentena.

–¿Cómo describiría a Marc y Elodie?

-Son rostros del autor, que soy yo. Yo es otro, decía Rimbaud. Madame Bovary soy yo, decía Flaubert. Marc y Elodie tienen muchas cosas mías. Pero yo soy otro. Lo más íntimo: creer que la fotografía es la guerra por otros medios… la guerra de luchar contra la adversidad y la historia, a través de un arte de vivir y fotografiar.

–La fotografía empezó a considerarse una manifestación artística hace menos de un siglo. ¿La prefiere a un cuadro?

-Me encanta la fotografía tanto como la pintura. Más se ama una cosa, más deseos tienes de amar otras.

–¿Una imagen vale más que mil palabras?

-Hay cosas que solo dicen las imágenes. Y cosas que solo dicen las palabras. La vista del espíritu tiene muchas manifestaciones: todas se complementan.

–Se ve a sí mismo como un escritor descarriado en el periodismo. ¿Le gusta más la ficción que la realidad?

-La ficción hace soportable la realidad. La realidad española sería mucho más desastrosa sin Don Quijote. Don Quijote, que es el arquetipo de todos los héroes, nos enseña que hay otras formas de ser español, otras formas de vivir y morir con gracia y en gracia, pese a todos los villanos que nos rodean.

–Ha hecho novela, ensayo literario, memorialismo, crítica literaria, fotografía… Puestos a elegir, ¿Con cual se queda y por qué?

-Para mí todo es indisociable. Un arte de luchar con la vida. E intentar ganarla, a través del arte, la cultura.

–En su dilatada carrera periodística ha hecho sucesos, política, cultura. ¿De cuál de esos trabajos guarda mejor recuerdo?

-Mi trabajo me gusta. Casi todo lo que hago me apasiona. Últimamente me atrae mucho fotografiar a gente más o menos famosa. Vuelvo a mi guerra íntima: la fotografía, la guerra de vivir, por otros medios.

–Lleva casi 30 años como corresponsal de ABC en París. ¿El trabajo de corresponsal en el extranjero es el más agradecido que existe, como nos parece a casi todos los periodistas, o tiene también momentos duros de los que no tenemos ni idea?

-Hay corresponsales y corresponsales. En mi caso, creo que he tenido una suerte enorme. Hace siglos, pensaba marcharme a California, dejarlo todo, huir. Pero descubrí que París no está nada mal. Incluso me pagan un poco por hacer lo que me gusta.

–Decía Boadella que el nacionalismo se cura viajando. Usted ha viajado mucho por el mundo, ¿está de acuerdo?

-Pues vaya usted a saber. Don Juan Valera, que estaba muy viajado, cuando estaba en Moscú soñaba con los mantecados de Estepa. El viaje también tiene eso: te hace valorar las cosas de tu pueblo, del que nunca te has terminado de marchar, aunque estés en el destierro.

–En su novela aparecen París, Monte Carlo, Nueva York, Niza o Milán. ¿En qué ciudad se ha sentido como en casa, aparte de su Totana natal?

-Conozco París mucho mejor que mi pueblo. Pero sigo siendo de mi pueblo, un murciano de París. ABC, 6 diciembre 2011, «La fotografía es una manera de combatir el infierno».

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Dicho todo eso, continuando un largo diálogo, Ricardo Lanza establece una “filiación” Proust / Miró que me emociona mucho, claro está. Incluso me parece cierta. Me atrevería a subrayar otras filiaciones, más visibles en otros libros mío: Juan Benet (la apertura de La locura de Lázaro es materia benetiana), Valle-Inclán (Una primavera atroz viene de los esperpentos, claro), o el mismo Vladimir Nabokov… mi CJC fue fotografiada, de niña, por Lewis Carroll, pequeño detalle que nadie ha subrayado, confundiendo CJC con Camilo José Cela.

Escribe Ricardo, con su estilo y tipografía:

-CUANDO LEO TUS PÁRRAFOS, ESTIMADO, EMPIEZO A CREER -Y ME VOY REAFIRMANDO EN ELLO A MEDIDA QUE PROSIGUE LA LECTURA- EN MI SOSPECHA DE QUE ERES EL NIETO PERDIDO DE PROUST, QUE NACIÓ TRAS UNOS PASOS INCONSCIENTES DEL ABUELO DURANTE UNA HÉJIRA CLANDESTINA QUE HIZO EN BUSCA DE ESE SUR, TAN AÑORADO POR LOS ARTISTAS; Y ALGO SE LE QUEDÓ DE MIRÓ. ME PARECE QUE P Y M HUBIERON DE ENTREVISTARSE EN EL HUERTO DEL CURA A POCO DE APARECER LA DAMA DE ELCHE. UN CHANTRE DE LA CATEDRAL DE ORIHUELA OFICIÓ COMO TRUJIMÁN DEL ENCUENTRO. Y ESE DÍA LLOVIÓ, Y CASI LOS DOS SE ANEGAN, Y PROUST ECHÓ MUCHO DE MENOS LAS SEQUÍAS DE MURCIA, Y SE FUE AL MALECÓN, YA MUY DE NOCHE, Y NO SUBIÓ A LA ESPUÑA PORQUE ESTABA MUY LEJOS Y MONTAR EN EL RUCIO LE CANSABA, Y ME PREGUNTO DESDE LA UCRONÍA: ¿DE QUÉ HABLARÍAN EN EL DÍA DE AGUAS? A LO MEJOR, AMIGO Q, NOS LO RELATAS.

¡UPA DARK LADY! … Puntualizaciones de Blanca Andreu sobre Juan Benet.

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