Cenamos con los J*, y Maurice —-historiador—- tiene una visión mucho más pesimista que yo sobre la Alianza de civilizaciones:
“… no soy experto en ese invento; pero, por ahora, todo anuncia lo peor: Nada. Eso si, con muchos enchufes y personajes sin empleo que se buscan un chollo pagado por los contribuyentes. Se han apuntado al carro un montón de presuntos “especialistas” que viven del cuento, al servicio de los gobiernos autócratas o despóticos de Marruecos y otros países árabes. Dentro de los profesionales de la historia, la diplomacia o la economía, en Europa, ese lenguaje es un lenguaje de estudiantes de bachillerato. Todo el mundo sabe que Bush quiere aislar a Irán en la Onu, y que dentro del sistema de Naciones Unidas, donde son muy mayoritarias las tiranías, es grotesco que países como Libia o Siria tengan algo que decir sobre terrorismo. Hablarle a Putin o los autócratas chino de “derechos del hombre” es algo absurdo. En los países del Golfo, no es un secreto que el primer gesto liberador sería pedir alguna forma de libertad para las mujeres. En Mauritania, las mujeres todavía se compran y se venden como si fueran cabras…”.
Cuando intento matizar, me encuentro solo. Son las tantas y nos despedimos con abrazos y risas. Laure me advierte: “¡Y no nos vuelvas a dar una cena con horrores de ese tipo!”.
[ .. ]
PS. Catorce horas después de hacer esa anotación, me llama furioso mi director general de negocios informático-blogográficos: “¡Todavía no has contado que hemos arreglado nuestros lejanos problemas con Bloglines!!!. ¡¡La prensa musulmana compara a Zapatero con los ayatolas y tú te callas!!! ¡¡¡En Beirut llaman estúpido al presidente y tu ni enterarte!!!…”
Abrumado, como blogógrafo por rastrojo, tomo un avión virtual París – Beirut – Teherán – Islamabad , ida y vuelta, e intento enterarme de qué ocurre. Horror.