Curiosamente, nadie ha subrayado la pacífica y silenciosa revolución cultural consumada en Alemania, con muchos flecos históricos:
—-Unos Verdes antaño anti norteamericanos, anti nucleares radicales, pacifistas a ultranza, que han terminado por reclamar la restauración de la Alianza Atlántica y han terminado practicando reformas tímidamente liberales.
—-Una socialdemocracia que ha terminado desgajándose de su izquierda marxista y neo comunista, para imbricar a Alemania en operaciones militares internacionales, por vez primera desde la Segunda guerra mundial.
—-Una mujer a las puertas (no sé si entreabiertas o cerradas) de la Cancillería…
Por no hablar de otras evoluciones significativas: un homosexual notorio al frente de la economía presupuestaria; una juventud perfectamente alejada de los partidos políticos tradicionales; unos viejos anarquistas (Dany Cohn-Bendit y Joschka Fischer) reconvertidos a la nueva utopía europea. Cambios de fondo que coinciden con el hundimiento electoral de los partidos políticos tradicionales (SPD, CDU/CSU), que lo tienen muy complicado para formar gobierno: si no se ven obligados a gobernar en minoría. Pero esa es, ya, otra historia.