… homme libre, toujours tu chériras la mer!
Cuando todavía era posible escapar a lo más atroz e inconfesable, ¿quién no ha soñado con abandonarlo todo y embarcarse con John Silver, rumbo a la Isla del Tesoro, con la secreta esperanza de quedarse con el botín y refugiarse en la Isla de la Tortuga? Ya condenados al yugo del Orden y el Estado de las Cosas Dominantes, ¿cómo no soñar, al menos, encontrando refugio en los incontables tesoros de una colección que se llama Isla de la Tortuga, justamente?