ETA sigue sirviendo de moneda de cambio a Francia…

Hubo un tiempo en el que cada reunión, seminario o cumbre hispano-francesa era precedida con una redada en el País vasco-francés.

Tras la dramática experiencia del GAL, creado en España para “responder” a ETA, instalada en territorio francés, Charles Pasqua le dijo a Barrionuevo: “No quiero el GAL en Francia. A cambio, os doy todos los etarras que me pidáis”. Y comenzaron las expulsiones masivas (1986).

Pocos años más tarde, a la pregunta: “¿Habrá expulsiones de etarras si España no compra trenes de alta velocidad franceses?”, Jean-Louis Bianco, hombre de confianza de Ségolène Royal, antiguo secretario general del Elíseo, nos dijo: “Francia considerará un gesto inamistoso que España no compre locomotoras francesas”. España compró. Y hubo expulsiones.

Ese toma y daca sigue funcionando. En su primera visita a Madrid como jefe de Estado, Nicolas Sarkozy utilizará el mismo medio de presión ante JL Rodríguez Zapatero. En la mesa de diálogo habrá hoy dos temas: ETA y UE. Sería ofensivo hablar de chalaneo. Pero, si España no se embarca en el carro francés de un Tratado europeo “simplificado”, Francia pudiera ser menos sensible a los puntos de vista del gobierno español en materia etarra…

España ya aprobó (febrero 2005), por referéndum, el proyecto de Tratado constitucional europeo rechazado por Francia tres meses más tarde. El Tratado de Niza (2001-2003) instaló brevemente a España en el club de las grandes potencias europeas. El nuevo Tratado “simplificado” confirmará el voluntario retroceso de España a un puesto ligeramente más inferior.