Podredumbre moral y atmósfera irrespirable, que contrasta, para mi sensibilidad, con el amargo debate colombiano sobre España, Europa, el Líbano, la inmigración, la guerra y los muertos.
El Tiempo destaca un comentario de Daniel Samper Pizano, que escribe: “Conviene que no olvidemos los nombres de los caídos, Jeferson, John Edisson, Jeyson Alejandro: ellos podrán ser nuestros mejores embajadores ante España y Europa” [ .. ] “Ojalá esos tres colombianos muertos con el uniforme español ayuden a derribar prejuicios y a callar demagogos. Ellos pueden corregir la idea de que la inmigración es un mal inevitable, para mostrar, por el contrario, que puede ser una saludable inyección de vida en sociedades envejecidas”. [El Tiempo, 28 junio 2007, Daniel Samper Pizano, Jeferson, Yohn Edisson, Jeyson Alejandro].
Gregorio Luri says
Un ejemplo de absoluta podredumbre moral:
http://www.ami-gz.org/upload/imaxes/11560.jpg
JP Quiñonero says
Gregorio,
Si Abuchafar Abentofail llevase razón, como yo lo pienso, cuando decía “… y se abrieron los ojos de su corazón, se iluminó su inteligencia…”, la podredumbre moral que nos ocupa, en esos y otros casos bien evidentes, quizá pudiera ser una manifestación palmaria del demonio (“el espíritu que todo lo niega”, Goethe), para mejor destruir las almas muertas a través de la duda, la podredumbre y la negación…
Q.-
Gregorio Luri says
Esperemos que al hacernos compañía vacunemos nuestra humanidad contra la podredumbre. Y sí, claro, el gran sabio de Guadix tenía toda la razón.
JP Quiñonero says
Gregorio,
“Largo me lo fiáis..” “Un gentlemen solo defiende causas perdidas”, etc.,
Q.-
maty says
Crónicas Bárbaras Líbano: Desastres militares Manuel Molares do Val
Luis Rivera says
Somos una sociedad hedonista y desprejuiciada que paga a los pobres del mundo para que la defiendan. Somos una sociedad que cree que la guerra es evitable siempre, y que los ejércitos no son necesarios. Somos una sociedad de jóvenes pacíficos y bellos que anatemizan a quienes creen que la guerra es a veces la inevitabilidad propuesta por el enemigo. Somos una sociedad feliz sin enemigos. Somos una sociedad que cree que los malos son los otros. Somos una sociedade que no cree en sus políticos y por eso no les exige nada. Somos una sociedad que cree que los mejores valores para la convivencia son los que no 3existen. Somos una sociedad que espera ser financiada en todas sus necesidfades. Somos una socierdad propietarios de pisos. Somos de prtopietarios de coches. Somos una sociedad de propietarios de apartamentos en la costa. Somos una sociedad de turistas. Somos una sociedad de game boys. Somos una sociedad de emails. Somos una ociedad caprichosa con complejo de rica. Somos una sociedad feliz que disfruta del ocio disminuyendo su población y abominando de la emigración. Somos una sociedad feliz que pone la mitad de los muertos solamente. Somos una sociedad de individuos que conocen todas las respuestas. Somos una sociedad que no se hace preguntas. Somos una sociedad del corazón.
Luis Rivera says
Y por cierto, repentinamente somos una sociedad que entiende, toda ella, de inhibidores de frecuencia y de su necesidad. ¿Que más nos podemos pedir?
maty says
@ Luis
Mi sí entender de inhibidores de frecuencia…
obs says
Mí… triste…
como diría mi abuela
en la mina falta gente
Luis, siempre agredecido de tus comentarios
Maty, “haztelo” mirar
JP gracias
obs says
Con permiso JP,
Luis, he escrito aquí, porque es el ùltimo archivo que he leído…
… gracias, porque… para sobrevivir es necesario leer a personas como tú.
Maty háztelo mirar aquí, como en tus notas en otros archivos.
Y JP, gracias por tu labor
no debe ser nada fácil
y agradecido si me das permiso
Oriol
Luis Rivera says
Maty, a lo que me refiero es que, sin dudar de tus conocimientos técnicos, que me resultan sorprendentes, este país y sus gentes son de tal naturaleza, que ayer sin ir más lejos, en uan cena entre amigos, cualquiera hablaba del conocimiento profundo de los inhibidores… Naturalemnte era una conversación banal al hilo de, seguir con el modelo del entretenimiento público: el pim pam pum al gobierno (independientemente de que algunos creamnos que es merecido o no)
Yo viví un problema con inhibidores, y ayer callaba, porque explicarlo era ridículo. Mi vecino Conde Pompidu, fiscal general hoy del Estadoi, llevaba en su coche inhibidor y cada vez, al llegar a su caso, disparaba mi alarma de la cocina. Era inútil, ¿sabes? Cada día me llamaban de la Central de Alarmas. Hablé con Cándido, que es encantador y buena persona, independientemente de su ejecución política y él lo hizo con los responsables de su escolta. Inútil. Suprimí el detector de la cocina y reforcé el del salón, y acabó el problema. ¿Porqué? No lo sé. Por cierto, que Cándido no era aún fiscal, sino Magistrado del Supremo.
A los españoles, según pienso, Maty, nos encanta encontrar un tema en el que apoyar nuestro recurso hostil. A eso me refiero. La razón de la existencia o no de inhibidopres, como en todo país civilizado, lo discuten las inspecciones de la administración y no me parece que sea un tema para convertirlo en sesión de preguntas al gobierno en el Congreso.
Y no dudo de que “tú si saber”. Sabes que no me refiero a eso.
maty says
Los inhibidores también pueden ser utilizados como armas de ataque, no sólo defensivos, que son los que incorporan habitualmente los vehículos. Imagínate lo que puede hacer en un aeropuerto si no se desconecta… Me da que tus sensores eran baratillos -lo habitual-, no protegidos contra las interferencias. En cualquier caso, curioso que se activase en vez de inhibirse, señal de que el control de calidad del producto no era muy exigente. Hablando de controles de calidad, siempre hay que mirarlo en los productos eléctricos y electrónicos. Ahí el más fiable es el alemán TÜV.
Conocimientos sobre Redes, Procesado de Señal, Antenas, Microelectrónica… no me son nada ajenos, como bien sabe el dueño de esta casa hace tiempo. Cierto es que me voy quedando desfasado en algunos campos, inevitable, pero los fundamentos siguen estando ahí, espero.
JP Quiñonero says
Oriol,
Hombre, gracias a ti,
Q.-
Jordi says
Luis, una pregunta ¿capciosa?: si todas las sociedades fueran iguales a la que describes respecto a la nuestra, ¿no sería la guerra evitable siempre? ¿Es una sociedad quimérica o, simplemente, es demasiado romántica?
De todas maneras, incluso dentro de esa sociedad que describes, hay mucha gente que no piensa igual, aunque sólo para avasallar al débil. Y eso, para mí, es peor. Porque el débil, por definición, va a intentar evitar la guerra.
Por cierto, ¿no será que se anatemiza al que cree “que la guerra es a veces la inevitabilidad propuesta por el enemigo” por lo que representa algo que pasó 60 años atrás, que diría nuestro querido José María?
Vaya, y eso que iba a ser sólo una pregunta…
maty says
Jordi, no mezcles guerras civiles con las otras. Hoy en día es inconcebible una guerra con nuestros vecinos portugueses o franceses, al ser democracias, no así con la dictadura absolutista marroquí y las presentes en otros países de la zona.
El día que sean democracias similares a las europeas dejarán de ser un peligro a considerar, mientras tanto el deber de un gobierno es la prevención, mediante la diplomacia, la economía y la fuerza. Hoy por hoy, el ejército español no ejerce una disuasión creíble, al estar mínimamente dotado desde hace décadas, ya en tiempos de la dictadura franquista.
Lo dicho, lo que nos sobra en los gobiernos son gente ideologizada y de letras, que anteponen su ideología e incompetencia para la gestión a cualquier otra consideración.
Un país es una gran empresa, y al frente ha de haber gente cualificada. Tristemente, el funcionamiento interno de la partitocracia premia a los sectarios por el “prietas las filas”, y no el mérito. Así nos va y peor que nos irá.
Jordi says
Mmmmmm, ¿ahora tendría que decir que yo no he mencionado el término “Guerra Civil”?
Fuera frivolidades… ¿Por qué no? ¿Acaso una guerra civil es diferente de una internacional en cuanto a que tiene efectos desastrosos para un país y es traumática para sus ciudadanos? ¿Acaso un guerra civil se puede admitir más alegremente que una internacional o viceversa? Cuando alguien está en contra de las guerras, yo asumo que es contra TODAS las guerras, no contra algunas. Y hacer distinciones me parece innecesario.
Sobre los peligros de Marruecos y demás países norteafricanos, como no estoy tan informado, no puedo opinar, aunque me creo perfectamente que no sean de fiar.
Lo cual viene a responder sí a mi pregunta: “si todas las sociedades fueran iguales a la que describes respecto a la nuestra, ¿no sería la guerra evitable siempre?”
Perdona, pero no entiendo qué relación tiene esto con el tema. Es la coletilla habitual, pero creo que aquí no estábamos hablando de gobiernos. De todas formas, lo vuelvo a decir: he visto a gente de ciencias hacer y decir tantas barbaridades como los de letras… Lo mejor para la gestión es un buen economista o un estadista, ¿no? ¿Los considerarías de letras?
maty says
“por lo que representa algo que pasó 60 años atrás”
Entendí que te referías a la Guerra Civil, pero conté mal los años. Vayamos al grano de la discusión.
No creo que ninguno de los comentaristas de esta bitácora esté a favor de la guerra per se. Pero no ser partidario de ella, no implica no estar preparados para hacer frente a una agresión exterior que, en el caso marroquí, es plausible, dados los antecedentes. Por tanto, España debe estar preparada para afrontar esa eventualidad mientras esos países y sus sociedades no hayan avanzado lo suficiente. Que la dictadura marroquí sea substituida por un régimen islamista no ha de descartarse, dada la incapacidad del régimen para mejorar la calidad de vida de su población. Por ello, por el trato que reciben los súbditos marroquíes, es un gobierno no fiable e inestable.
O se tiene ejército o no se tiene, pero si se tiene ha de ser en condiciones. Todo lo demás es politiquería.
Lo mejor para la gestión de un país son personas cuya capacidad haya sido contrastada antes en otros ámbitos, habitualmente en la empresa. Y eso cada vez es menos frecuente en TODOS los gobiernos españoles.
Un perfil ideal, para mí, además de la experiencia gestoria, son personas con formación ingenieril, científica, técnica o similar con master de dirección de empresas. Y con la menor ideologización posible. También gente con formación de letras, lógicamente, para aquellos puestos que le son más propicios, pero es que ahora éstos son la gran mayoría, ocupando cargos para los que no están cualificados.
Es decir, separando nítidamente el partido del gobierno. Con ministros que no necesariamente tengan que ser diputados ni militantes del partido que forma gobierno. Buscando siempre a los mejores, no a los más fieles. Y buscando siempre el acuerdo con el principal partido de la oposición en aquellos temas cruciales, para lograr estabilidad (no es de recibo que la ley educativa se cambie cada dos por tres).
Ese es el grandísimo error del gobierno del PSOE de Zapatero, preferir pactar con las minorías nacionalistas antes que con el PP, en todos los asuntos, anteponiendo su sectarismo al Bien Común de la sociedad española.
Luis Rivera says
Jordi: respondo a tu pregunta “capciosa”. Yo preferiría que escribieras provocadora. Y eso me gusta.
Describo en mi comentario a una sociedad ·sociológicamente dibuijada”, fruto de la estadística, fruto de su manera de vivir, de su sueño vital, que es ahora estrictamente material.
Vivmos en guerra, Jordi, y ello es evidente. Vivimos en una situación de enfrentamiento en el que todos reconocemos al adversario, aún cuando creemos que no es aún el enemigo. No se trata de una guerra, o de una contienda, o de un conflicto, al que podamos presuponer una forma tradicional: divisiones, bombardeos, al estilo de las guerras del siglo XX. Vivimos en la guerra de la insurgencia aliada con el factor tercer mundista, heredera del internacionalismo (falsa y banalmente esgrimido por el sovietismo) en la que dos ideologías tratan de enfrentar al mundo regido por los principios auspiciados por los venecdores de las Primera y segunda Guerra, que son la Sociedad de Naciones y la ONU, su heredera.
Vivimos una guerra de ideologías que no comprendemos, de indigenismos que explotan y coinciden con las anteriores en la propiedad de medios de recursos energéticos. Vivimos frente a una parte del universalismo, escindida, seguidora de populismo e idiologías, que se amparan en el seguimiento de los “condenados de la tierra”, los hijos de Franz Fanon, cuya lectura recomiendo hoy, conjuntamente con Camus, para que no se pierda perspectiva alguna.
¿Qué hacer? ¿Cómo responder? No lo sé, no seré tan pretencioso como para presumir de soluciones.
Jordi says
Jolin, Maty, me acabas de chafar la broma… me parece que tengo que dejar el humor, que solo lo pillo yo 😛
Ni esta en mi animo sugerir nada sobre los contertulianos. De hecho, no he sugerido nada en ningun sentido. Solo he hecho una pregunta capcioso-provocativa, inducida por un cierto discurso que veo fluir a menudo de critica, por ilusos, a los que se oponen a cualquier guerra. Solo estaba dejando entrever que, quizas, si todo el mundo pensara igual y no nos pasaramos el dia intentando meter el dedo en el ojo del de al lado, igual no haria falta “estar preparados para hacer frente a una agresión exterior”. Ese es el inicio y el final de mi intervencion. Nada mas.
Ligando con lo anterior, es guerra o es el instinto de supervivencia intrinseco al hecho que somos animales e intentamos ser los que dominen? Es guerra o es simplemente la raiz de toda evolucion: creacion de diferentes formas de vivir y supervivencia de la mas fuerte?
Bueno, en cierto modo si, que yo cada dia leo sobre bombardeos y tropas occidentales por el mundo.
Me gustaria poder separar los conflictos derivados de acciones terroristas de cualquier tipo de los conflictos ideologicos. Los primeros, como en el caso de ETA, son solo acciones criminales disfrazadas con el traje de ideologia. No se busca imponer una ideologia, sino simplemente eliminar las libertades de las victimas y una tirania a gusto del agresor. Si el terrorismo se impone en algun sitio, me apostaria los cuartos a que deriva en dictadura.
Sobre los otros conflictos ideologicos, ya sea de caracter religioso o de caracter populista, yo, como tu, Luis, no lo veo una guerra en el sentido belico tradicional, sino, simplemente, un conflicto de formas de entender la sociedad y el gobierno. Alla cada cual con su creencia de cual es mejor. Para este tipo de conflictos, hace falta ejercito, ahora mismo?
De todas formas, esos conflictos se encuentran, hoy por hoy, alejados de la vida diaria espanyola. No hay amenaza evidente (el caso de Marruecos es de los del tipo “y si pasa esto…”), por lo que no es sorprendente que la gente, en base a las experiencias recientes y a la mitologia alrededor del danyo que produce una guerra (no faltan fotos y sensacionalismo en la prensa para que asi sea), este en contra en cuanto se menciona la palabra. Al hilo de esto, hoy he leido un texto muy interesante que quiero compartir con vosotros porque me parece que viene al hilo de los comentarios:
Preferiria no hacerlo: Líbano: Si hay que ir, se va, pero ir por ir…
Jordi says
Ups, me deje el enlace al articulo! 1000 perdones…
Buen fin de semana a todos!
Luis Rivera says
Jordi: es guerra. El atentado de las torres gemelas es guerra. La bomba en los trenes de Madrid y en el metro de Londres es guerra. No se trata de una guerra de posiciones. No es pensable que en un mundo en “relativo equilibrio” se produzca un ataque marreoquí sobre Ceuta o Melilla (tal vez alguien piense que no es necesario estar dispuesto a defenderlas) pero sin ser pensable es necesario que se tenga presente esa eventualidad: las cosas no suiceden hasta que suceden. El atentado a las torres gemelas era ciencia ficción hasta que fué realidad.
Dices que ves situaciones de guerra con bombardeos, etc. Bueno, hay situaciones belicosas (Israel-palestinos-irán-siria) y el soporte que la UE y los EEUU deben al Estado de Israel, como tapón de un conflicto (no exclusivamente el que allí se vislumbra) en torno a las fuentes de valores energéticos. Afganistán y Líbano son situaciones de guerra con un enemigo emboscado en guerrillas, donde las fuerzas de la ONU están para apoyar a un gobierno demoicrático (todo lo que puyede ser en Afganistán) y separar a unos contendientes de los cuales uno es un estado (Israel) y el otro es una fuerza armada y financiada por dos paises (Siria e Irán).
Observa que en todos los conflictos a los que me estopy refiriendo aparece una clase de fuerza beligerante que practica el islamismo, como “casus belli aparente”, pero del que podemos pensar que su objetivo es crear en torno a las fuentes de energía petrolífera un cerco de blindaje y propiedad. Cosa que por otra parte está intentando hacer un populismo tercermundista (Venezuela-Bolivia). ¿Podemos imaginar nuestra civilización y nuestra cultura a expensas de las tensiones estratégicas que podrían surgir de una situación de dependencia energética de nuestros enemigos de hoy?
Frente a un análisis de este tipo, la necesidad de disponer de fuerzas armadas es una evidencia. ¿Que puede importar que todos seamos pacifistas si peligra el suministro petrolífero? No cabe pensar en fuentes alternativas o en una política de ONG’s bien intencionadas. Somos quienes somos y estamos donde estamos. El paciifismo es una actitud tan ética y general como el pensar en que con un ejército bien dotado, se vive más seguro en nuestro mundo; no cabe pensar en la buena intención de todo el orbe, utópico y quimérico, sino en la posibilidad de defender nuestra forma de vida, incluida la democracia, a la que tanto ha costado llegar.
Buen fin de semana.
JP Quiñonero says
Luis, Jordi,
… os leo, y recuerdo a los clásicos, sobre la guerra, la política, el marketing y otras desdichas.
Clausewitz estimaba que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Mao hacía una lectura cínica y atroz de esa cita canónica: “La política es guerra sin derramamiento de sangre; en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre”.
Sin embargo, en todas las escuelas de marketing se suele utilizar como manual escolar el Arte de la guerra de Sun Tzu, recordando que el arte supremo de la guerra es “someter al enemigo sin combatir”.
A partir de ahí, sucesivos gobiernos españoles han llegado al extremo supremo de la indigencia:
1. Embarcarse en guerras cuyos objetivos políticos escapaban a su influencia política, corriendo los riesgos de quien se embarca en acciones militares que otros planifican según sus intereses, que no son forzosamente los mismos de quienes se embarcan en un conflicto armado sin objetivos políticos propios…
2. Embarcarse en guerras sin objetivos políticos propios, pero enfrentados políticamente con quienes tienen el control de la guerra, considerando amigos a quienes si están en guerra contra nosotros, y enemistados con quienes pudieran ser nuestros únicos aliados naturales, a quienes decimos defender exponiendo la vida de nuestros soldados a las acciones de asesinos armados por los jefes de Estado que nosotros recibimos con grandes gestos de amistad…
Luis Rivera says
Amén, Q.