Huyendo como puedo de las arpías y demonios de la actualidad, el azar me puso en bandeja The Last Picture Show, que volvió maravillarme con su límpida pureza de elegía clásica, hablando de la juventud que se va, los amigos que se fueron, las adolescentes que ya son señoras si no algo mucho peor, el viejo cine de un pueblo fantasma, vacío, que solo existe en mi recuerdo, cuando cierro los ojos y veo…
[ .. ]
The Last Picture Show está en algún lugar entre American Graffiti y A Prairie Home Companion. La película de Peter Bogdanovich quizá tenga más nervio dramático que la de George Lucas. Y comparte con la de Robert Altman el tema de la inmortalidad de las almas, a través del arte: tema proustiano por excelencia… Campos de asfódelos para Robert Altman, Altman y la inmortalidad de las almas.
Ayer advertí ese detalle, esencial, cuando Bogdanovich cita de pasada los versos últimos de la Oda a una urna griega de Keats:
When old age shall this generation waste
Thou shalt remain, in midst of other woe
Than ours, a friend to man
To whom thou sayest, ‘Beauty is truth, Truth Beauty’
That is all ye know on Earth
And all ye need to know.
Que Julio Cortazar tradujo de este modo:
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»… Nada más
se sabe en esta tierra y no más hace falta.
El profesor de la escuela secundaria de Anarene cita a Keats sin decir su nombre. Y los adolescentes ignoran de qué les está hablando. La historia de belleza de la clase (Cybill Shepherd / Jacy Farrow) será una parábola de la caída de las antiguas divinidades en el prostíbulo ambulante del comercio audiovisual.
[ .. ]
Así como la promoción de cada producto audiovisual comporta la distribución de un rosario de trivialidades, para intentar seducir a la clientela, a mi me gusta, en ocasiones, como esta, acompañar el recuerdo de una vieja película con la cita exacta del poema que el director de la película cita muy de pasada, para no aburrir a sus productores y clientes; cuando, en verdad, esa cita íntegra habla de su obra y del puesto de su obra en la memoria cinematográfica.
Este es el legendario poema de John Keats cuyos últimos versos se citan en las primeras secuencias de The Last Picture Show:
On a Grecian Urn
Thou still unravish’d bride of quietness,
Thou foster-child of silence and slow time,
Sylvan historian, who canst thus express
A flowery tale more sweetly than our rhyme:
What leaf-fring’d legend haunts about thy shape
Of deities or mortals, or of both,
In temple, or the dales of Arcady?
What men or gods are these? What maidens loth?
What mad pursuit? What struggle to escape?
What pipes or timbrels? What wild ecstasy?Heard melodies are sweet, but those unheard
Are sweeter; therefore ye soft pipes, play on;
Not to the sensual ear, but more endear’d,
Pipe to the spirit ditties of no tone:
Fair youth, beneath the trees, thou canst not leave
Thy song, nor ever can those trees be bare;
Bold lover, never, never canst thou kiss,
Though winning near the goal —yet, do not grieve;
She cannot fade, though thou has not thy bliss,
For ever will thou love, and she be fair.Ah, happy, happy boughs! that cannot shed
Your leaves, not ever bid the spring adieu;
And, happy melodist, unwearied,
For ever piping songs for ever new;
More happy love, more happy, happy love!
For ever warm and still to be enjoy’d,
For ever panting, and for ever young;
All breathing human passion far above,
That leaves a heart high-sorrowful and cloy’d,
A burning forehead, and a parching tongue.Who are there coming to the sacrifice?
To what green altar, O mysterious priest,
Lead’st thou that heifer lowing at the skies,
And all her silken flanks with garlands drest?
What little town by river or sea shore,
Or mountain-built with peaceful citadel,
Is emptied of this folk, this pious morn?
And, little town, thy streets forever more
Will silent be; and not a soul to tell
Why thou art desolate, can e’er return.O Attic shape! Fair attitude with brede
Of marble men and maidens overwrought,
With forest branches and the trodden weed;
Thou, silent form, dost tease us out of thought
As doth eternity: Cold Pastoral!
When old age shall this generation waste,
Thou shalt remain, in midst of other woe
Than ours, a friend to man, to whom thou say’st,
Beauty is truth, truth beauty, —that is all
Ye know on earth, and all ye need to know.
Y esta es la traducción de Julio Cortazar de ese poema:
A una urna griega
Tú, todavía virgen esposa de la calma,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o de ambos quizá,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres? ¿Qué doncellas rebeldes?
¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera? ¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles, ese salvaje frenesí?Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas;
sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Osado amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances, mas no te desesperes:
marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia,
¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes
que no despedirán jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que infatigable
modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más dichoso!
Por siempre ardiente y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven;
cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado,
la garganta y la frente abrasadas de ardores.¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que hacia los cielos muge,
los suaves flancos cubiertos de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar,
alzada en la montaña su clama ciudadela
vacía está de gentes esta sacra mañana?
Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, y ni un alma que sepa
por qué estás desolado podrá nunca volver.¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede
como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»… Nada más
se sabe en esta tierra y no más hace falta.
[ .. ]
Temas de trabajo de varios capítulos de La locura de Lázaro:
● CJC, el cine español y el destino de la Diva.
● CJC y algunas heroínas de Truffaut, Fellini, Visconti y Billy Wilde.
The last picture show… Grandísima, hermosísima, veracísima película que logra el milagro de hacer inmortal a la juventud efímera. ¡Un 10!
Siiiiii… con un beso para todos
Estimado Juan Pedro:
De vez en cuando recuerdo esta pelcula, vista por primera vezx cuando a penas podía entender todo lo que quería dcecir. Luego, em las revisiones, todo fue cuadrando, mientras se hizo patente una enorme sensación de desesperanza: la escena de piscina, los difíciles asideros de Cybill Shepherd, el exquisito blanco y negro y la desolación del pueblo en el que se rueda.
En http://www.miradas.net se puede leer: «Rodada en blanco y negro por consejo de su amigo Orson Welles para darle mayor verosimilitud a una época ya olvidada, el cineasta emplea su mayor talento para filmar esos tempos muertos donde no pasa nada, tan solo provocan desasosiego y angustia. Espacios abiertos y vacíos filmados con gran angular para destacar los fondos tan grandes que oprimen, Bogdanovich utiliza el espacio de forma magistral para encerrarnos dentro con ellos y desear en un anhelo de encontrarnos lo más alejados posibles de ahí, el nunca volver a ese lugar.»
Ese «no pasar nada» del que tanto deben los americabos a Chéjov, se convierte aquí en una obra maestra.
Pasa un buen fin de semana.
Joaquín, Denise, Miguel,
Joaquín… seguro…
Denise… graciassss…
Miguel… muy fina tu cita de Miradas… resume muy bien el aspecto técnico y la “cocina” fotográfica de la película… indisociable de algunos fotógrafos y pintores (y pintores fotógrafos) californianos… lo de Chéjov también me parece fino y oportuno: esa es la brizna de insondable hondura de la película…
Da gusto advertir vuestra complicidad,
Q.-
Si me permitís cambiar algo la óptica de la imagen que nos brinda el joven Keats, ahora veo en este poema, que tenía algo olvidado aunque fuera de mis preferidos, un tributo suyo a la civilización griega con resonancias neoclásicas:
Pero, aún siendo una verdad bella, no deja de estar sesgada, como la mariposa que se olvidó que fue también gusano o el agradable vaivén mediterráneo que dejó atrás el océano furioso. Para mi quedaría más completo su retrato si incluyera otra cara, como la que nos muestra Baudelaire en «Une charogne»:
No es para deslucir la visión del gran poeta inglés ni para chafar al personal, sino más bien para recordar que no sólo de belleza vive el tiempo y que es cuestión de tiempo que algo se convierta en belleza.
Entre Keats y Baudelaire… dura poneis la eleccion
Parece imposible que un direxto joven, como Bogdanovich, fuera capaz de crear en su primer intento algo tan crepuscular.
Mr Bostezo, Ana, Luis,
.. Mr Bostezo… está claro: Baudelaire es mucho más moderno; de hecho, él funda la modernidad a través del poema en prosa (ver los ensayos del maestro José Antonio Millán, traductor y conocedor emérito)… pero, pero, el detalle de citar ese poema de Keats en un colegio de una Arizona difunta donde se habla de la belleza, la juventud y de tantas otras cosas, me pareció un rasgo de talento y finura… de ahí mi «rescate» del poema íntegro en la tradución canónica de JCortazar.
.. Ana… hay elecciones más duras…
Luis… es cierta esa paradoja que me parece muy bella, también: el hombre joven y brillante que filma una historia tan crepuscular… cómo él muy bien sabía, a la luz de su propia historia y las historias de amor de la protagonista, divinidad floral caída en el piélago prostibulario de la gran industria audiovisual…
Q.-