Como cada primavera (carpetovetónica o argentina), las golondrinas me traen el Boletín Ramón, a pesar de la noche invernal que se prolonga sin remedio más allá de la cosa meteorológica.
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En esta ocasión, el Boletín editado / coordinado por Juan Carlos Albert, Carlos García y Martín Greco tiene un índice tan suculento como siempre: Ramón, de David Vela; Ramón y Keyserling, Carlos García; Brossa y Ramón, o viceversa, Adolfo Montejo Navas; Las huellas de una subversión vanguardista en la primera novelística de Ramón, Emmanuel Le Vagueresse; El signo del seno, el seno del signo: una lectura literaria de Senos, M. Negro; Sobre las ilusiones confortadas, Miguel Catalán; Tauromaquia ramoniana, Luis Bueno Ochoa; Silueta de un greguerista: Carlos Flores, Luis López Molina… Un plato muy particularmente suculento son Los muertos y las muertas: Cuarenta ilustraciones sobre las reflexiones del cementerio de Ramón, de David Vela.
Mientras degusto esos textos, como un niño goloso, en una pastelería, recupero mi ensayo Biografías para una Atlántida, que tenía / tiene 42 folios, fruto de la libertad que me había dado I* para prologar el volumen XIX de las OC de Ramón. E* cortó veinte folios a mi original. Veinte folios de un ensayo de cuarenta. Me negué a leer mi texto mutilado con una desenvoltura tan indiferente hacia mi trabajo, cuando la editorial me envió un ejemplar, que me humilla y entristece innecesariamente.
Juan Pedro, muchas gracias por tus recuerdos de primavera. Siempre es un placer estarse un rato rondando alrededor de Ramón (ahora que se deja). Un abrazo fuerte.
Juan Carlos,
Alegría la mía, también, cuando recibo vuestro magnífico Boletín, que tantas cosas me enseña,
Q.-
A mi también me gusta Ramón, es completamente diferente