¿Tiene sentido seguir aferrándose a la dimensión originalmente cultural de los problemas vasco y catalán, cuando ETA y la pesadilla sin fondo del Terror siguen golpeando a las puertas de nuestros hogares, con un herrumbroso guante de hierro ensangrentado..?
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Si.
Abandonarse al nihilismo de la dimisión cultural sería caer en el más absoluto desarme moral.
NO hay solución estrictamente política a los problemas de fondo, en Cataluña y el País Vasco.
Acaba de publicarse en francés una excelente introducción estrictamente cultural a los problemas vascos, muy alejada de toda coyuntura mezquina: “La lengua, más fuerte que los genes” [ .. ] “Yo soy de nacionalidad vasca y ciudadanía francesa”… L’Express, 14 agosto 2008. Entretien avec Jean Hartischelhar.
Algunas perspectivas sobre las raíces y dimensión cultural del problema vasco:
● Un monumento para intentar comprender el problema vasco.
● Las culturas vascas, en la encrucijada 2.
● Las culturas vascas, en la encrucijada.
● Ramiro Pinilla, Anasagasti, incultura y matonismo.
● Euskadi, Literatura y Terror, 2.
● Euskadi, Literatura y Terror. Una Solución Prohibida por la Ignorancia.
● Lertxundi: “La posible primavera política vasca no asegura una primavera cultural..”.
● Mainer, Euskadi, política, esquizofrenia cultural, frutos y esperanzas.
● España, Cataluña, País Vasco y su geopolítica, vistas por Élisée Reclus.
● Babilonia de naciones mal alojadas.
● El problema vasco, a la luz de este Infierno.
[ .. ]
Sobre la evolución reciente de ETA:
● Las raíces de ETA siguen intactas.
● El árbol de Guernica, amenazado, 2.
● El árbol de Guernica, amenazado.
● ETA volverá a matar.
[ .. ]
Jean Meslier says
Terror, terror será el día que ETA deje de avisar con antelación la hora del «acto» terrorista.
Joaquín II says
Totalmente de acuerdo (¿cuando traducirán -pregunta retórica- ese texto?) …
… y es que ya son 941 los muertos por ETA…
…por cieto Quino creo el otro día haber visto un libro sobre tu querido «Informaciones» en Marcial Pons, si quieres busco el titulo y te lo comento…
Muchos saludos….
Joaquín II says
Bueno AQUI está. Yo hojee y hblan de un chico de Murcia…
JP Quiñonero says
Joaquín II,
Eres cono un ángel de la guarda… ¡Siempre me das buenas noticias..! Mañana mismo intentaré buscar ese libro en Barcelona. Pedro Crespo era uno de nuestros patriarcas. El resto de los personajes de la crónica… viejos colegas de aquellos años, de los que todos guardamos recuerdos muy felices.
¡Gratitudes…!
Q.-
PS. Sobre ETA y la cultura… la entrevista de L’Express con Jean Hartischelar me parece modélica: un señor que sabe de lo que está hablando (cultura vasca), con quien se puede estar en desacuerdo en este o aquel punto, pero que habla con claridad y respeto, exponiendo una situación de hondísimo calado cultural… cuestión cultural que no interesa literalmente a nadie en Carpetovetonia. En fin.
Gracias de nuevo…
Joaquín II says
Nada hombre, a mandar…
Pedro José Chacón Delgado says
Bien, la entrevista a este señor me parece interesante, pero, con el debido respeto, son cosas ya muy sabidas.
El problema vasco, a mi juicio, no es de respeto por una lengua. De hecho el señor H. reconoce que en España la lengua vasca está muchísimo más reconocida que en Francia. Por lo tanto, al hablar de que en Carpetovetonia no interesan estas cosas, habría que ver, en correspondencia, lo que interesan en Francia, con entrevista en L’Express incluida y todo.
Mire, señor Q., le doy un dato. Yo conozco bastante bien la obra de Javier Corcuera, que es el autor de referencia a la hora de entender el origen del nacionalismo vasco. El libro en cuestión tiene dos ediciones, con dos títulos diferentes: el primero Orígenes, ideología y organización del nacionalismo vasco (1876-1904) y la segunda edición se llama La Patria de los vascos y mantiene el título de la primera edición como subtítulo, cambiando el año 1904 por el 1903, que es el del fallecimiento de Arana. Bueno. El caso es que este autor, en la primera edición, daba mucha importancia al tema de la lengua. De hecho esta cuestión ocupaba una gran parte del primer capítulo de la obra. En la segunda edición ese apartado de la lengua queda reducido a la mínima expresión y frases lapidarias que aparecían en la primera edición (de 1979) en el sentido de que en una generación de vascos aprendiendo euskera el problema de la lengua desaparecería, ahora, en la segunda edición de 2001 es suprimida: en absoluto estamos hablando de un problema político para la lengua en el País Vasco. La represión española contra la lengua vasca, que evidentemente que existió, no puede explicarlo todo, por más que quisieran algunos. Es un tema más hondo, de los propios hablantes de la lengua, es un tema de tipo social o cultural, si quieres, de necesidad que tienen los hablantes por una lengua o por otra. Y las razones de ello tampoco son ajenas a la propia lengua en sí. No estoy muy seguro de que todas las lenguas sean intercambiables entre sí, abstrayéndonos de condiciones y de escenarios.
Los nacionalistas radicales sueñan con la posibilidad de que una Euskal Herria independiente tendría automáticamente el euskera como lengua de uso habitual. Pero, en contra ejemplo, tenemos el tema de Irlanda. Allí consiguieron la independencia del Reino Unido y ahora tienen el gaélico embalsamado y funcionan con el inglés.
Un saludo.
JP Quiñonero says
Pedro José,
El problema vasco tiene una historia política, claro… en la que no pienso entrar, por dos razones muy simples:
1. Es un tema que desconozco.
2. NO creo que haya solución estrictamente política.
Lo mío es el arte, la lengua, las literaturas, la cultura… A mi modo de ver, NO puede haber el más mínimo vislumbre de comprensión (NO ya de entendimiento… Comprensión, algo anterior e imprescindible para intentar entender, si no dialogar, lo que también me parece imprescindible), si antes no se tiene una vaga comprensión de la naturaleza cultural del problema, en su origen último. Jean Hartischelar resume bien tales cuestiones, que se me antojan sencillamente invisibles en la vida política, cultural y universitaria de cada día.
Mi entrada remite en varias ocasiones a los Enormes problemas de fondo que plantean las literaturas vascas y otras cuestiones culturales, dando mi opinión y recogiendo otras opiniones, de algún escritor y algún historiador de la literatura. Comprendo perfectamente que tales cuestiones no interesen a nadie: pero son las que a mí más me interesan. Nobody’s perfect,
Q.-
PS. El tuteo cordial no tiene la barrera ni las barbas del usted castizo, que siempre me asusta un poco.
Pedro José Chacón Delgado says
Perdona Q. si notas cierto distanciamiento en mi entrada. Es verdad que cuando no conozco o no tengo relación directa con alguien siempre suelo utilizar el usted. Y además con personas que son mayores que yo por edad: lo hago por simple y llano respeto, sin más. Pero podemos tutearnos sin ningún problema por mi parte, faltaría más.
Comparto, desde mi particular punto de vista, tu interés por la literatura y la cultura. En cuanto al tema de la cultura vasca y el euskera, evidentemente, lo tengo que ver de forma diferente a ti, viviendo como vivo en el País Vasco desde que nací. Esto que digo es simplemente un dato, no un juicio de valor. Y esa diferencia de punto de vista alude fundamentalmente, a mi juicio, a una serie de cuestiones que tú tampoco, creo, has vivido:
1. He visto desde que nací a muchos nacionalistas diciendo que hay que aprender el euskera y hay que valorar la lengua, etc., cuando ellos ni siquiera lo hablan: les basta con tener los apellidos.
2. He tenido que aprender euskera hasta sus últimos niveles de aprendizaje porque es la única forma de prosperar en la administración vasca y, mientras, por tanto, he tenido oportunidad de darme cuenta de lo que es la lengua de la que estamos hablando: no hablo del euskera desde fuera de él.
3. El euskera tiene una riqueza cultural evidentemente acorde con el pueblo que la ha usado siempre: es oralidad y dialectalidad pura. Es más, hay pueblos como Ondárroa o Bermeo, donde tienen a gala que no les entienda ni cristo. La literatura viene tardíamente, de la mano de la Iglesia católica en Euskadi sur y del protestantismo en la parte francesa: curiosamente ahí están los mejores ejemplos de euskera clásico: en Labourd y Soule. Ese euskera norteño es al que aspiraba convertir en norma oficial Krutwig, el que se supone que inspiró a la primera eta (aunque luego todos los etarras de primera hora abominen de él -Onaindia, Juaristi, etc.-)
4. Cuando hablamos de arte, literatura o historia o cultura en general, diferenciando estos aspectos de la política, creo que le hacemos un muy flaco favor a la política: creo que todo es política, porque política, en su acepción más clásica y más humanística, es todo lo que hacemos desde nuestro particular punto de vista y en nuestra relación con los demás.
5. Nuestro punto de vista se traduce en nuestra identidad, que puede ser compartida por más o menos gente, pero es lo que da gracia a la vida, variedad, posibilidad de encuentro entre diferentes, etc. Y la identidad es hoy el centro neurálgico de la política. Rehuir de ella creo que es un craso error: con ello no hacemos más que dejarles a los nacionalistas de carné el campo expedito para sus soflamas unidireccionales y monocordes.
En fin. Un saludo muy afectuoso y gracias por entradas como la de hoy, que me dan oportunidad de intervenir. Yo también tengo temas en los que me siento más cómodo que en otros. Y está claro que el de esta entrada es uno de ellos.
JP Quiñonero says
Pedro José,
… te comprendo perfectamente…
Entre las numerosas referencias de mi entrada… son varias las que se consagran, justamente, a la gran literatura vasca en castellano… ¡perfectamente imprescindible para comprender el problema vasco..! … estoy pensando en Ramiro Pinilla… y en un largo artículo consagrado a las literaturas vascas hablo, justamente, del diálogo entre escritores, e intelectuales vascos de distinta lengua y sensibilidad…
A mi modo de ver, lo esencial es NO dejar a nadie el Monopolio de la(s) lengua(s) y la(s) cultura(s), de ahí lo esencial de entrar con respeto, en todos los terrenos, incluso con el más cordial tuteo, claro,
Q.-
PS. Last but not least… y, al mismo tiempo, sin dejar que los políticos (profesionales o tabernarios) intenten metez baza en un terreno en el que ellos no saben gran cosa, como demuestra un famoso político vasco, comentando la obra inmensa de Ramiro Pinilla, justamente, en una anotación a la que hago referencia.
Pedro José Chacón Delgado says
El tema, evidentemente, es inacabable, y me niego a que un 18 de agosto sea sólo para él. Pero por continuar con lo que dices, respecto de la literatura en castellano que se escribe en el País Vasco. ¿Es que alguien puede pensar que la literatura en castellano del País Vasco no es vasca? Pues evidentemente que sí. Pero esta es una más de las judiadas que tenemos que aguantar cotidianamente en el País Vasco.
Mira, te refieres a Ramiro Pinilla. Yo sí que me he leído su trilogía Verdes valles, colinas rojas. Y también La higuera. Este último libro, muchísimo más legible, en todos los sentidos, que la trilogía, es el mejor de los suyos, sin duda, para mí. Te lo recomiendo. Pero no porque resulte mucho más fácil de leer, sino porque creo que compendia a la perfección el mensaje de Ramiro Pinilla.
Por decirlo claramente, no soy pinillista, Q. Creo que la crítica fastuosa que le dedicó Rafael Conte en El País, en su momento, pecó de crasa ignorancia sobre el tema vasco. Ya sé que con esto hecho abajo ciertas creencias y tótems al respecto y me coloco en una especie de «rinconcito del raro» y del que viene aquí a complicar las cosas más de lo que ya están, pero es que creo que Pinilla para nada representa la realidad de quien no es nacionalista en el País Vasco. Más bien es un libro que les viene de perlas a los que siempre quieren ver el lado bueno de lo vasco y arrimarse a él para «convertirse» en buenos vascos, olvidando la que realmente es su propia identidad, la que arrastraron malamente de los campos depauperados de allende el Ebro, cuando llegaron al País Vasco, con la inmigración.
Por expresarme claramente, amigo Q. Toda la ideología nacionalista se basa en la aversión al «maketo», como sabes. Hoy ya no se habla de maketos, claro. Esto fue hasta la Guerra Civil. Luego se habló de coreanos para Vizcaya y de cacereños, en el caso de Guipúzcoa (te remito encarecidamente a las obras de Raúl Guerra Garrido para ilustrar esta cuestión).
Bien. Ramiro Pinilla es un maketo de primera generación. Nacido en Bilbao, sus padres probablemente vinieron de fuera. Su simpatía por el lado minero viene de ahí. Pero el maketismo en su trilogía está absolutamente arrinconado. Sólo aparece en el primer volúmen y con personajes secundarios, decisivos en la trama principal, sí, pero como secundarios a los principales, que son todos de apellido vasco.
La trilogía se basa en una saga, donde se introduce el elemento extraño, que se llama «Ella», o sea una mujer sin nombre (en el tomo III nos enteramos que es maketa, evidentemente, como si hiciera falta saberlo para haberlo supuesto en todo el trayecto hasta allí), y alrededor de ella pululan el resto de personajes, a los que ella abduce o a los que ella mantiene a raya. Sí «Ella» es la protagonista como mala (en toda saga siempre hay una mala, pues bien, aquí la mala es «Ella», la gran maketa, podríamos decir).
Pero luego los buenos, los personajes que nos cuentan sus minucias y que nos muestran su gran sensibilidad son todos vascos de pedigrí. ¿No te parece un poco triste, Q, que un autor como Ramiro Pinilla, que podía haber explotado también el «lado bueno» de los mineros, de los sobrevenidos, de los explotados, de los estigmatizados, los deje ahí, como el lado oscuro de su historia?
La higuera, como te digo, es el compendio de la trilogía. Está escrita, a mi juicio, mucho mejor, mucho más fluida, con mucha más maestría en el fluir del lenguaje y de los diálogos, por ese lado una auténtica gozada, después de haber leído la trilogía (recomiendo hacerlo en este orden). Pero lo que ocurre en La higuera es un compendio o resumen de lo anterior (incluso aparecen personajes conocidos de la trilogía): el protagonismo se lo lleva una cuadrilla de falangistas que realizan la limpieza ideológica de la retaguardia, tras la caída de Vizcaya. Pues bien, fíjate, el jefe de la cuadrilla es vasco, de Neguri, y el más sanguinario de ellos también es otro de apellido vasco. Pero ahora, curiosamente, el que se lleva el protagonismo en cuanto a la necesaria catarsis que exige tanto terror y tanta abyección es uno de Valladolid, el clásico facha de bigotito, que es el que se inmola por todos los demás. O sea, que para hablarnos de represión y de catarsis sí vale uno de Valladolid que vino por aquí, pero para hablarnos del País Vasco, de sus identidades, de sus sagas histórico-contemporáneas, entonces ahí sólo los vascos de rancio abolengo…
Esto es Pinilla, amigo Q.
Saludos.
JP Quiñonero says
Pedro José,
Bueno… ahora entramos en un terreno casi estrictamente literario…
De entrada: yo si pienso que Ramiro Pinilla es un gran escritor vasco. Y su trilogía me parece uno de los grandes libros vascos de su tiempo, que es el nuestro.
No veo tan claro como tú esas lecturas más o menos psicológicas. De hecho, como sabes, eminentes políticos nacionalnacionalistas han criticado con mucho despecho a Pinilla. En mi entrada hay por lo menos un enlace al respecto.
La primera consecuencia que yo saco sobre la trilogía de Pinilla es muy simple: uno de los más grandes intentos que se han hecho nunca en el País Vasco de comprensión o interpretación cultural – literaria de las cuestiones vascas se ha hecho en lengua española / castellana. Que a Anasagasti no le guste ese libro (del que habla con desprecio) me parece sintomático. A tí no parece gustarte por razones muy distintas…
En mi caso, NO tengo ni la solución, ni la clave, ni la sentencia: me limito a tomar buena nota que se trata de una obra literaria de envergadura, cuya lectura me tomo la libertad de aconsejar, vívamente, desde que apareció, como queda constancia en un link de esta anotación.
Sobre los falangistas… ese Pinilla más expresamente político a mi me convence mucho menos: su doctrina salta a la vista, y me parece menos convincente que las complejidades de su trilogía, forzosamente ambigua… ¡si esa cuestión cultural estuviese clara no sería necesario escribir tanto..!
Q.-
PS. Ahora que no nos oye nadie… en varias ocasiones he intentado plantear estos mismos problemas, en este mismo Infierno, con un éxito sencillamente nulo. En este caso, nuestro diálogo me resulta estimulante. Aunque sospecho un rosario de voces y ojos que nos siguen y callan ¿por miedo? , evitando salir de la ambigüedad calculada, que me parece soporífera, para ellos.
PS bis. Hay otros escritores vascos que escriben otras cosas: y cuya obra, ajena a toda polémica política, también habla de la realidad vasca de hoy.
Mercè says
JP, PJ: hace tiempo que tengo por leer Los pasos incontables, de Ramón Saizarbitoria, conoceis esta novela de 1998?
JP Quiñonero says
Mercè,
Para mi gusto, Saizarbitoria es otro autor a leer para comprender. Añadiría un poeta que, en apariencia, no habla de política, y que, sin embargo, su obra habla de cosas muy hodas… Karmelo Iribarren…
Q.-
Mercè says
Buscaré a Iribarren… Gracias, Q
JP Quiñonero says
Mercè,
Idus de abril,
Q.-
Pedro José Chacón Delgado says
Hola de nuevo:
Ayer no pude intervenir más ni contestar a vuestros comentarios al respecto. Sólo un par de cosas me restan por decir a la espera de nuevas oportunidades:
1. «No veo tan claro como tú esas lecturas más o menos psicológicas». Amigo Q, no entras en lo que llamas mis interpretaciones psicológicas de la obra de Pinilla, que quizás juzgas rebuscadas. Pero creo, si por un momento te pones en mi lugar, que es muy fácil entender lo que quiero decir. Lo intentaré de otro modo. Mira. Creo que vives mucho en París, ¿no es cierto? Pero que tampoco te es ignota que digamos la ciudad de Barcelona, ¿no? Sabes lo que son los charnegos en Cataluña, ¿no? Pues imagínate a un charnego hablando de los que vinieron de fuera y poniéndose en la voz de un catalán nativo. Eso es Pinilla para el caso vasco: un maketo que se introduce en la piel de un vasco (el personaje de Asier Altube en su trilogía podría ser perfectamente él mismo) y que desde ahí habla de los maketos. Para rebuscado psicológico ya tenemos a Pinilla, no lo dudes.
2. «eminentes políticos nacionalnacionalistas han criticado con mucho despecho a Pinilla». De nuevo, querido Q., es como si porque un nacionalista critique algo ya me voy a poner yo a favor de lo criticado por no estar de acuerdo con los nacionalistas. Pues tampoco es tan sencilla la cosa. No estar de acuerdo con los nacionalistas, y en particular con el particularmente zafio Anasagasti, no significa que automáticamente nos tengamos que alinear con el criticado. Evidentemente no estoy de acuerdo con lo que dice Anasagasti o sus comentaristas, pero no por lo que diga en este caso sino porque, en general, es muy difícil estar de acuerdo con una persona tan absolutamente previsible. Pero es que las cosas, en este caso literario, como ves, son más complejas.
3. ¿Autores que hablen del caso vasco desde otros puntos de vista y que sirvan para entenderlo mucho mejor que muchos tratados? Ya lo sugerí antes:
Raúl Guerra Garrido. En especial: Cacereño, La mar es mala mujer, La carta, La costumbre de morir, Tantos inocentes, incluso El otoño siempre hiere. Me gusta menos, por razones que podríamos comentar también en otro momento, Lectura insólita de El Capital, que fue premio Nadal y que es como una historia en pequeño de la Historia contemporánea vasca. Pero es muy matizable en muchas cosas. No obstante, todas enormes, todas perfectamente clarificadoras de lo que ocurre aquí.
Por otra parte, tuve ocasión de estar personalmente con el autor, en su casa de San Sebastián, frente a la playa de la Zurriola, recientemente, y puedo asegurar que su capacidad creativa y su ánimo personal permanecen intactos. Una gozada como persona, y qué decir como autor.
Un abrazo maketo para todas y todos y en especial, por supuesto, para Q.
JP Quiñonero says
Pedro José,
Te leo tras un largo viaje a Port Bou.
Pero vuelvo rápido a lo esencial: las ideas políticas de los escritores, y las ideas políticas de quienes los leen, me interesan mucho menos de lo que la palabra y la lengua dicen, a través de los escritores. ¿Qué dicen las lenguas a través de Pinilla, Ramón Saizarbitoria, Raúl Guerra Garrido o Karmelo Iribarren..?
A través de Pinilla se construye una de las arquitecturas literarias más complejas sobre el País vasco. Para mi sensibilidad, su trilogía es el universo novelesco más grande que ha escrito hasta hoy un escritor vasco.
A través de Saizarbitoria bien a las claras quedan las frustraciones, ilusiones, desastres, sueños, esperanzas y catástrofes de una generación.
A través de Guerra Garrido, ¿cómo no escuchar el miedo, la entereza, la incertidumbre y la capacidad de resistir de alguien cuya casa ha sido atacada a bombazos..?
A través de Karmelo Iribarren… escucho la voz de un hombre solo, capaz de vivir y sufrir solo, sin dejarse arrastrar por las sirenas más tentadoras, afrontando en soledad una realidad dolorida, atormentada… hace falta mucha fuerza moral para vivir así, en cuarentena…
Para mi sensibilidad, tales cuestiones son Altamente Políticas, en el sentido Más Noble. ¿Qué dice y qué puede hacer un hombre de cultura ante tales materiales..?
De entrada: hacer visibles ese atormentado arco iris de problemas, dar visibilidad a esa realidad compleja, reclamar la primacía de esas realidades sobre la Mentir de la retórica política.
¿Hay alguna tarea cívica más importante que dar la palabra, dar visibilidad, a quienes más sufren?
A partir de ahí, la complejidad de tales realidades, hondísimas, creo que aconseja prudencia y humildad: Nadie tiene el Monopolio de la Incertidumbre y el Dolor. Nada hay más urgente, para mi sensibilidad, que dar visibilidad a tales realidades complejas, con una consecuencia práctica que se me antoja urgente… es imprescindible hablar, hablar, hablar, escuchar al vecino, dar la palabra al vecino, restaurar la primacía absoluta de la palabra, que es el principio moral más alto…
Q.-