Con lo que está cayendo, en Barna. y Madrid piensan que Yasmina Reza es una cosa muy tendencia. Moderna. Madre del Señor.
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En verdad, más vale Yasmina que el catálogo de miserias que han puesto a la venta los avispados BHL y Houellebecq, invitados a solazarse en la misma charca por una eficaz suripanta, con agente en Carpetovetonia.
PICARDÍAS, COCODRILOS Y CAVIAR DE SUPERMERCADO
Yasmina Reza soñó con escribir un retrato ácido de Nicolas Sarkozy. Pero fue Sarkozy quien se la llevó al lecho público del marketing publicitario.
Yasmina Reza es francesa, hija de padre ruso/iraní y madre húngara. Ella vive con un señor tirando a socialista caviar. Y ha escrito de casi todo: teatro, novelas, guiones, monólogos, incluso es capaz de subir a un escenario como actriz. No es Valle-Inclán ni Brecht. Pero tiene una lengua cálida, cariñosa, divertida, picante, que da cierto volátil encanto a una mujer menuda, cara dura y simpaticona, capaz de quedarse con cualquiera, con ironía distante.
Cuando ya se había ganado un público que solo lee libros de menos de cien páginas y busca en las revistas de moda cuatro ideas modernas para matar el tedio el fin de semana, un editor avispado tuvo la idea de pagar a Yasmina un anticipo para que escribiese un librejo “íntimo” sobre Sarkozy, en campaña electoral.
Sarkozy aceptó encantado. E incluyo a Yasmina en su programa de viajes, entre la tropa femenina que por entonces era la suya. Yasmina se tragó el anzuelo de todas las confidencias que es capaz de destilar un político casado, con una o dos amantes, al mismo tiempo que seduce a las periodistas que cubren su campaña, a paso de carga.
El retrato de Sarkozy escrito por Yasmina le hizo al candidato un importante favor político. Las piezas de teatro de la retratista de Sarkozy quizá no hablen la misma lengua: hablan de sus picardías personales, con el lenguaje que habla la izquierda caviar francesa y la libertad de tono de una moza impertinente.
Ella pasa por la vida, la escritura y la escena con la ligereza encantadora de los seres que no se toman demasiado en serio. Su encanto es el de las heroínas menudas, falsamente ingenuas. Sabe más de lo que dice. Solo dice cosas maliciosas. Juega con las palabras. Juega con el teatro, que es una forma muy respetable de adentrarse con prudencia por las artes de la escena teatral, la escena política, incluso el teatro de marionetas de las pasiones íntimas: que hay muchas en la obra de Yasmina, tratadas con el delicado escalpelo de la lengua y algunos perfumes de jazmines orientales.
Interesante retrato de YR… dinos, please, cómo fue el libro S, qué favor político le hizo…
Mercè,
En París, el libro de YR sobre S es uno de tantos productos concebidos, hechos, publicados, vendidos y tirados a la basura, que tienen una vida de un trimestre más o menos largo.
Grandísimo favor… que una moza liada con un señorín muy izquierda caviar se deje engatusar por un carca predador tan listo como el hambre insaciable de poder. La mera existencia del libro ya fue un triunfo excepcional para S. Para colmo, ella no ocultó su simpatía final por el personaje…
Q.-
Buen artículo, Q. Siempre me interesó el minimalismo de YR, sus apuntes y anotaciones. Leeré su libro sobre S, al margen del personaje, por ver cómo está escrito.
http://lashorasylosdias.blogspot.com/2008/02/yazmina-reza-el-amor-los-hijos.html
Juan Luis,
Tu visión de la señora me parece muy acertada. Es lo que hay. Ni más ni menos. En francés, las sutilezas sobre Sarko. tienen su encanto (mezcla de ironía, seducción, distancia y embobamiento).
Q.-