Bonneuil-sur-Marne, 15 enero 2010. Foto JPQ.
Jean Métellus, patriarca de la cultura haitiana, en el destierro, teme que gobernantes, ministros, prefectos, militares y policías roben masivamente buena parte de la ayuda internacional a Haití, precipitando una tragedia humana todavía más pavorosa.
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PRESENCIA DE LOPE DE VEGA Y LORCA
Métellus (Jacmel, Haití, 1939) quizá sea el escritor haitiano más importante de nuestro tiempo, autor de una docena de novelas, una veintena de libros de poesía, seis dramas y varios ensayos de referencia, comenzando por su legendario, Haití, una nación patética (2003).
En su despacho / biblioteca, en las afueras de París, Lope de Vega, García Lorca y Borges ocupan un puesto privilegiado, frente a Martin Luther King y los héroes de la independencia haitiana. En el exilio, desde 1959, Métellus es un conocedor emérito de las tragedias de su patria y estima que el drama en curso es una “encrucijada histórica”.
–¿Porqué?
-Si la comunidad internacional no toma medidas urgentes, la generosa ayuda masiva puede precipitar nuevas tragedia. Es de temer que gobernantes, diputados, senadores, policías, militares, se entreguen al robo y pillaje de la ayuda internacional, privando al pueblo de buena parte de las donaciones, que pueden servir, me temo, para enriquecer a los corruptos.
CORRUPCIÓN SALVAJE
–¿Qué motivos o informaciones le llevan a ser tan pesimista?
-Mi conocimiento de la historia de Haití. Y las informaciones fragmentarias que comienzan a llegarme. Mi patria vive un drama terrible: todo está hundido. Todavía tengo familia, allí. Mi hermano, sobrinos… no he conseguido hablar con ellos. Pero todos los contactos que hago, en Haití y en París, me inclinan a pensar que el terremoto no ha acabado con la corrupción endémica. Y esa corrupción amenaza con proliferar como una selva de plantas salvajes, para robar a mansalva.
TRIBUNAL INTERNACIONAL CONTRA LA CORRUPCIÓN
–¿Qué pueden hacer los donadores, la comunidad internacional?
-Organizar con urgencia un tribunal preventivo. Advertir muy solemnemente, desde Washington, desde Europa, que los ladrones serán castigados severamente. Y tomar medidas de precaución. La corrupción endémica ha sido un cáncer destructor de mi país. Entre los más poderosos, entre los gobernantes, entre la policía y el ejército, hay muchos corruptos, que van a intentar aprovechar para seguir robando las donaciones, enriquecerse a costa de la tragedia.
–¿No hay otra alternativa que la tragedia, para Haití?
-Hay una alternativa. Mi primera decisión, en el destierro, ha sido sumarme a un proceso de apoyo solidario y democrático, poniendo condiciones, lanzando un llamamiento solemne a la comunidad internacional. Es urgente, indispensable, que las grandes democracias aprovechen la tragedia para facilitar alguna forma de transición a un régimen que ofrezca más libertades, más democracia, al mismo tiempo que se yugula la corrupción, con vigilancia y supervisión internacional.
NECESARIO CAMBIO DE RÉGIMEN
–¿Es realista pedir un cambio de régimen con motivo de un terremoto?
-EE.UU. y Europa deben ofrecer a Haití una ayuda doblemente condicional. Ayuda de urgencia. Pero echando los cimientos que permitan construir una nueva sociedad política. El necesario tribunal condicional debe pedir garantías a quienes se entrega la ayuda de urgencia. Y, más allá de la urgencia, la reconstrucción de Haití, con nuevas infraestructuras, tampoco podrá realizarse sin la ayuda de los países ricos, que deben aprovechar esa oportunidad histórica para exigir la puesta en pie de un régimen con nuevos cimientos políticos. También se trata de algo así como una deuda histórica. Europa y los EE.UU. habían abandonado Haití a su triste suerte: de ahí que el terremoto haya tenido consecuencias todavía más desastrosas, víctima de una construcción y unas infraestructuras muy pobres, que se han venido abajo como un trágico castillo de cartas. [ABC, 16 enero 2009, «Hay que evitar a toda costa que la ayuda humanitaria precipite otra tragedia»].
- La gran literatura francesa escrita por negros, africanos, asiáticos, mestizos….
- Le Clézio y una metamorfosis histórica de la cultura francesa.
- Entrevistas en este Infierno.
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Bonneuil-sur-Marne, 15 enero 2010. Foto JPQ.
maty says
«deuda histórica. Europa y los EE.UU. habían abandonado Haití a su triste suerte»
Ya sale a relucir el tinte nacionalista. Concretando en España, no tiene deuda histórica con Haití ni con el resto de países de la zona, pues son independientes desde hace dos siglos, por tanto las culpas son suyas y no de los demás.
La única deuda -y no por ello menos importante- es el de la solidaridad humana ante el necesitado, ya sea haitiano o español.
Los gobiernos deben ayudar directamente, sin intermediarios (salvo los de ONG reconocidas y fiables). Gestionando ellos la construcción de infraestructuras y no los gobiernos haitianos del futuro. Y así en el resto de países del mundo.
Y así la corrupción estaría más controlada/minimizada, al estar todo supervisado desde fuera.
Mercè says
Acertadísima entrevista, en ABC y aquí. Se agradece que un periodista dé visibilidad a Jean Metéllus, una forma de recordar de paso que para muchos países, si no para todas las tierras y gentes, un escritor es un interlocutor de sus sueños, desgracias y otras realidades. Como tú, Q, no sé si es realista pedir en estas circunstancias lo que pide Metéllus, pero desde luego es una propuesta valiente.
maty says
Hablando de ABC, su buscador es bastante desastroso, y el que utiliza vía Google.
ABC.es Juan Pedro Quiñonero ABC
ABC.es con Google Juan Pedro Quiñonero ABC
Mejor así:
Google ES Juan Pedro Quiñonero ABC
maty says
Todavía mejor así, buscando sólo en el dominio abc.es
Google ES Juan Pedro Quiñonero ABC
JP Quiñonero says
Maty, Mercè…
Maty,
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Mercè,
Me alegra que te alegre, que nos alegremos, and so on.
«Sed realistas, pedid…»
Q.-
maty says
Quiño, si le das un toque a BB (no he encontrado su contacto directo) seguro que se arregla rápido.
En UTI hay implementadas diferentes formas de acceder a la información archivada, con lo que el lector puede encontrar lo que busca rápidamente.
En un medio con lucro, con más motivo.