Su boda me parece un canto a la vida.
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Que una mujer de su edad y condición decida volver a casarse quizá tenga algo de ejemplar y sintomático, contra la resignación, contra la desesperanza, contra la angustia de vivir en tiempos de crisis.
Su segundo esposo, Jesús Aguirre, fue mi amigo y primer editor. Hace años, mientras la duquesa se entrevistaba con François Mitterrand, en el Elíseo, volvimos a encontrarnos, en su hotel.
-¿Eres feliz..? Le pregunté a Jesús, con una briza de ironía un poco infantil, ahora lo comprendo.
-¡Mucho..! ¡Cayetana es una fuente inagotable de vida..! Me respondió Jesús, con el corazón el la mano.
Han pasado algunos años. ¡Vaya por usted, Señora..!
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Joaquin says
Los parabienes del pueblo son generales (lo cuento en directo desde Sevilla). Comentario muy acertado.
J.
JP Quiñonero says
Joaquín,
Bueno… pues nada, un copazo a la salud de la Señora y su esposo, oye,
Q.-