El rap norteamericano más selecto ha entrado en el Elíseo.
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El rap de los suburbios parisinos tendrá que esperar: su violencia pudiera perturbar las veladas del presidente François Hollande, feliz con los discursos que le escribe un especialista en la vieja música suburbial de la costa oeste norteamericana de hace veinte o treinta años.
El nuevo negro oficial del presidente Hollande se llama Pierre-Yves Bocquet, ejerció la crítica de rap norteamericano en varias revistas especializadas, y es autor de tres obras de obligada referencia, Black Music. Des chaîmes de fer aux chaînes en or (2008), Gangsta rap (2005) y Detroit Sampler (de próxima publicación).
El primer rap norteamericano de los años 80 del siglo pasado comenzó siendo una suerte de recitación melódica, acompañada de un fondo musical rítmico, más o menos obsesivo. Sus orígenes se pierden en las culturas musicales negras norteamericanas de principios del siglo XX.
Ese primer rap norteamericano se convirtió pronto en uno de los pilares de las culturas hip hop, subculturas urbanas, entre el mestizaje étnico, el mestizaje musical, el mestizaje artístico, no siempre político, forzosamente
Entre las culturas hip hop y el primer rap se desgajó muy pronto una rama mucho más política, brutal y violenta, el gangsta rap. Gangsta, de gangster. Un rap de rara e implacable violencia, política, verbal, urbana, sexual, de difícil integración. El autor de los nuevos discursos del presidente Hollande fue durante varios años un gran especialista en rap y gangsta rap norteamericano, cuando, al terminar la carrera, todavía propuso que su promoción se llamase “Guy Debord”, en recuerdo y homenaje al patriarca del movimiento situacionista francés, la familia política más subversiva del lejano y difunto Mayo 68.
Con los años, el antiguo crítico de gansta rap se reconvirtió en probo funcionario próximo a sucesivos gobiernos socialistas.
Un antiguo colega, músico y periodista, Fred Hanak, describe la personalidad del nuevo negro de Hollande, en Le Monde, en estos términos: “Cuando escribíamos en Chronic’art, Pierre-Yves firmaba con el pseudónimo de Pierre Evil (“Pedro Demonio”), y era un personaje tan secreto como Batman, Bansky o Kissinger. Y hacía críticas muy buenas, con aproximaciones sociológicas y políticas. Sabía de lo que hablaba. Su debilidad, su talón de Aquiles, es que conoce bien el rap norteamericano, de la costa oeste, sobre todo. Pero nunca ha estado interesado por el rap francés. Es un poco el Jacques Chirac de la crítica de rap: vieja escuela, excelente en política exterior, pero deplorable en política interior”.
Instalado en el Elíseo, para escribir los discursos de Hollande, supervisados por Aquilino Morell, hijo de un emigrante español, Pierre-Yves Bocquet, difunto Pierre Evil, podrá enriquecer la imaginación presidencial con líricas imágenes del rap estadounidense, evitando cualquier contaminación con la violencia implacable del rap suburbano francés, cuyas letras denuncian con brutalidad el melancólico estado de una Francia comparada con frecuencia con una ramera que es imprescindible violar, si es que tiene salvación el cuerpo de un cadáver.
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Un clásico del rap francés, Kery James, Lettre à la République, subtitulada en español.
- LsS (1). Educados en el odio y la música sucia.
- LsS (2). Caminos de la selva urbana.
- LsS (3). Stalin, musulmanes y animistas errantes en el infierno urbano.
- LsS (4). Desertización de los hogares y almas muertas.
- LsS (5). Sexo, vídeo, rap…
- Líbano-sur-Seine (y 6). El Sacré Coeur y un Holocausto desalmado.
- París y Fotografía en este Infierno.
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ABC,18marzo2014.
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