RSF, Madrid, 2015. Foto Ángel de Antonio / ABC.
Imprescindibles para sobrevivir
He leído y respetado a Rafael Sánchez Ferlosio desde la adolescencia. Y le rendí homenaje recordando una famosa polémica no del todo imaginaria…
[ .. ]
… de la que doy cuenta, con personajes imaginarios y bien reales en mi Biografía no autorizada de Celia Jiruña Carón (CJC):
[ .. ] Bastó que Julián Marías escribiese un artículo glosando la vida y la obra de Rosa Chacel, pidiendo para ella algo tan justo y jamás concedido como un sillón en la Academia, para que la cuadrilla próxima a Celia, reunida, varias veces por semana, en su casa del Encinar, lanzase a sus chacales contra una anciana indefensa. Raúl del Río desenterró la vieja historia del traslado a Ginebra de parte de los fondos del Museo del Prado, en el cenit cainita de la guerra civil, con el fin de volver a fusilar, por la espalda, el féretro desterrado de Timoteo Pérez Rubio. Mientras que Umbría, en persona, arremetía lanza en ristre contra la obra y el cuerpo indefenso de su viuda, aventando las miserias de su imaginación, a partir de una fotografía de Luis Cernuda, acompañada de Rosa Chacel y Concha de Albornoz. Escandalizada por la infamia, Rosa escribió una larga carta al director de El Sol, que solo la publicó días más tarde, mutilada, censurada con alevosía, semioculta, extraviada en el correo de lectores. Marías respondió con un artículo cuya grandilocuencia lo perdía para los mortales más comunes. Avezado en las trampas y resortes de la lingüística histórica, Rafael Sánchez Ferlosio salió en defensa de la Chacel y su esposo, enterrado en un lejano cementerio brasileño, concluyendo su aserto con una denuncia en regla: Umbría firmaba aquella infamia; pero, en verdad, sus giros, modos y maneras verbales revelaban el rostro íntimo, apenas oculto, tras la máscara de la maledicencia, de un hiena desalmada, de otra talla, que no era una lozana andaluza, ni una pícara justina, si no una vulgar académica corrompida.
Celia no pudo esquivar la finta. Y se vio forzada a replicar, con un artículo elíptico, sinuoso, envenenado, en el ABC, entrando a degüello contra la memoria de Rafael Sánchez Mazas, de quien ella había admirado Rosa Kruger y sus crónicas romanas. Dejándose arrastrar por la pasión, hasta un terreno donde ella misma se sabía desamparada, con una gravedad hueca, muy rancia, Celia utilizaba palabras que no pertenecían al vocabulario de la época, ni decían nada a unos lectores ya muy alejados del hambre, la miseria y la inconclusa agonía de la inmediata posguerra. Deseando herir a Ferlosio, Celia intentaba ensuciar el recuerdo de su padre y se extraviaba en un confuso laberinto desalmado, que la alejaba para siempre de un grupo de escritores que casi pudieron ser sus hermanos, o discípulos, Ignacio Aldecoa, Luís Martín Santos, Medardo Fraile, Jesús Fernández Santos, Juan Benet, Carmina Martín Gaite; a quienes ella misma había estimado, alentado y editado, en la primera Azanca y en sus difuntos Papeles de Poncia, que ya parecían historia, cosas muy lejanas de otro tiempo, cuando eran el cordón umbilical que la unía con lo único que ella fue y se obstinaba en destruir, poseída por una furia maligna que devoraba sus entrañas [ .. ] [La locura de Lázaro].
Santos Sanz Villanueva y la novela española durante el franquismo.
Joaquín II says
Sí, lo recuerdo. Sánchez Ferlosio era de los pocos personajes/personas que salían bien parados en tu novela (otros eran Rosa Chacel y Jiménez Lozano, si tengo memoria).
Y mucho me temo que, a partir de ahora, se va a abrir la veda para mancillar el recuerdo de SF, despreciando esa libertad interior que, quizá, era vista con horror/envidia por muchos, para intentar incluirle dentro o cual secta…
Saludos
JP Quiñonero says
Joaquín,
Ay… ¿aparecía / aparece JL?
Recurro a la memoria ajena, para recordar otros personajes que sí salen muy bien parados: Delibes, Ana María Matute, Mariano Antolín Rato, Eduardo Haro Ibars… La mariposa erótica,
Q.-
PS. Recuerdo a Ferlosio en una charlotea con Agustín García Calvo, firmando un manifiesto de protesta contra no recuerdo qué… eran gente grande y seguirán siéndolo. Amén.-
Joaquín II says
Tienes razón Quiño… sí… Delibes, Ana María Matute, Mariano Antolín Rato y Eduardo Haro Ibars… la lectura del libro me resultó tan arrasadora, que olvidé que habían más «justos» en nuestra querida Gomorra literaria particular …
Buenas noches
JP Quiñonero says
Joaquín,
Sí, la sombra atroz de la Picaresca se cierne siempre sobre nosotros, como una suerte de pesadilla gollesca… afortunadamente, hay otras Españas…
Avanti..!
Q.-
José says
… vendran mas años aciagos
no haran mas ciegos
vendran mas años ciegos
nos haran mas salvajes
las ciudades seran selvas de hormigon…
El hijo intento matar al padre.
El padre mato al hijo.
El hijo escribia libros.
El padre los quemaba.
Mas infanticidio que parricidio.
Ciudades blancas negras amarillas sin culturas con diablos armados
Vuelven los fantasmas a dominar los siervos esclavos
No hay reino que valga
Nos vamos con los no nacidos a enseñarles el mundo que les espera
El averno con queronte es el mundo de todos
Este para algunos
JP Quiñonero says
José,
Sí… Ferlosio es un maestro en muchos géneros. A leer y seguir leyendo, claro.
Avanti..!
Q.-