Rue du Faubourg-Saint-Honoré, 25 enero 2012. Foto JPQ.
El centenario de Marcel Proust (París, 10 julio 1871 – 18 noviembre 1922), el más grande de los escritores franceses del siglo XX, uno de los más grandes de la literatura universal contemporánea, culmina con la gran exposición de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF).
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La exposición, «Marcel Proust. La fábrica de la obra», comisariada por Antoine Compagnon, académico, proustiano emérito, presenta más de 350 documentos, manuscritos, fotografías, obras de arte, mobiliario, trajes, linterna mágica (antecedente del cine), correspondencias… Un trabajo colosal que permite seguir, paso a paso, la concepción, «fabricación» y difusión de «À la recherche du temps perdu», la obra monumental escrita entre 1906 y 1922, publicada entre 1913 y 1927.
El monumento proustiano tiene un puesto seminal en la historia de la cultura y la literatura de nuestra civilización, junto a Kafka, Joyce, Musil, Faulkner, Juan Ramón Jiménez, los patriarcas fundadores de la modernidad literaria. La exposición de la BNF permite descubrir de manera muy pedagógica, paso a paso, la construcción / «fabricación» de la obra …
Concepción en una soledad «barnizada» con la vida de sociedad. Difusión que comenzó siendo muy problemática: Gaston Gallimard comenzó por rechazar el primer manuscrito de Proust. Sucesivas revelaciones de su diálogo profundo con todas las artes nuevas y «antiguas» del siglo XX. Su relación con la fotografía y el cine, reconstruida por Brassaï, uno de los patriarcas de la fotografía del siglo XX. Su relación con la moda, a través de su «diálogo» con la obra de Fortuny. Su relación con el arte nuevo del siglo XX, a través de su íntima relación con Turner y el impresionismo de Monet, entre otros. Su dimensión política mal explorada, hasta ahora: rodeado de conservadores, ultra conservadores y racistas, Proust tomó partido por el Capitán Dreyfus (víctima de un complot racista), como Zola, figura emblemática de la «izquierda» intelectual, y llegó a hacer el elogio de Léon Blum, el patriarca del socialismo francés, presentado en la Recherche como una figura luminosa, muy noble. Instalación, finalmente, en el Panteón de los grandes entre los más grandes, con una influencia universal que no siempre han tenido sus pares en el Olimpo literario del siglo XX.
La influencia excepcional del legado proustiano en la cultura y la literatura que vendría es uno de los leitmotiv que se repiten de manera recurrente entre el centenar muy largo de libros que se han consagrado a Proust durante los últimos doce meses.
«Proust-Monde. Cuando los escritores extranjeros leían a Proust», es una antología compilada por varios especialistas, cuyo trabajo excepcional permite descubrir / recordar la lectura proustiana de Virginia Woolf, Vladimir Nabokov, Borges, Conrad, Mishima, Victoria Ocampo, Stefan Zweig, Gombrowicz, Alejo Carpentier, Visconti, Raul Ruiz, Volker Schlöndorff, entre otros… Ahí es nada: un legado que se ramifica y prolifera en todas las grandes lenguas de nuestra civilización, y más allá.
«Proust du côté juif», de Antoine Compagnon, permite descubrir otro aspecto ignorado o mal conocido del autor de la Recherche: defendiendo a un militar perseguido por la élite conservadora, ultraconservadora y racista (entre la que Proust tiene muchos amigo), el autor de la Recherche adopta una posición que roza lo «libertario», tan presente y «subversivo» en las páginas más crudas de «Sodoma y Gomorra», prólogo al Tiempo recobrado.
La oportuna reedición del libro canónico de Brassaï, «Marcel Proust sous l’emprise de la photographie», recuerda y subraya otra faceta bastante capital: la fotografía tiene un puesto central en el océano literario de la Recherche. El narrador de ese libro sostiene con la linterna mágica (antecedente del cine y el relato visual) y las imágenes fotográficas una relación muy íntima y esencial.
Ese diálogo seminal de Proust con todas las artes del siglo XX no tiene parejo entre sus pares.
El Ulises de Joyce termina con un monólogo sin puntos ni comas de más de cuarenta páginas. «Finnegans Wake» (1939), la obra póstuma de Joyce, lleva ese modelo retórico al paroxismo: más de 300 páginas sin puntuación, con juegos de palabras en varias lenguas (muertas y vivas) sencillamente incomprensibles. No hay ni puede haber «continuidad» de ese «modelo» apocalíptico, que se pierde en un océano de palabras sin sentido conocido. El Ulises culmina con los gemidos sexuales de Molly Bloom. La Recherche puede leerse como un tratado de amor comparable a la Comedia dantesca.
Kafka es un creador único: su influencia es universal. Pero … el suyo es un universo negro y cerrado. Musil, Faulkner, son creadores inmensos … que han ejercido y ejercen una influencia excepcional. Pero su «legado» queda «restringido» a lo literario, cuando la influencia de Proust cubre todo el arco iris de todas las artes, de la retórica literaria (Nabokov, Virginia Woolf) al gran arte cinematográfico (Visconti,Volker Schlöndorff, Raoul Ruiz). Arco iris que tiene mucho de profecía olímpica: Céline, el otro gran «monstruo» de la literatura francesa, anuncia el «fin» de Europa con un incendio de la catedral de Notre Dame. Proust, por el contrario, confía en la redención e inmortalidad a través de la palabra creadora.
Proust, la Recherche, Tratado de amor, Eros y Logos.
Creo haber sido el primero si no el único en leer la Recherche como un Tratado de amor:
Proust y el amor… Aves enlazadas en la catedral del tiempo.
Proust y el amor… Don Juan, seducido por una furcia, en el Faubourg-Saint-Honoré.
Fina says
Oh, Quiño!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
¡Cuánta belleza!
«Proust, por el contrario, confía en la redención e inmortalidad a través de la palabra creadora».
Infinitas gracias por compartir y divulgar tus saberes sobre Proust. Creo que no me cansaría nunca de escuchar historias de vidas tan geniales…
Me siento tan afortunada de poder pasar temporadas en este querido y enriquecedor INFIERNO…
Salud y larga vida, capitán!!!
JP Quiñonero says
Gracias, Fina, gracias …
Bueno, la de Proust es una «lección» que me trabajo desde hace… siglos … todavía ayer me compré media docena de libros… cada tema con su loco, qué quieres,
Q.-