Financial Times, 12 / 13 julio 2023.
La cumbre de la OTAN, en Vilna, capital Lituania, uno de los pequeños y menos pequeños Estados de Europa del Este, ha ilustrado con precisión canónica el legado esencial de Milan Kundera.
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La gran prensa europea presenta de este modo las calculadas ambigüedades de la Alianza Atlántica, los EE. UU. y Europa (dividida en cuestiones tan esenciales como su propia seguridad y los abastecimientos energéticos):
Financial Times, ‘We’re not Amazon’… tensions with Ukraine surface at Nato summit.
Le Monde, A Vilnius, le sommet des promesses et de l’ambiguïté entre Volodymyr Zelensky et ses alliés de l’OTAN
Süddeutsche Zeitung, «Für viele Ukrainer ist das eine große Enttäuschung» / «Para muchos ucranianos esto es una gran decepción».
Deutsche Welle, Ucrania deberá esperar para entrar a la OTAN.
The Economist, NATO did not give Volodymyr Zelensky everything he wanted.
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Desde su huida de Praga, hasta su muerte, en París, la obra de Kundera explora todos los laberintos íntimos, históricos, culturales, «nacionales», de esa Europa secuestrada (la Europa del Este), entre la vocación imperial / totalitaria de Rusia y las calculadas ambigüedades de una Europa (Occidental) cuya seguridad reposa en el «paraguas» que pagan los contribuyentes norteamericanos, siguiendo las doctrinas particulares de sucesivos y distintos presidentes.
¿Qué ocurrirá el día que Donald Trump u otro presidente decidan acomodarse a las aspiraciones imperiales de Putin o alguno de sus sucesores?
Léase a Kundera…
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Milan Kundera (Brno, Checoslovaquia, 1929) falleció la mañana del miércoles en su domicilio parisino. Fue uno de los primeros y más grandes disidentes contra el comunismo este europeo, tras la Segunda guerra mundial. En su obra se confunden la historia de su patria natal y de Europa, las metamorfosis de la novela y la música de nuestra civilización, la ambición de construir fabulas y relatos capaces de «refutar» la historia.
Novelista, poeta, dramaturgo, «humorista» (tendencia Kafka), ensayista, Kundera nació en el seno de una familia ilustrada, muy culta y acomodada. Su padre, pianista, musicólogo, le descubrió el arte de la composición, iniciándolo al estudio del piano, la composición. De su madre aprendió el «arte de recibir» y «comportarse», en una sociedad que pronto se precipitaría en el infierno que coincidió con la ascensión del nazismo y continuó con la ocupación comunista de su patria.
El joven Kundera estudió estética y literatura en la Universidad de Praga. No dudó en afiliarse al Partido Comunista checo, donde sus «bromas políticas» lo convirtieron en algo parecido a un «hereje» con relativa rapidez.
Su sentido del humor, entre el absurdo y la ironía, le permitió hacer «cohabitar», en sus primeras obras, un vago «respeto» por el canon socialista y una prosa entre poética y «humorística» (humor negro azabache). El genio personal de Kundera se hizo definitivamente público y universal durante la Primavera de Praga (enero / agosto de 1968), muy diferente, a su modo de ver, del Mayo francés de la época. A juicio de Kundera, la Primavera checa era un proceso cultural muy profundo, que aspiraba a reconstruir la matriz cultural y espiritual de Europa, víctima del totalitarismo comunista. En Praga, llegó a escribir, se iniciaba la «descomposición de un régimen». Amigo del director de cine Milos Forman y del político Vaclav Havel, entre otros de los disidentes que fueron grandes actores de una inmensa transformación democrática, cultural. Havel y Kundera terminaron enfrentándose de manera muy agria. Para el resistente y político, la «huida» de Praga «no era la solución». Para el novelista, el político tenía una visión pasablemente mezquina de la realidad de su destierro
La restauración militar del poder comunista, el mes de agosto de 1968, convirtió a Kundera en un personaje peligroso para el «nuevo régimen». Sus libros fueron prohibidos, perdió su trabajo como profesor en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos. Sobrevivió. Siguió escribiendo, con ironía feroz. Hasta que consiguió abandonar su patria, en coche, con su esposa, Véra Hrabankova, para refugiarse en Francia, en Rennes, donde nunca llegaron a integrarse, instalados en unos suburbios de «altas torres infernales».
Dos años más tarde, Kundera consiguió un puesto en la muy parisina y elitista École des hautes études en sciences sociales (EHESS), donde enseñaba Raymond Aron, a unos metros de la antigua cárcel donde estuvo encerrado César González Ruano por tráficos crapulosos, a un kilómetro corto de la sede de Gallimard, su editor. Comenzaban los años de gloria y reconocimiento universal.
Ya famoso, Kundera continuó sufriendo la persecución comunista, lanzando contra él una legendaria campaña de difamaciones. La elite literaria mundial, de Philip Roth a Salman Rushdie, entre los más grandes, salieron en su defensa. Sus obras fueron traducidas a ochenta lenguas.
Kundera decidió nacionalizarse francés el 1981, coincidiendo con la llamada al poder de François Mitterrand, el primer presidente socialista de Francia desde el Frente Popular (1936-38). Privado de su nacionalidad por el régimen comunista, perseguido como apátrida, nacionalizado francés, Kundera terminó escribiendo en francés, con un raro y feliz virtuosismo.
Entre 1967 y 1980 había escrito en checo una decena de novelas, entre las más famosas, como «La insoportable ligereza del ser» y «La inmortalidad». Entre 1995 y 2013 publicó cuatro novelas en francés, de una ironía «volteriana», la mayoría, como es el caso de «La fiesta de la insignificancia».
La decena de obras teatrales de Kundera han estado poco representadas. Entre sus ensayos literarios, en checo y francés, cabe destacar varias obras mayores, como «El arte de la novela» (1986) y «Un encuentro» (2009), un relato autobiográfico indispensable para comprender su vida y su obra.
Como ensayista, escribió centenas de artículos y varios textos sencillamente capitales. En 1983, Kundera publicó en la revista «Le Debat» en ensayo titulado «Un Occidente secuestrado. O la tragedia de Europa Central». Ese texto, reeditado hace poco más de un año, quizá sea la mejor introducción para comprender la tragedia histórica del proyecto imperial de Vladimir Putin en Ucrania. Kundera recuerda que los «pequeños países» centro europeos son grandes países europeos, occidentales, víctimas del secuestro y disputa entre Occidente y Rusia. La postura de la Alianza Atlántica, ante las peticiones de Ucrania de ingresar en la OTAN, confirman con precisión clínico el secuestro denunciado por Kundera.
Musicólogo, conocedor emérito de la historia del cine y la filosofía, Kundera escribió grandes textos sobre Heidegger, Fellini, Janack, Stravinsky, Kafka, Broch, entre otros grandes del canon oficial de nuestra civilización. En ese terreno, incluso cuando comenta la actualidad más amarga, el escritor adopta el punto de vista cultural más profundo. Saliendo en defensa de Roman Polanski, acusado por actos sexuales cometidos décadas atrás, Kundera escribe: «Si Europa es todavía Europa, heredera de su propia cultura, no podrá soportar el silencio absurdo y la cruel pantomima que se juega en un chalet suizo».
Reconocido mundialmente, Kundera no pudo ni deseo regresar a Praga, «refugiado» en su domicilio parisino, donde vivía muy alejado de la vida social, desde hace muchos años. Por el contrario, el novelista y su esposa solían pasear, solos, no siempre de la mano, por la periferia del distrito VII de París. Él caminaba, delante, cabizbajo, ¿pensando? Ella, algunos metros detrás, elegante, enarbolando un cigarrillo, con frecuencia. Esos paseos, entre el bulevar Raspail y su domicilio, o deambulando, al atardecer, por la rue de Rennes, de Saint-Germain a Montparnasse, forman parte de una geografía que se confunde, por momentos, con la geografía parisina de una gran escritora española, catalana, Mercè Rodoreda. ABC, Adiós a Kundera, faro de la cultura europea del siglo XX.
Milan Kundera, contra las tiranías comunistas y las tiranías por venir, pasando por Ucrania.
“El paisaje de las antiguas ciudades centroeuropeas y sus perfumes desconocidos y maravillosos han sido sustituidos por perfumes bien conocidos que es posible comprar en el supermercado de la historia. Las sombras errantes de otro tiempo han sido sustituidas por muñecos de juguete, seres que sufren en su condición de humanoides sin vida, y nos hacen sufrir, contemplando el martirio de su condición…”→ La última novela de Milan Kundera.
Kundera se “estrena” en Francia: ¿La novela? Un cadáver insomne en el cementerio de las ideas.
El pensamiento que dinamitó el muro comunista.
Ucrania, la guerra … Europa, secuestrada, vista por Milan Kundera y Joschka Fischer.
Defensa de Milan Kundera, denuncia de la profanación de cadáveres.
José says
Si en la Decadencia de Occidente la tesis fuerte fue la incomunicabilidad de las diferentes culturas europeas entre sí. En la Europa secuestrada además del todos contra todos y la perdida de los olores en las diferentes ciudades europeas es la llegada de la igualdad en los malos olores de los combustibles fósiles y la desaparición de las culturas devoradas quemadas por la gran industria audiovisual la gran trituradora de los detritus mentales esparcidos a través de sus pantallas y su verborrea incansable las veinticuatro horas del día. No hay oración matutina ni sentido común el resto del día. La invasión y la destrucción de las mentes es el objetivo en esta Europa secuestrada por las grandes corporaciones. Puede que la Europa que dejamos atrás no era tan mala aunque a veces tuviésemos que usar la violencia para comunicarnos. La actual de guerra civil permanente e industrializada de Siberia al Mediterráneo puede que sea peor una vez destruida las formas de vida diferentes y una estructura profunda que solo sirva para traducir lo mismo en las diferentes lenguas. Las vidas del caos y del vacío civilizado. Una Europa donde solo se oye el aullido de las máquinas cuidadas por los ingenieros y producidas por los pocos trabajadores que quedan y no son de servicios. No sabemos si Kundera murió mirando el cielo o delante de una pantalla mirando el mismo programa que veían millones de europeos. Descansen en paz Kundera y la Europa decadente secuestrada muribunda o tal vez muerta.
JP Quiñonero says
José,
«La invasión y la destrucción de las mentes es el objetivo en esta Europa secuestrada por las grandes corporaciones…»
Bueno… de momento, el primer secuestrador es Putin… en la Europa occidental se celebran elecciones, los gobiernos son elegidos… estamos más o menos divididos en muchas cosas, pero todos defendemos las sociedades donde los gobiernos son elegidos democráticamente…
Q.-
Fina says
¡Ay, Josep!
¿Cómo vivir sin oración matutina, sin sentido común, con un único perfume…?
Por algo dicen que: «En la variación está el gusto».
Sin la variedad, sin lo diferente, sin lo opuesto, no le veo la gracia por ninguna parte. Atrofiados, perderemos el gusto.
Quiero creer que Kundera murió mirando el cielo…y que descansa por fin en paz.