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Hoy como ayer: «Vivir dignamente de mi oficio».Bulevar Diderot, 27 abril 2010. Foto JPQ
Los agricultores franceses han desenterrado el hacha de guerra contra Emmanuel Macron y la Unión Europea (UE), considerándose víctimas de la burocracia nacional y de la «apertura al Este» (Ucrania) de la Política agraria común (PAC) europea.
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Durante los últimos diez días se han multiplicado las acciones de protesta, corte de carreteras y autopistas, bloqueo de la entrada de grandes ciudades de provincias, destrucción de radares, apagones de electricidad, en las regiones de Toulouse, Nancy, la Creuse, entre otras.
Arnaud Rousseau, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA, primera organización gremial), insiste en la gravedad del problema de fondo: «Los agricultores están viviendo una crisis muy grave. Y nadie los escucha, ni en París ni en Bruselas. Francia y Europa corren el riesgo de estar atizando un gran movimiento de cólera, nacional y continental».
Véronique Le Floc’h, presidenta de la Coordinación Rural (CR, segundo sindicato gremial), anuncia el «crecimiento inexorable de la crisis», por estas razones: «Si los gobiernos no despiertan, corren el riesgo de atizar una cólera agrícola que está creciendo por todas partes, en Francia y Europa».
Como Alemania, desde hace días, los agricultores franceses denuncian una fiscalidad que consideran «devastadora», unas burocracias «lamentables» y una PAC que está abriéndose al Este de Europa, comenzando por Ucrania, creando problemas de nuevo cuño para los beneficiarios históricos de la PAC, comenzando por los agricultores franceses.
Emmanuel Macron ha pedido a su gobierno y los prefectos (representantes del Estado en los departamentos y regiones) intervenciones de urgencia para «escuchar» las peticiones de los agricultores, que amenazan con multiplicar las acciones de protesta y convocar una gran manifestación nacional la semana que viene.
La crisis y tensiones de la PAC, en otros países europeos, comenzando por Alemania, Polonia, Holanda y Rumanía, tiene causas comunes con matices propios. En el caso de Francia (68 millones de habitantes), los 400.000 agricultores / propietarios, están viviendo una transición traumática. En 1982 eran 1,6 millones. Los grandes propietarios han ganado posiciones. Los propietarios más modestos sufren de una precariedad considerable.
Según las estadísticas oficiales, más de 11.000 explotaciones viven de un seguro del que se benefician los franceses sin ingresos; y otros 40.000 están acogidos al salario mínimo (unos 1.400 euros netos). Durante los últimos años, un agricultor francés se suicida cada dos días. Unos 180 suicidios por año.
Hay una agricultura rica y bien implantada en el mercado mundial. Francia es el segundo exportador mundial de productos agrarios transformados. Pero esa evolución, muy positiva, ha dejado en la cuneta a los pequeños y más modestos agricultores, los principales protagonistas de la crisis y movimiento de protesta.
Véronique Le Floc’h, presidenta de la CR, subraya el riesgo de agravación de la crisis: «El silencio del gobierno y la clase política pueden complicar la crisis, porque sectores como la pesca, o la construcción, viven problemas parecidos. Y todo se complicará cuando las crisis terminen cruzándose».
La extrema derecha, por su parte, se propone utilizar la crisis agraria como ariete político contra Macron y la UE, durante la campaña de las elecciones europeas del mes de junio próximo. «Nosotros, como siempre, estamos con nuestros obreros y nuestros agricultores», ha declarado Marine Le Pen, agregando: «Apoyamos a nuestros agricultores, abandonados por Macron y masacrados por los tratados ultraliberales de la Unión Europea». ABC, El campo francés se levanta contra el Gobierno de Macron y las políticas europeas.
Le Monde, Partout en Europe, la colère des agriculteurs gagne du terrain.
Francia, crisis, sequía, suicidio de agricultores.
Agricultores franceses, una especie amenazada.
Campos sin niños, sin golondrinas, sin insectos, sin Ramón…
Agricultura(s)… personajes y crisis del modelo francés.
Hénin-Beaumont, Madame y su pomme d’amour.
Hénin-Beaumont, agricultores en el mercadillo semanal.
Antiguos campesinos, jubilados, en París.
Agricultores vasco franceses, en el mercado de Saint-Jean-de-Luz.
Francia: más funcionarios, menos agricultores, crisis.
Menos agricultores, más funcionarios: Sarkozy, amenazado; Hollande favorecido.
Los agricultores desaparecen o mejor los echan del campo y de sus granjas. Miles de años seleccionando semillas miles de años seleccionando animales y los sustituyen por ingenieros agrícolas y maquinas alimentadas con gasoil la tierra se envenena con productos químicos salidos de laboratorios los animales en mega granjas se los hormona y les dan más antibióticos que comida natural. Nuestra comida como la suya es el gran experimento del fin de lo natural. Hasta las abejas han sido sustituidos por nano máquinas programadas para fecundar las flores. La miel se hace en fábricas y es todo menos miel. Lo quieren todo controlado por una oligarquía de plutócratas filántropos hijos del complejo industrial militar y los agricultores y ganaderos militarizados y obedientes a las órdenes de sus superiores mientras la tierra las plantas y animales se convierten en criaturas de laboratorio con el mismo sabor con lo que se alimenta la granja humana con la única finalidad de alargar la vida de unas élites degeneradas con sus vicios privados hoy todos públicos. Los conflictos naturales que lo llenaban todo de sabores y colores hoy solo un sabor y un color. Todos metidos y cogidos en el mismo local. Es el gran vicio antes que el complejo industrial militar se suicide o lo suiciden. No hay vuelta atrás. El abismo el agujero negro espera engullirse lo todo. Tal vez está era la finalidad de nuestra especie acabar con todo. Mientras esperamos a obedecer y rezar.
José,
Bueno… los agricultores ricos se forran… los agricultores pobres lo pasan fatal…
Quizá no haya una agricultura, quizá haya muchas agriculturas…
Q,.
Los agricultores creemos, por lo que parece en toda Europa, que la Burocracia nacional es nuestro mayor enemigo.
Aquí no voy a generalizar, pero no veo yo que el principal problema sean realmente la apertura al este, o que el sur pueda vender sus productos cultivados con otros estándares no permitidos aquí. Que también son problemas, pero de índole menor. Pienso que la importancia de este problema se quiere magnificar desde la burocracia para desacreditar al agricultor: derecha, retrógrados y toda esa mercancía averiada. El altavoz de la burocracia no es el del agricultor, claro.
Esto es así también en España. Se debe, creo, a una combinación de factores entre los que destaco la indiferencia hacia la profesión agraria; las trabas que la administración impone al agricultor modesto como tú lo has llamado; las facilidades con las que la administración abraza a los grandes y medianos fondos de inversión de todo pelaje y condición; el modelo de dependencia frente a la administración que la política de subvenciones ha tejido y del que es imposible salir en el corto y medio plazo.
La extrema derecha, al igual que la izquierda o lo que quiera que sean ambos grupos se propone utilizar la crisis agraria. Pienso que (h)unos porque los votos están ahí; y (h)otros porque los votos están agitando el espantajo de que los votos de los (h)unos están ahí.
El problema del agricultor, hoy, es el burócrata. Llamarlo cólera está bien traído, sí señor.
Armando,
Creo comprenderte…
…
No me gustaban las fotos de las manifestaciones recientes. Mucho lío pero poca información. Terminé encontrando una, propia, de hace años, que resumen la cuestión con mucha sencillez y esta reivindicación:
«Vivir dignamente de mi oficio…»
Pues eso,
Q.-