Desde Bruselas, Dorothy * llama a Carmen: “¡Groucho se ha invitado al baile de fin de fiesta de la crisis europea…!!!!»
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París NO acepta que se revisen las ayudas que reciben los agricultores franceses. Los impuestos se utilizan para impedir que entren en Europa productos agrícolas producidos por los países pobres, protegiendo las rentas de los agricultores de los países ricos.
Londres NO acepta que se revise un cheque europeo pagado como indemnización por no beneficiarse de una política agraria común cuya primera finalidad es cerrar los mercados europeos a los países cuyos productos son tan indeseables como sus emigrantes pobres.
Berlín NO acepta aumentar su participación en el presupuesto común: los contribuyentes alemanes están hartos de pagar facturas continentales, cuando el paro ha alcanzado cotas históricas y la oposición política se pregunta si no sería más sensato apoyar la reforma exigida por Londres, contra el inmovilismo de París, que ha precipitado la UE en la crisis institucional más grave del último medio siglo.
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Mientras tanto:
—-La crisis de Alemania y Francia, disminuye la prosperidad europea, a pesar de la prosperidad relativa de Inglaterra, Irlanda y España.
—-Víctima de tal catástrofe, Europa crea menos riqueza que los EE.UU., el Japón, la China, etc.
—-Dinamitado por París y Berlín el Pacto de estabilidad y crecimiento que debía asegurar la estabilidad de la moneda única, el euro sufre ataques de debilidad y el conjunto de la UE incumple sus proyectos avanzados en Lisboa para mejorar la productividad, combatir el paro y devolver algún dinamismo a las declinantes economías europeas.
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Me pregunto si Schröder, Berlusconi, Chirac, Zapatero, Blair and Co. NO debieran recordar la célebre máxima marxista (tendencia Groucho): “Nunca pertenecería a un club que me aceptase como miembro”.
Ante las dudas cívicas, quizá se imponga el consejo de Brecht, a las autoridades comunistas alemanas, tras la represión marcial de una sublevación popular, en la antigua RDA: “El pueblo ha perdido, por su culpa, la confianza del gobierno, y no puede ganarla de nuevo más que redoblando sus esfuerzos. ¿No sería, pues, más sencillo para el gobierno disolver el pueblo y elegir otro?”.
maty says
Brillante. Me estoy convirtiendo en un adicto a tu/su bitácora.
Respecto a lo mismo, en CAFE BABEL hay unos cuantos análisis al respecto de la negociación del Presupuesto comunitario.
¡Es nuestro dinero!
Tremere says
«El pueblo ha perdido, por su culpa, la confianza del gobierno, y no puede ganarla de nuevo más que redoblando sus esfuerzos. ¿No sería, pues, más sencillo para el gobierno disolver el pueblo y elegir otro?».
Seguro que nuestros queridos líderes europeos, siempre pendientes por nuestro bienestar, han pensado más de una vez que su labor sería mucho más fácil si sus súbditos (perdón, quise decir «ciudadanos», en qué estaría yo pensando…) fueran más dóciles y no tuveran la funesta manía de penasr por su cuenta.