En ocasiones, el flâneur encuentra en mercados y mercadillos piedras preciosas -para él- que le hablan de las metamorfosis íntimas de un pueblo.
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En este caso, en un pueblo del Maresme, Arenys, los días 1 y 8 de este mes de agosto. Fotos JPQ.
- Camino del mercado.
- Viejo pescador.
- Señora con niño y perro, a la puerta del mercado.
- Señora a la puerta del mercado, detalle.
- Vendedora de fruta.
- Padre con niño.
- Compradora cosmopolita.
- Vendedor de pantalones.
- Vendedora de biquinis.
- Probador de señoras.
- Compradora de lencería, detalle.
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Hay otros mercados…
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- Fotografía y Cataluña en este Infierno.
Bien por las fotos!
Mercè,
Gratitudes y… toda la pesca, si, eso es…
Q.-
Estaba dándole vueltas a la diferencia entre flâneur y voyeur. De momento sólo he econtrado esto. No está bien escrito, aunque contiene ideas interesantes, aplicables -desde mi humilde punto de vista- a algunas de tus imágenes:
http://textoscriticos.blogspot.com/2007/12/voyeurismo-en-la-actualidad.html
Sigo buscando.
Saludos,
Lo veo así: El voyeur es pasivo y depredador de lo que mira, incluso es casi siempre inmóvil; el flaneur se deja mecer y conformar por lo que ve e incluso por lo que no ve pero siente al ritmo de sus pasos y de su mirada, pocas veces inmóvil. Uno es un mirón, el otro un paseante.
En catalán para flâner tenemos badar: Abstreure’s, encantar-se, mirant alguna cosa. El diccionario de l’Enciclopèdia acoge también voyeur-euse y, lacónico, describe: Escopòfil.
Miguel, Mercè…
Miguel,
No me convencen mucho esas definiciones. De hecho, mi entrada comienza con otra definición del flâneur… Charles Baudelaire developed a derived meaning of flâneur—that of «a person who walks the city in order to experience it».
A partir de ahí -el vagabundeo urbano-, hay otros personajes esenciales (los genuinamente esenciales, en toda fotografía)… que son los personajes que el flâneur -yo- se cruza y mira. En mi caso, escojo las fotografías que voy dando a conocer en función de lo que tienen de “nuevo” (para mi). Y, hablando con franqueza, más allá de mi modesto vagabundeo, creo que hay cierta novedad en las imágenes que suscitan nuestros comentarios… una señora vendiendo braguitas de colores, una señora con el culo al aire, en la riera del Padre Pita, en Arenys, me parecen realidades impensables hace muy pocos años… y esa metamorfosis -las señoras comprando braguitas íntimas en la calle, las señoras quedándose en bragas en un mercadillo, apenas “ocultas” tras un mostrador de pantalones- me parecen tan significativas como el hecho de poder fotografiarlas, gracias a la evolución de la técnica, precisamente…
Sin duda, es la mirada del fotógrafo -yo, en este caso- la que confiere un “sentido” (¿?) a esas y otras imágenes. Pero la instantánea fotográfica también tiene otra misión mucho más modesta… dejar constancia de las metamorfosis de la vida moderna, que no siempre es algo distinto a la pintura de la vida moderna (Baudelaire dixit, claro está)…
¿Me perdonas tan prolija explicación?
¡Siempre estimulas mi deseo de “explicarme”! Graciasssssssssssssss
Mercè,
Respondes a Miguel… con lo cual, la cosa se transforma en un debate nominalista: discutimos de palabras… que -para mí- no hablan completamente de mis imágenes… caminar y fotografiar cuanto ves, incluso cosas y detalles íntimos (una vendedora de lencería, el corsé de otra señora que compra lencería, una señora que se baja los pantalones, tan pancha, en la riera, apenas oculta por otros pantalones, colgando) me parece la cosa más natural del mundo, para quien se interesa, justamente, como es mi caso, por las metamorfosis de la realidad… mis imágenes pueden ser potables o infumables -tan da- pero tienen algo de muy verdadero: captan realidades íntimas y nada íntimas que está ahí, ocultas por millones de imágenes muertas… y esas realidades -en su trivialidad- quizá hablen de cosas menos triviales, como es la vida íntima y menos íntima de las mujeres que viven en el Maresme, hoy.
Last but not least… publico diez o doce fotografías, de muy distinta índole, espero.
Q.-
-inmortalizas el calor de agosto en las miradas de la people!!!
cest magnifique!!!
sorry, no tengo ni acentos, ni…
Ah, por supuesto, Q. Respondía a Passy, efectivamente. Tus fotos, a mi entender, no tienen nada, casi nada, de voyeur. Sí me parece que tienen un algo cierto de badar, del que bada, del badoc: mirar atentamente con todo el cuerpo, encantarse, advertir detalles y matices… Digo que no tienen casi nada porque, bueno, el hecho mismo de fotografiar cambia un poquito la cosa. Pero para mi fotografiar significa sobre todo advertir, darse cuenta, réaliser que decís en francés (cuando se hace la foto o cuando ya se ha hecho, tanto da), sentir en definitiva. Agosto, tiempo de fotos, me lo confirma un año y otro.
Y para no quedar corta respecto de tu respuesta a Miguel, pues eso: La ciudad cambia más pronto y rápido que el corazón humano, que dijo mucho mejor don CharlesBaudelaire. La fotografía es siempre documento, esa es su gracia mayor. He dicho ! (con vuestro permesso…) A partir de ahí, el mundo de la lencería y ropa interior vive, efectivamente, transformaciones impresionantes… Cuando puedas, observa las tiendas de cadenas a tutiplén: Oysho, Golden Point, Intimisso… Y también para los chicos, claro, en sus tiendas…
flâneur, voyeur…, a veces las ciudades le miran a uno en pleno agosto o uno mira historias de ciudades, como en estas calles del viejo Madrid.
Enhorabuena por la oportunidad de tus imágenes.
Abrazos.
JJP
La estimulación es mutua. (¡Jesús, cómo suena!)
Últimamente veo muchos blogs convertidos en ristras de comentarios favorables a cada entrada. ni asomo del antiguo espíritu de la red.
Si un inocente atisbo de estética comparada me permite conocer algo acerca de tus fotos o los comentarios y notas etimológicas de Mercé, me doy por más que satisfecho.
Dice Baudelaire en Les fenêtres
Creo que nuestro hombre no hubiera podido trazar una línea de separación entre los dos conceptos que nos ocupan.
Saludos,
Albert, Mercè, José Julio, Miguel…
Albert,
Anda, anda…
Mercè,
Qué de sutilezas…
José Julio,
Con cuanta nobleza miras Madrid, ese Madrid noble.
Miguel,
Amén… Es cierto: un poco de marcha anima la cosa. Tus sugerencias siempre abren nuevos caminos,
Q.-