El vino del sábado es el título de una novela corta de Eduardo Tijeras, que comenzaba hablando de la fraternidad del vino compartido.
[ .. ]
Fraternidad y comunión, en la mesa, en la taberna noble, ante una copa que sirve un licor que une a las almas descarriadas en la ciudad, que ya era un espacio para almas errantes camino del destierro: la taberna noble ofrecía un lugar limpio y acogedor que no siempre existía y quizá esté dejando de existir en la casa, el hogar de los desterrados.
[ .. ]
Gratitudes mil, Monsieur.
[ .. ]
Rue d’Aligre, 10 octubre 2010. Foto JPQ.
- Metamorfosis de la familia, el pan y el vino.
- Madame, el pan y el vino, en comunión.
- Juliette, el vino y el erotismo.
- Fotografía en este Infierno.
JR Gracia says
El vino qué tiene el vino, que alegra las penas mías, reza una sevillana; el chato, la copa de vino al medio día con la comía, el vino peleón, el de garrafa, el de los sábados o el de a diario, tan lejos de ese neosibarismo esnobiano de diseño de somelieres de 20 añitos que parace que venden agua bendita a precio de oro con sutiles toques a sabor tutifruti.
***
La arruga que marcan los años viv(sufr)idos y la muesca de sonrisa donde todo, lo bueno y lo malo, halla el consuelo, «fraternidad y comunión».
!Qué buena foto¡
JRG
JP Quiñonero says
JR,
Fraternidad y comunión, si; qué quieres. Graciassssssssssssssss
Q.-
Mercè says
Una hermosa foto, sí. Bonhomía y complicidad, una cierta felicidad sabia y elegancia vital.
JP Quiñonero says
Mercè,
Hermosa y generosa perspectiva, tan de agradecer…
Q.-
Carmen says
A mí me encanta también esta foto pero no sé por qué. Me recuerda retratos holandeses del siglo XVII. Y puedo imaginarme la vida que ha tenido este señor.
Lo que has hecho con los paisajes, Q., deberías hacerlo con tus retratos y titularlos algo así como «La condición humana».
Carmen
JP Quiñonero says
Carmen,
Miras mis cosas con mucha generosidad, que me intimida un poco, una miqueta, como dicen en catalán.
En verdad, hago muchas más fotos… solo voy publicando una parque muy pequeña. NO me atrevo a dejar toda la cosa política, diplomática, etc., para concentrarme solo en mis cosas personales. Y esas cosas personales tienen muchos prismas… los retratos callejeros me gustan: quiero decir, me gusta hacerlos… el “cuerpo a cuerpo” con alguien, que acepta mi modesta proposición. No hay una finalidad “artística” ni de otro tipo: solo estética, espiritual… dejar constancia de instantes de gracia (HCB dixit).
El “trabajo” callejero es mucho más atractivo que la dura tarea de la selección… pero, efectivamente, oscila entre varios proyectos… El amor en París en la orilla izquierda (título de un libro de fotografías que ya existe: lo realizó un fotógrafo holandés que fotografió mi barrio durante los años 60 del siglo pasado), o Parisinos (as), o siluetas… o un París mestizo.
Quizá a lo largo del año que viene haga algo de todo eso.
En cualquier caso, te agradezco la curiosa generosidad, de verdad de la buena,
Q.-