Le prometí que no vendería mis fotos a ningún periódico.
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Quede constancia de mi gratitud, Madame.
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AlbinMichel,rueHuyghens, 18 abril 2011. Foto JPQ.
… Tras un respetabilísimo “Bonjour Monsieur”, “Bonjour Madame”, Amélie Nothomb, toda de negro, pálida como una brujita tímida entrada en años, sin maquillar, me conduce en silencio por un largo pasillo oficinesco con incontables puertas cerradas. Esbelta, segura, se detiene sin pestañear, abre una puerta gris ceniza, una entre muchas otras, frente al ventanal de un jardín interior con plantas de sufrida palidez urbana. “Entre, usted primero”, me dice; tranquila, confiada, sin ninguna huella de los estragos de su lejana adolescencia anoréxica. Entro. En una minúscula celda de oficina, sin ventanas, los libros y paquetes sin abrir se amontonan hasta el techo. Hay cartas abiertas y sin abrir por todas partes. Sobre una mesita de ruedas. Sobre los estantes. Sobre la grisácea mesa metálica que nos separa muy dignamente. Ella sentada, muy tiesa, serena, esperando silenciosa. Yo, no menos silencioso, buscando sin encontrar un lápiz, un bolígrafo o algo así, cuya búsqueda prolongo no sin cierta coquetería.
–¿No piensa tirar a la basura todas estas cartas que se amontonan por todas partes?
-¡No..!
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- Fotografía, Entrevistas y Personajes en este Infierno.
Pablo says
Al ver aquí a Amélie Nothomb he recordado Estupor y temblores. Me impresionó cuando la leí, hace ya varios años. Me resulta chocante ver aquí una foto actual de la autora, a quien recordaba del dibujo de la portada, más joven, claro. Gracias por compartir el retrato.
JP Quiñonero says
Pablo,
Ella es muy remisa a las fotos… a mi modo de ver, gana en humanidad, sin maquillar, “a pelo”, naturaca, lejos de esas imágenes megafalsas que se obstina en repetir…
El gusto es mío, oye,
Q.-