Una amiga me envía la última grabación de Murani: sus versiones de Sergej Rachmaninov y Modest Mussorgsky (Classic concert, Art et Musique), grabadas en la Antón Bruckner Private University de Linz: una obra maestra.
La última vez que escuché a Murani, en el anfiteatro parisino de los Inválidos, interpretaba con mucho brío cosas mal conocidas de Albéniz. Sus versiones de Chopin, Beethoven y Bach tienen mucho brío poético.
Desde hace dos días, escucho y vuelvo a escuchar sus nuevas versiones de Rachmaninov y Mussorgsky: un trabajo de feliz, temprana y soberana madurez. ¡Salve, Maestro…!.
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La dirección de este Blog me anuncia: “Tienes que tratar cosas humanas como la vida misma. Hacer calle. Mira, hoy, coges a tus hijos y te vas a Madrid y de allí a Toledo. Nada de lujos. Te he reservado billetes baratos, para que sepas como viaja la gente de a pié, con mochila. En Madrid, tomas un autobús. El calor de la fraternidad popular te enseñará muchas cosas. En 48 o 72 horas te puede quedar un reportaje magnífico, contando cómo sufren los padres con niños que es necesario llevar a campamentos submarinistas, en Murcia”.
Ah…Mussorgsky!
Entra un sol leve por el ventanal de esa casa de invierno…
…y, ante el desánimo…
…escuchamos Cuadros para una exposición, antes de emprender nuestro camino a clases de Ruso.
…Y las notas se deslizan, recorriendo la intrahistoria de aquellos genuinos personajes populares.
Una noche en el Monte Pelado, al calor de la orquestación de Ravel…