Pavillon Gabriel, antiguo Alcazar d’été, 2 marzo 2017. Foto JPQ.
Las primeras estimaciones oficiosas, los resultados definitivos de la primera vuelta, el apoyo político masivo del centro, la derecha, el socialismo, la patronal y el presidente de la República, sugieren que Emmanuel Macron podrá ser elegido presidente el próximo 6 de mayo.
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Por el contrario, nadie sabe ni puede saber qué tipo de gobierno podrá formar Macron, que fuerzas parlamentarias pudieran apoyarlo, ni que partidos pudieran morir o nacer para adaptarse al paisaje de una Francia que está cambiando de República.
De entrada, los resultados definitivos de la primera vuelta, el domingo, dejan al descubierto un paisaje social y político que no tiene precedentes en la historia de la V República, fundada en 1958.
Quizá sea imprescindible revisar el nuevo rostro aritmético de la realidad social y política de la primera vuelta. Resultados oficiales del Ministerio del Interior, hechos públicos un día más tarde, el día 24, a las siete de la tarde.
Con un censo total de 46.316.165 electores inscritos en las listas electorales, hubo 36.444.294 votantes (un 78,69 %) en la primera vuelta, el domingo. Y otros 9.871.871 se abstuvieron (el 21,31 %). Los abstencionistas son el primer partido de Francia. Reflejo de una angustia social profunda y de una baja calidad relativa de la oferta política.
A continuación, la Francia profunda se confirma conservadora, ultra conservadora o extremadamente conservadora.
Marine Le Pen, extrema derecha, consiguió 7.643.276 votos (21,53 %), François Fillon, derecha, consiguió 7.067.529 votos (19,91 %). Nicolas Dupont-Aignan, ultra, consiguió 1.686.283 votos (4,75 %). En total, las derechas consiguieron 16.397.088 votos (46,15 %). Aritméticamente, Francia es masivamente conservadora. Pero la división, fragmentación y antagonismos causan un daño devastador a la derecha histórica. Y esa Francia profunda, ultra mayoritaria, tiene mala o muy defectuosa representación política, atizando una angustia social larvada.
Jugando la carta del centro del centro, Emmanuel Macron, ex banquero de negocios y ex ministro de François Hollande, consiguió 8.433.346 votos (23,75 %). Victoria tan indiscutible como ambigua: los franceses han dado la victoria a un candidato muy joven (39 años), al frente de un minúsculo partido sin representación local, regional ni parlamentaria.
Macron quizá sea el próximo presidente de Francia. Pero nadie sabe cómo ni con quien podrá gobernar. Tras la formación de un gobierno provisional, a primeros de mayo, el partido de Macron, “¡En Marcha!”, tendrá que presentarse a las elecciones legislativas del 11 y el 18 de junio próximos. ¿Podrá conseguir la mayoría parlamentaria un grupúsculo que apenas tiene un año de existencia, sin experiencia política de ningún tipo?
Extrema derecha, derecha y socialistas esperan la “tercera vuelta” de las próximas elecciones legislativas para intentar recuperarse e “imponer” al nuevo y joven presidente una cohabitación de imprevisible geometría política.
A la izquierda socialista, Benoît Hamon, candidato del PS, ha conseguido una derrota catastrófica, con apenas 2.253.454 votos (6,35 %). Pero la derrota personal de Hamon no prejuzga el hundimiento socialista en las próximas legislativas. Manuel Valls y otros líderes socialistas esperar “pesar” en el PS, para presentar listas que permitan alguna forma de “recuperación”, esperando poder “influir” en la futura mayoría gubernamental de Macron.
Las extremas izquierdas han hecho una reaparición espectacular en el paisaje político francés. De dudoso futuro.
Jean-Luc Mélenchon, extrema izquierda, ha conseguido 6.972.531 votos (19,64 %). Philippe Poutou, anticapitalista, ha conseguido 391.188 votos (1,10 %). Nathalie Artahaud, trotskista, ha conseguido 231.149 votos (0,65 % total). En total, las extremas izquierdas consiguieron 7.594.868 votos, (21,39 %). Resultado espectacular. A matizar.
Mélenchon representaba a una coalición de partidos, encabezados por el PCF. Tras la presidencial, los comunistas aspiran a hacer la guerra electoral por cuenta propia, en las próximas legislativas. Por su parte, el resto de los grupúsculos izquierdistas llevan varias décadas peleándose entre ellos. Y no pueden aspirar a presentarse a las próximas legislativas. Mucho izquierdismo gritón. Pero con poco peso político de fondo.
Ante tal paisaje de ruinas políticas, Emmanuel Macron cuenta con el apoyo masivo de la clase política tradicional y de los medios económicos y empresariales.
El Movimiento de las Empresas de Francia (MEDEF, la patronal) ha pedido el voto para Macron. François Fillon y la plana mayor de la derecha anunciaron la noche del domingo que pedían el voto para el candidato social reformista. François Hollande, Manuel Valls, Benoît Hamon, han pedido el voto para el ex ministro de economía.
Mélenchon y los dirigentes de grupúsculos izquierdistas equiparan a Macron y Le Pen, presentándolos como “representantes” del mismo “capitalismo salvaje, ultra liberal”. Esa es la opinión de los dirigentes bolivarianos franceses. Pero no está claro como funcionará su “libertad de voto”.
Macron ha repetido una y otra vez, en todos sus mitines, que su proyecto político es “semejante” al del general de Gaulle, en la inmediata posguerra: “Coger lo mejor de la derecha, lo mejor del centro y lo mejor de la izquierda, para gobernar y reformar juntos”. En el terreno de la teoría política, tal proyecto pudiera parecer “seductor”. En el terreno de la práctica electoral y política, el mismo proyecto quizá sea de muy compleja realización.
“Todos contra Le Pen” quizá funcione, electoralmente. “Gobernar juntos” quizá sea harina de otro costal.
A la izquierda, los 292 diputados socialistas (en una Asamblea Nacional de 577) defenderán sus candidaturas a cara de perro, en las elecciones de junio. Se trata, para ellos, de la desaparición o la supervivencia.
A la derecha, los 193 diputados conservadores y los 27 diputados centristas volverán a defender sus posiciones tradicionales.
Elegido presidente, Emmanuel Macron deberá intentar crear su propia mayoría parlamentaria. O, en su defecto, conseguir que algunos diputados de centro, izquierda o derecha, formen parte de su todavía invisible “mayoría presidencial”. Si no se ve forzado a gobernar, desde el Elíseo, con una mayoría política conservadora, en la Asamblea Nacional.
Francia está cambiando de República, cómo dudarlo. Pero nadie conoce ni puede predecir los contornos del nuevo orden político por venir.
Francia está cambiando de República.
Retrato improvisado de Emmanuel Macron, posible presidente de Francia 2.
El 29 de marzo pasado escribí: Macron, clases medias confiadas en Europa y la mundialización; Le Pen, proletas inquietos con Europa y la mundialización.
Ese es el dilema capital de la segunda vuelta presidencial:
Los franceses dudan entre sociedad abierta y búnker ultra nacionalista.
Macron / Fillon contra Le Pen / Mélenchon… sociedad abierta contra búnker ultra nacionalista.
Estos son los proyectos políticos enfrentados:
La revolución Macron: “¡Enriqueceos…!” 2.
Retrato improvisado de Marine Le Pen, ¿en el podio ganador?
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Retrato improvisado de Emmanuel Macron, posible presidente de Francia.
Retrato improvisado de Brigitte Macron, posible primera dama de Francia.
Macron, cóctel liberal / reformista.
Emmanuel y Brigitte Macron, un amor borderline.
Macron es el único candidato que crece en todas las categorías sociales de Francia.
Todos contra Le Pen, quizá funcione electoralmente, gobernar juntos es harina de otro costal.
Algunos deberían leer para entender cómo funciona la elección del Presidente de la República Francesa.
Magnífico análisis de la situación.
Jo, Pablo, ya me contarás donde te mando un cajón con un montonazo de gratitudes y lo que se tercie.
Encantado de la vida, oye,
Q.-
Estos galos le están haciendo trabajar a destajo. Me ha gustado mucho esta exposición de lo que ocurre en Francia. A ver que mayoría parlamentaria se forma en unas elecciones legislativas en una segunda vuelta que puede ser triangular, cuadrangular…
PD
Intentaré ponerme en contacto con Adelina. Pagaré gustosamente sus servicios en ese viaje que me haría tanta ilusión. Creo que Adelina nos haría pasar por la prueba del huevo, aquella por la que pasó el señor Pujol.
Cuento con usted, don Luis, con doña Adelina o cualquier faraona que se tercie.
Vaya usted a saber qué originalidad votan los franceses en junio. Sospecho que se lo están pensando.
«Más madera..!»
Q.-
Juan Pedro. No crees que la Sexta República es un mito? Va a volver Francia a la tercera y cuarta República? Eso aseguran algunos. No hay gaullismo en Macron y Le Pen?
Antonio,
La VI República es de una insignificancia absoluta, claro.
No…
Estamos asistiendo a la emergencia de una nueva modalidad de la Va. Están cambiando todos los principios políticos del antiguo régimen. Y ese cambio obedece a una sociología & geografía política de nuevo cuño. Las viejas familias políticas no han muerto; pero retroceden. Y las nuevas (extrema derecha incluida, claro está) todavía no han cristalizado definitivamente. Los equilibrios de las legislativas de junio confirmarán o definirán las nuevas reglas de juego. Eso es lo que intento explicar cuando digo que Francia está cambiando de República…
Q.-
gracias por el análisis y la vision mas global de la situación política presidencial y las legislativas que se acercan, lo veo mas claro au que el resultado todavía puede ser mas confuso. Al final como decían los americanos, todo reside en como evolucione la economía, la del ciudadano de a pie no el de las grandes corporaciones.
saludos
txema
pd: entretanto en Madrid siguen con tracas, aunque no parecen las finales
Txema,
Si… la «claridad» actual tiene un poquito de niebla / nube tóxica. Ya veremos si se dispersa o se agrava a mediados de mayo. Toco madera. Un grupo parlamentario de extrema derecha, grande o pequeño, podrá hacer muuuuucho ruido endemoniado,
Q.-
«Me Madrid, al Infierno…» yeahhhhhh
A pesar de todas las estadísticas, y las encuestas, yo todavía hasta que no lo vea lo creo, como Santo Tomas
un análisis de porque todavía todo es posible, hasta lo que parece imposible.
Hay demasiadas ecuaciones y factores en este juego.
http://www.tdg.ch/monde/Pourquoi-Marine-Le-Pen-peut-encore-y-croire/story/15028316
Txema,
Qué decir… «Quien no tiene fe no ve a Dios». A título personal, la victoria de Le Pen no me parece muy probable, no. Dicho eso… ¡vaya usted a saber!
Q.-