Caldes d’Estrac / Caldetes, Passeig dels Anglesos, 24 agosto 2019. Foto JPQ.
Hace muchos años que hablo del riesgo de eclipse y ocaso de Europa.
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Dirigiéndose a la elite diplomática francesa, quizá por vez primera, entre los presidentes de la V República, Emmanuel Macron utilizó ayer términos más graves, si cabe, para referirse al mismo problema…
… Veinticuatro horas después del fin de la cumbre del G7, en Biarritz, Emmanuel Macron ha hecho un melancólico balance del puesto de Europa, Francia y el restado de los aliados europeos en la nueva geografía del poder mundial: “Estamos asistiendo al fin de la hegemonía occidental en el mundo. Sabemos que las civilizaciones desaparecen. Europa desaparecerá. El mundo se estructura hoy en torno a dos grandes polos, los EE. UU. y la China”.
Antiguo banquero de negocios, presidente en la gran tradición del reformismo autoritario nacional (Luis XIV, Napoleón, de Gaulle, Giscard), Macron pronunció el martes un discurso solemne ante los doscientos representantes diplomáticos de Francia en cinco continentes, inaugurando la vigésimo séptima Conferencia de los embajadores, un foro concebido para matizar la doctrina diplomática nacional de los doce meses siguientes.
Macron presentó en el G7 sus “ejercicios prácticos”. Ante la élite diplomática nacional, el presidente de la República presentó la matriz cultural y diplomática de su acción, teórica pero eminentemente práctica.
“Matriz cultural”. Ante los embajadores de Francia, Macron hizo suya una legendaria cita de Paul Valery, uno de los grandes poetas franceses del siglo XX: “Las civilizaciones son mortales”. “Las civilizaciones desaparecen” afirmó el presidente, agregando, sombrío: “Europa desaparecerá”.
Preámbulo para sentar la premisa doctrinal básica de la diplomacia macroniana: “El mundo se está estructurando en dos grandes polos, en torno a los EE. UU. y China. Nosotros tenemos la alternativa de intentar afirmar nuestra identidad o elegir entre dos dominaciones”.
Macron “traduce” al lenguaje diplomático una síntesis relativamente piadosa de las penúltimas conclusiones de varios “think thanks” trasatlánticos, convencidos que Europa ha comenzado a perder su soberanía monetaria y tecnológica, víctima de la supremacía técnica de las empresas norteamericanas y chinas, “acompañadas” de las políticas fiscales y arancelarias de Washington y Pekín, amenazantes para la soberanía de todos los Estados europeos.
¿Qué hacer? Macron lanzó esta consigna diplomática nacional: “No hay otra estrategia que la adaptación y la audacia. Para ser libres de poder afirmar, defender o decidir nuestro propio futuro, debemos pesar y tomar parte en el juego diplomático mundial. Yo solo creo en una cosa, la estrategia de la audacia y los riesgos asumidos”.
Desde la óptica macroniana, el “inmovilismo” es un riesgo mortal, para Francia y toda Europa, por esta razón: “Nosotros somos los únicos para quienes el inmovilismo puede ser mortal. Los otros pueden o no adoptar una estrategia multilateral, unilateral o bilateral. Nosotros no. Nosotros, franceses y europeos, debemos salir de nuestros automatismos, ser audaces, tomar iniciativas, intentar “tomar” las instancias internacionales”.
A juicio de Macron “debemos afirmar nuestros valores de manera firme, para intentar evitar el eclipse de Europa, ante la ascensión e influencia mundial de China y los EE. UU. Debemos elegir entre ser aliados minoritarios, de una u otra potencia, o asumir nuestro propio puesto”.
No solo Washington y Pekín iluminan el riesgo del eclipse histórico de Europa. Hay otras grandes potencias emergentes que también pudieran acelerar el “ocaso europeo”. “India es otra gran potencia emergente”, subrayó Macron, evitando citar a otro gigante temible: Brasil… que todos los analistas diplomáticos internacionales sitúan en la “pool position” del nuevo ranking mundial. Potencia emergente con la que Emmanuel Macron ha entrado en crisis grave. Él mismo comenzó calificando de “embustero” al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que respondió en unos términos de atroz grosería.
En Biarritz, Donald Trump se negó a participar en las negociaciones, orquestadas por Macron, para combatir el cambio climático y la crisis ecológica en Amazonia. Veinticuatro horas más tarde, el presidente de los EE. UU. se ha apresurado a dar un nuevo “espaldarazo” a su aliado y amigo, Jair Bolsonaro, elogiando su “lucha” contra la crisis amazónica.
En Biarritz, Macron dio pruebas de la audacia e “imaginación” que aconseja al cuerpo diplomático francés. Pero Trump no se privó de apoyar calurosamente a Boris Johnson, invitándolo a consumar un Brexit duro, contra la línea de flotación diplomática de Francia, Alemania y los restos aliados miembros de la UE.
Veinticuatro horas después, otros grandes actores internacionales han tomado posiciones de cierta crueldad. Trump ya había advertido que se entrevistaría con el presidente de Irán “cuando estuviesen reunidas las circunstancias oportunas”. Desde Teherán, el presidente iraní, Hasan Rohaní, ha “exigido” la eliminación de las sanciones norteamericanas antes de reunirse hipotéticamente con Donald Trump.
Emmanuel Macron no se da por vencido y pone el ejemplo de la Rusia de Putin ante el cuerpo diplomático francés: “Empujar a Rusia hacia China sería un profundo error. Debemos aproximar a Rusia a Europa”. Táctica de frutos todavía desconocidos. Ante la gran crisis diplomática y militar del este de Ucrania, Vladimir Putin sigue esgrimiendo el “argumento” nada desdeñable de su determinación militar, cuando París y Berlín intentar favorecer nuevas rondas de negociaciones para intentar “resolver” una crisis podrida y amenazante, que inquieta muy vivamente a toda Europa del Este.
Quizá no sea un azar que Donald Trump haga una visita oficial a Polonia, del 31 de este mes de agosto al 2 de septiembre próximo, para precisar cual es el compromiso militar concreto de Washington ante las inquietudes este europeas.
ABC, 28 agosto, Macron teme la insignificancia de Europa ante la pujanza de China y EE.UU.
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–“Si l’on n’est pas saisi dans sa jeunesse par un espoir, fût-il illusoire, que reste-t-il ? Rien”.
–“Sólo hay una gran fuerza en Europa, el dinero”.
–“El inglés americano murmura a todos los desfavorecidos del mundo que hay una esperanza…”.
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Francia es un pais esquizofrenico como otros. Es chauvinista y universal. Es revolucionario para todos y egoista en su grandeur. Francia nunca desaparecera los valores de su revolucion son ideales universales.
El poder particular de las naciones europeas entra en aufhebung como vio Hegel. Los ideales franceses crearán (XIX XX) nuevas potencias Rusia y America. China y Japon (XXI) serán quiza las nuevas potencias asiaticas con valores occidentales por Bismark (Japon) y Marx (China) Todo esta occidentalizado por eso lo nuevo acabara con occidente. Primero matar al padre y despues liberarse del edipo y del anti edipo. Aparecera un civilizacion matriarcal sin padres solo con objetos. Del teocentrismo al antropocentrismo. Del antropocentrismo al cosocentrismo
Un mundo lleno de cosas reales sin humanismo. Las cosas no conocen a los individuos que benefician o destruyen. Adios Europa bienvenido Mundo.
… «Francia nunca desaparecerá..» … Muy optimista te leo, José.
El libro más significativo que se ha publicado en Francia en los últimos tiempos se llama «Archipiélago Francia»… convertida en un «archipiélago» de comunidades que no siempre se entienden entre ellas…
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Algo parecido ocurre en Cataluña, en España, en el antiguo Reino Unidos, en Bélgica ¡incluso en Berlín…!
A partir de ahí, esa histórica fragmentación cultural está cambiando el rostro de la civilización europea… creo que Macron traduce bien el problema de fondo, en términos diplomáticos.
Dicho todo eso… los saharauis dirán que mucho peor están ellos. Sin duda. Los saharauis, los guatemaltecos, incluso los murcianos… ¡A dónde vamos a llegar..!
Q.-