Cambridge, 2005. Foto Peter Marlow – Magnum.
Filología y crítica literaria “solo” fueron para George Steiner herramientas de trabajo con las que intentar reconstruir la matriz y cimientos donde floreció nuestra civilización, amenazada, a su modo de ver, por la ascensión imperial de los Tiranos & Titanes de la Técnica, acosando a los Inmortales, en la terminología de Hesíodo.
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En un “ataque” de excesiva modestia, Steiner llegó a decir que “sería feliz” con solo pasar a la historia del humanismo como una “cita a pie de página” en la correspondencia de dos de sus grandes maestros, Walter Benjamin y Gershom Scholem.
Como el Benjamin de las “Tesis sobre la filosofía de la historia”, Steiner contempla el devenir trágico de la historia de Europa a través del análisis del gran arte literario.
Como el Scholmen de las “Diez tesis ahistóricas de la Cábala”, Steiner confiere a la palabra, el Logos, la condición de matriz espiritual y teológica donde cada pueblo encuentra su “morada” más íntima, la “morada del ser” (“heimat”, en la terminología de Heidegger), donde “resistir” y encontrar cobijo contra las tormentas trágicas del tiempo histórico.
Como Martin Heidegger, Steiner se sirve de la filología para devolver su sentido primordial a las palabras esenciales que contribuyeron a forjar nuestra civilización, comenzando por el Logos, la palabra de las palabras, tan esencial en la historia de la lengua que culmina con el Evangelio de Juan.
“Logos”, “materia espiritual”, que une a todas las cosas visibles e invisibles en la “tierra celeste” de las cosas creadas y por crear, en la terminología de Filón de Alejandría.
De Sócrates a Shakespeare, de Antígona a Cervantes, pasando por Homero, Dante, Benjamin, Scholem y Heidegger, entre la más alta “nómina” de patriarcas de nuestras literaturas, artes y filosofía, Steiner buscó y encontró, desde niño (cuando a comenzó a leer la Ilíada en griego antiguo) hasta su madurez definitiva, las palabras, libros, mitos y personajes cuya geografía inmaterial compone la osamenta humanista de nuestra civilización.
Arquitectura espiritual, por usar la terminología de Juan Ramón Jiménez, que florece en la tierra moral sembrada con la palabra de dos hombres: Sócrates y Jesús.
Sócrates, nos recuerda Steiner, nos enseña a morir por nuestras ideas. Jesús, insiste, nos enseña a morir por otros hombres, con los que compartir el pan y el vino en la mesa de una casa compartida, abierta a otros hombres, nuestros hermanos en el destino común de nuestra amenazada civilización.
George Steiner, el ocaso de Europa y el desarraigo de los jóvenes europeos.
George Steiner y las multitudes lectoricidas.
Steiner y las gramáticas de la creación.
George Steiner, en el New Yorker.
El Taller de la Gracia y las multitudes lectoricidas.
George Steiner y mis sucesivas lecturas de Steiner me ayudan a intentar comprender el abismo abierto a los pies de los europeos más jóvenes:
–“Si l’on n’est pas saisi dans sa jeunesse par un espoir, fût-il illusoire, que reste-t-il ? Rien”.
–“Sólo hay una gran fuerza en Europa, el dinero”.
–“El inglés americano murmura a todos los desfavorecidos del mundo que hay una esperanza…”.
Pablo Eugenio Fernández says
«Confiere a la palabra su morada más íntima»
Ahí es donde nos sentimos muy a gusto, Quiño
Y en la arquitectura espiritual de Juan Ramón, algo aprendemos
Muy Buenas Noches HMSDQ
JP Quiñonero says
Pablo,
Encantado, claro.
Avanti..!
Q.-
Fina says
Me gustaría tener más tiempo para recrearme y comentar vuestros «Logos», pero en mis circunstancias actuales, ya me doy por satisfecha con poder leeros…
Siento no poseer la omnipresencia de Quiño…😀
En fin, vendrán otros tiempos…ahora toca bailar al son familiar.
Buenas noches a todos/as.
JP Quiñonero says
Fina,
La familia está muuuuuy por encima de todo, claro.
A disfrutar de esas cosas, tan profundas…
Q.-
José says
Nuestra civilizacion tiene como fundamento tres grandes agrafos y multitud de grafomanos. Buda Socrates Cristo no escribieron hablaron de lo que deberia ser la vida etica enseñaron con morales paradigmaticas a sus conciudadanos. La escritura trasmitio el dogma y creo una base para un mundo final de imagenes y pocos sabios a quien escuchar e imitar. Uno abandona su principado para meditar otro vive para enseñar en la plaza el otro se hace pasar por hijo de dios nacido de una mortal para que le escuchen su doctrina. Pero Steiner tenia en su mesita de noche a Parmenides y este junto con Heraclito y Lao tse son los que plantean los limites del conocimiento a traves del logos y sus posibilidades. Uno con el lenguaje formal y los otros con el dialectico. Ahora si que podriamos empezar a entender la arquitectura de la casa comun. Moral y ciencia formal y fisica. Ahora los titanes y los iluminados de la tecnica tienen los medios para acabar el o con el edificio. Un buen libro para entender un poco nuestra epoca es Tiempo de Magos del 1919 al 1929 los felices desgraciados años veinte. Despues las guerras los campos de concentracion y de refugiados
las bombas de todo tipo y el nihilismo armado y basura espiritual. Una Tierra ocupada por una especie bipeda sin plumas.
JP Quiñonero says
José,
Bueno… yo no pondría a Buda entre los patriarcas fundadores de nuestra civilización, pero bueno…
A decir verdad… no iría mucho más allá de las fronteras del Mediterráneo… más allá, la cosa tienen unos contornos y fundamentos que se me escapan…
En casa tengo un grabado hindú del siglo XVIII consagrado a Hanumān, el mono gramático de Octavio Paz, uno de los ¿inventores? ¿padres? de la gramática… me inspira mucho respeto, pero lo veo muy alejado de las iluminaciones de Platon, en el Fedro, donde la palabra, el Logos, comienza a tener una dimensión de «materia espiritual» que me parece un poco alejada del «empirismo» de los monos gramáticos del Ramayana… dicho todo eso, vaya usted a saber…
Q.-