Supongo que la matanza de Dahab es indisociable de “la guerra contra el Islam” denunciada por Bin Laden, cuando todavía es difícil olvidar las cenizas de la insepulta batalla de las caricaturas de Mahoma, que lanzó a la celebridad a una mujer, siria, huida a California, cuyas declaraciones y debate en Al Jazeera se convirtieron automáticamente en un documento excepcional, cuando afirmaba:
“…La crisis de las caricaturas de Mahoma no es un conflicto de religiones, si no un conflicto entre dos mentalidades: una medieval, y otra del siglo XXI. Es un conflicto entre la racionalidad y la barbarie. Es un conflicto entre la libertad y la tiranía. Es un conflicto entre la democracia y la dictadura. Es un conflicto entre los derechos del hombre y quienes violan los derechos del hombre. Es un conflicto entre quienes tratan como bestias a las mujeres y quienes las tratan como seres humanos…”
Le Monde ha publicado un retrato de este señora, Wafa Sultan, que insiste: “.. los judíos sufrieron la tragedia del Holocausto; pero han obligado al resto del mundo a respetarlos, a través de su saber, su trabajo, y no del terror… No hemos visto a ningún judío protestar cometiendo asesinatos. Los musulmanes hicieron escombros tres estatuas de Buda. No conocemos a un solo budista convertir en cenizas una mezquita, matar un musulmán o incendiar una embajada..”. Retrato, el de Le Monde, que me tomo la libertad de recomendar.
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