Los asesinos del Sinaí deseaban matar judíos. Y su guerra santa no tiene fronteras geográficas conocidas: se trata de una guerra de religión, sectaria, que también ha tenido y tendrá por escenario las grandes metrópolis europeas, donde la diversidad de lenguas, culturas y religiones prolonga conflictos religiosos, étnicos y culturales que solo pueden comprenderse a través de las “herramientas” de la cultura y la religión. Las rudimentarias nociones de “izquierda” o “derecha” son sencillamente inservibles para intentar entender los feroces enfrentamientos entre negros y judíos franceses, cuyos “malentendidos” tienen algo de “guerra civil” (fría), extendiendo a los suburbios parisinos los conflictos étnicos, religiosos y culturales de Oriente Medio. [Europa, el Islam y las guerras civiles por venir, 5]
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Európolis. Nubarrones y tormentas
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