Actualidad de Shakespeare.
El escándalo Cleartream deja al descubierto un paisaje de interiores tenebrosos. El final de Mitterrand fue shakesperiano, con su larga corte de escándalos, traiciones, suicidios y hundimiento fáustico de las ideas, precipitando a un país, una nación, en el insondable abismo que Jacques Chirac ha continuado cavando, con el arte más consumado de la demagogia sin escrúpulos.
En el caso español, el fin de Adolfo Suarez, Felipez González y JM Aznar fue igualmente shakesperiano, en un tono personal quizá más sombrío (desaparición de cadáveres en cal viva, Irak, enfermedad, etc.), con matices de zarzuela sombría (la esposa del hermano de Guerra, personajes como Bono o Ibarra; los amoríos de Camilo) y coros de tragedia griega: a cargo de las víctimas de ETA.
Historias por escribir: quizá demasiado negras para publicar y vender con los colorines, blogs y demás picaresca con la que se entretiene el tedio de un personal cultivado en la ignorancia iletrada.
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Európolis. Eclipse europeo. Europa y las “originalidades españolas”.
Biografía NO autorizada de CJC. Vírgenes expulsadas del paraíso.
Wallenstein77 says
Hola a todos:
El problema de escribir esas «historias» mas alla del campo de la ficcion literaria es el de la perspectiva historica, siendo el problema que arrastra la Historia Actual, del Tiempo / Mundo Presente, etc. De Adolfo Suarez si hay cierta distancia temporal, pero un analisis sobre Aznar seria hoy dia sesgado, como podemos ver cuando se habla de la II Republica, de la Guerra Civil y del Franquismo. Lo mismo podriamos decir del final de Gonzalez.
Desde el campo de la literatura, que supongo que es al que te refieres, si se puede plantear algunos de los elementos de los ultimos veintiseis años en novelas. Sin embargo, pienso que es necesario algo mas de distancia. Del teatro ni me lo planteo, ya que parece que obras como La cena, son raras excepciones hoy dia en el panorama teatral. De nuevo, dejo traslucir cierto pesimismo, mas aun, en el nivel de incultura actual.
Saludos a todos.
Juan Pedro Quiñonero says
Hola, Wally,
Por mi parte, la cosa era mucho más modesta:
1.- De la utilidad de leer a Shakespeare, para entender la actualidad.
2.- La enfermedad de ASuarez, lo de enterrar cadáveres en cal, y el fin de Suarez en la Almudena son dramas bien inmediatos: MUY FÁCILES DE ENTENDER AHORA MISMO.
3.- Esa tendencia a no desear ver la realidad en esta bruto, prefiriendo el maquillaje de la ideología da el espectáculo fúnebre de nuestra actualidad.
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Nobody is perfect,
Q.-
Wallenstein77 says
Hola a todos:
JP interprete que el articulo es una critica a que no haya un Shakespeare que relate las miserias de nuestros politicos. Pero es muy peligroso intentar en una obra literaria una secuencia concreta de la Historia sin perspectiva. Un ejemplo de esto lo tenemos en la autorizacion de contactos con ETA del señor Aznar cuando a dia de hoy, para algunos el actual presidente del gobierno es quien va a romper España, olvidandose de ciertas actitudes y declaraciones del anterior presidente del gobierno.
Saludos a todos
Anonymous says
Buenas…
Supongo que las dos alternativas. Quiñonero tiene una visión «literaria» y Wallenstein tiene una visión «política» o «histórica». Los literatos tienen una visión artística más o menos dramática. Mientras que los políticos están obligados a matizar o contradecir..
Javier
Wallenstein77 says
posdata: JP y Javier admito que quizas estoy sufriendo algo de deformacion profesional, al plantear la necesidad de cierta perspectiva historica.
Saludos a todos.
Juan Pedro Quiñonero says
Por mi parte, creo que la visión del historiador (Wally) y la visión del literato (yo) son complementarias. Por ejemplo canónico:
1.- Para entender el XIX español me parece indispensable leer a Galdós y Valle-Inclán.
2.- Los Episodios Nacionales no «invalidad» si no que complementan cualquier manual acreditado de historia de la época.
3.- Los datos al desnudo del historiador se enriquecen con las fábulas dramáticas que trama el escritor de genio.
Digo yo..
Q.-
Wallenstein77 says
Hola a todos:
JP en palabras de una profesora de Historia Contemporanea de España, «para entender el siglo XIX hay que leerse los Episodios Nacionales». Totalmente de acuerdo con lo que escribes.
Saludos a todos.
Carles says
Para entender la historia contemporánea española hay que analizar la obra de Bartolomé de Las Casas. Para entender la actualidad francesa hay que partir de Richelieu y de Fouché.
Saludos cordiales
JP Quiñonero says
Carles,
«.. largo me lo fiais…»
Q.-
Luis Rivera says
Carles, ¿y porque no mirar nuestro tiempo dejando a un lado la historia? Con el carril de ella trazado, cualquier explicación nos vale, pero nos toca vivir un tiempo y si nos angustia, de poco sirve que sepamos que fué culpa de Felipe V (es un ejemplo). El único mujndo que, en primera instancia, me concierne, es este, el que me toca vivir y en el que debo hacerme. La historia es siempre útil, pero también manipuladora y romper con ella fruto de mucho desengaño. Que se lo digan a Spinozza, excomulgado por los suyos en nombre de la historia. Los tiempos nos marcan, no la historia. La historia explica los tiempos, pero ¿que hago yo comprendiendo a un barcelonés del siglo XVI? ¿Soy acaso hijo suyo? ¿Heredero? La historia es una muleta puñetera que nos da comportamientos racionales como salidas emocionales. ¿Que importaba la historia, por ejemplariozar, de la República, a los que nacimos en 1944? ¿Que nos aportaba conocer esa historia (deformada, tal vez) si nuyestro tiewmpo nos llevaba a exorcizar a los fantasmas de la dictadura? ¿Era yo más feliz, ante mi falta de libertad, por comprender a los malos de la película, desde el punto de vista de la historia no escrita?
Cito a Shakespeare: palabras, palabras, palabras…
Carles says
Luis Rivera: Confieso que la felicidad ajena no es uno de los temas de debate que me apasionan.
Cito a n sé quien: Saber o ignorar tiene sus partidarios entre los sabios y los necios.
Saludos cordiales
Luis Rivera says
Tal vez no me he explicado, no hablaba o no lo intentaba de ningún tipo de felicidad, sino de que el tiempo dado a cada uno coincide con el mundo dado a cada uno y puede que no sea cuestión de ir tomando clases de historia para comprender la situación en lugar y tiempo. Me refería a eso, no a la felicidad.
Un saludo afectuoso.