José-Carlos Mainer, historiador, crítico literario, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, es autor de varias obras referencia sobre la Edad de Plata, cultura y fascismo español, guerra civil y posguerra. Entre su bibliografía destacan: Falange y literatura (1971), La Edad de Plata (1902-1939) (1975), La doma de la Quimera. Ensayos sobre nacionalismo y cultura en España (1988), De posguerra (1994), El Aprendizaje de la Libertad, 1973-1986 (2000), con Santos Juliá, y Tramas, libros, nombres. Para entender la literatura española, 1944-2000 (2005).
–Usted ha comentado con simpatía y respeto, que comparto, las Memorias de Jon Juaristi. Sin embargo, ese libro, que tiene algo de épico y de lírico, también deja al descubierto una sociedad cuarteada por divisiones que quizá vayan más allá de lo estrictamente político. A la luz de esa obra, ¿cuál piensa que es y pudiera ser el futuro político y cultural inmediato del País vasco? Insisto en lo cultural.
-El libro de Joan Juaristi, Cambio de destino, refleja la altura intelectual y la excelente prosa de un escritor de primer orden, algo que ya sabíamos muchos pero que conviene recordar. Pero también refleja la pavorosa esquizofrenia cultural del País Vasco en los términos que ya anunciaba su ensayo El bucle melancólico y, por supuesto, sus poemas de Vinogrado: un universo que se plasma en lealtades incompatibles, exigencias de profesiones de fe continuas, descalificaciones absolutas… Es dramático que la línea de argumentación contra El bucle… (un episodio cultural que tuvo su importancia) fue acusarle de que proporcionaba armas a los enemigos de lo vasco, lo que, en el fondo, reconocía que el libro se había escrito desde el centro mismo del problema. Y los datos de éste siguen estando ahí, invariables: un proyecto nacionalista que nunca se ha limpiado de sus rencores y miedos originarios, una concepción de España que tampoco resulta mucho más atractiva, una crónica deficiencia de instituciones culturales respetables, una marcada tendencia colectiva al fundamentalismo étnico como bastión de la certidumbre personal, una suerte de anacronismos antropológicos de cuadrilla que han sobrevivido bajo la capa de una sociedad superficialmente moderna.
–La novela vasca más grande de todos los tiempos quizá sea, pienso, Verdes valles, colinas rojas, de Ramiro Pinilla, que, cuando menos, presenta un fresco impresionante de gran parte del siglo XX, en el País Vasco. Desde esa perspectiva “novelesca”, cultural, y política, si quiere, ¿cómo se percibe el futuro inmediato de Euskadi?
-La lectura del importantísimo ciclo novelesco de Ramiro Pinilla (pero también la de las novelas de Anjel Lertxundi y las de Fernando Aramburu; también algunas dimensiones de los relatos de Bernardo Atxaga; quizá los textos del navarro Miguel Sánchez Ostiz) revela una paradoja fascinante: la grave esquizofrenia y la crispación que se vive desde finales de los cincuenta en el País Vasco puede generar una cultura original y valiosa. En el fondo, es la paradoja irlandesa de 1920-1950 y, si se quiere ejemplo hispánico, la que ofrece la cultura cubana de los últimos treinta años: culturas enormemente creativas, personales y atrayentes en la medida en que viven contradicciones invivibles. Quisiera pensar que esa plataforma de reflexiones irritadas y a menudo autocomplacientes, confusas pero muy vivaces, pueden crear un palenque que, a la larga, fertilice el terreno de la paz. Una paz que se va a producir porque los contendientes están exhaustos: se ha derrumbado el mito armado y caerá seguramente el caciquismo cerrado, pero piadoso y acaramelado, que pretende representar la nueva cara del nacionalismo vasco. Ojalá que el futuro depare un traslado al mundo de la cultura de todo ese magma de sentimientos encontrados y, en cambio, comparezca en el país una generación de gestores políticos hábiles, sin mandas del pasado. No será fácil.
Anonymous says
Aunque no está usted muy catalanista que digamos, señor Quiño, la verdad es que Mainer dice cosas serias, a tener muy en cuenta, digo yo,
Dolors
Anonymous says
¿Y qué piensan los escritores vascos de todo eso?
Javier Z.
Juan Pedro Quiñonero says
Me hice inmediatamente la pregunta de Javier.. he pedido alguna opinión a un escritor vasco euskaldún: hasta ahora no he tenido respuesta. Si tengo respuesta, le subiré inmediatamente. El debate queda abirto,
Q.-