Vista de Collioure, A.Derain, 1905
¿De qué se hablará mañana??????
Vaya usted a saber.
Me mudo de casa el miércoles / jueves / viernes que viene.
Estamos ilusionados y muertos de cansancio.
Mañana comienza la cuenta hacia atrás. A la espera que pintores, electricistas y camiones de la mudanza no nos dejen empantanados.
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Concluida la mudanza, tomaremos la carretera, hacia Caldetes. Deseo pensar que tendremos tiempo -como otros años- para detenernos en el Museo de Ceret, donde hay una expo muy prometedora: Matisse, Derain. 1905, un été a Collioure. Muchos historiadores del arte piensan que aquel verano fue una fecha “bisagra” en la historia del arte contemporáneo, ya que los colores, la luz y el azul mediterráneo de ese diminuto puerto catalán influyeron de manera determinante en la germinación del fauvismo.
Bueno.
En Collioure está enterrado Antonio Machado. La primera vez que hicimos el peregrinaje a su tumba, acompañados de Juan Florencio y Pedro Juan, Carmen rompió a llorar. Y la foto de aquella cita tiene algo de triste y melancólico. Sin embargo, contemplo las reproducciones en color de algunos cuadros de Derain, y también él estuvo fascinado por el azul en el que don Antonio reconocía el azul de su infancia. No sé como ni cuando iré volviendo irregularmente a este Blog, a lo largo de este caluroso verano. Pero es una evidencia que el lapislázuli mediterráneo -que tan presente estuvo en la ornamentación de las cúpulas de Samarcanda, a través de algunos alarifes murcianos; y tan presente está en la fundación del arte contemporáneo- también continuará persiguiéndome a mi, lector fiel de don Antonio, condenado a morar en el destierro por los siglos de los siglos.