Hace muchos años que me acompaña, de pueblo en pueblo, de casa en casa, de mudanza en mudanza, el Archivo del cante flamenco de José Manuel Caballero Bonald. Esta noche, para celebrar su premio, brindaremos en casa con fino de Jérez y me dormiré escuchando a la tía Anica la Piriñaca.
¡Salve, Maestro…!
[ .. ]
París / Jerez, ida y vuelta (1). Arte de la amistad y flamígeras espadas
Ramón Machón Pascual says
Tía Anica la Piriñaca dicen que dijo esa famosa frase que ha llegado a nuestros días como una perla de genialidad flamenca: «Cuando canto a gusto me sabe la boca a sangre».
Atreverse a decir en voz alta, como bien escribes más arriba, que no pocos de los más entusiastas defensores de la Alianza de Civilizacones son capaces de matarse entre ellos, daga en mano, podría dejar en la boca un cierto regusto a sangre, y la alfombra manchada, y quizás por razones no tan diferentes a las del cante de tía Anica la Piriñaca: la honestidad, el hacer, decir o cantar las cosas y quedarse a gusto, tiene como resultado en muchas ocasiones el sabor a sangre, no siempre placentero.
Ya me he liado otra vez. Mis disculpas.