Mientras nosotros consideramos un éxito expulsar o alejar de nuestras fronteras, por la fuerza, a quienes huyen de sus tierras, en busca de pan y libertad, el sonambulismo de nuestro relativo confort material no impide advertir que la tiranía y el despotismo son realidades bien presentes a las puertas de nuestro club antiguos ricos contemplando el ocaso de su melancólica existencia.
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Biografía NO autorizada de CJC
Archives for marzo 16, 2006
Fernando Valls: «La industria de los bestsellers lo subvierte todo»
Fernando Valls abandona la revista Quimera, tras convertirla en una publicación de referencia en materia de crítica literaria. Catedrático de historia de la literatura española, en la Universidad autónoma de Barcelona, respetado crítico literario, es autor, entre otros, de un ensayo de referencia obligada: “La realidad inventada. Análisis crítico de la novela española actual” (Ed. Crítica, 2003). Prepara un largo estudio sobre el cuento español de posguerra, que escribirá durante su próximo año sabático, en Berlín.
–¿Cual es el balance de tu experiencia como director de Quimera?
-En general, positivo. He contado con un excelente equipo de colaboradores y hemos hecho con absoluta libertad lo que hemos querido, aunque sin apenas medios. Me parece que algunos de estos números de los últimos cinco años quedarán como referencia. Por ejemplo, los dos que le hemos dedicado al microrrelato, o los cinco números de abril en los que realizamos un balance de la novela, poesía, cuento, teatro y ensayo español del siglo XX. Pero también los más festivos, pero no por ello menos rigurosos números de verano, dedicados a la literatura fantástica, de humor, de viajes o literatura policíaca.
–¿Cuáles son los principales problemas que debe combatir la crítica literaria independiente?
-Pues eso precisamente, mantenerse independiente y ser sincera en sus opiniones. O sea, escribir lo que realmente piensa sobre los libros y razonar su análisis y valoración. Pero quizás el auténtico problema hoy de la crítica sea el desconocimiento. Hay un buen número de críticos excelentes, pero luego el resto deja mucho que desear. Y lo grave es que bastantes de estos últimos ocupan importantes tribunas. Por lo visto, a los directores de los suplementos de libros les son muy útiles para cumplir con diversos compromisos.
–¿Perturba o no perturba la industria del bestsellers el canon y el arte de escribir novelas?
-No debería, pero sí que lo subvierte todo. Entre otras razones porque esos libros prefabricados (de Dan Brown a Ruiz Zafón, aunque su grado de artificialidad no sea el mismo, vaya de más a menos) ocupan un espacio en los medios cada vez mayor que le correspondería a los libros realmente literarios. Por desgracia, cada vez es más frecuente que los autores publiquen sus obras de manera apresurada, quizá por presiones de los agentes, editores e incluso periodistas culturales. Sin descartar, claro está, su propia necesidad de estar figurar, de tener protagonismo en los medios. Los premios literarios también aceleran a menudo el ritmo de producción. Cada vez es más frecuente encontrarse con libros que hubieran necesitado más trabajo, ser cocinados con un fuego algo más lento. La figura del editor, a la manera inglesa, se echa cada vez más de menos en las editoriales que seguimos considerando literarias. Un buen ejemplo, al respecto, sería la última novela de Álvaro Pombo.