Con el fin de conmemorar el décimo aniversario de su llegada al Elíseo, hacer campaña a favor del proyecto de Tratado constitucional europeo y denunciar el imperialismo cultural de los EE.UU., el presidente Jacques Chirac ha convocado unos Encuentros para una Europa de la cultura.
Han sido invitadas veintiséis delegaciones de Estado; y medio centenar de artistas, escritores, ensayistas, dramaturgos, cineastas han confirmado su participación en muy diversas mesas redondas, del 2 al 4 de mayo, en París.
Según las cifras oficiales del ministerio francés de la cultura, la composición de tales delegaciones da una idea muy parcial, sectaria, incompleta y burocrática de las culturas europeas: 183 invitados franceses, 40 alemanes, 26 italianos, 19 españoles, 15 ingleses, 17 belgas, 23 chipriotas… Que la delegación de Chipre sea mucho mayor que la delegación de Inglaterra no deja subrayar el carácter burocrático de la cosa. Con otros elementos de juicio: está presente la cultura libanesa, pero no hay delegaciones catalana, vasca o gallega. Han confirmado su presencia grandes figuras como Andrei Wajda o Peter Brook, pero no hace falta ser un lince para descubrir la arbitrariedad absoluta de la composición de las distintas delegaciones culturales.
Bajo la dirección de Carmen Calvo, la delegación española estará integrada —-salvo error u omisión—- por diplomáticos y funcionarios de alto nivel, acompañados de Rosa Regás, Carmen Posadas, Marisa Paredes, Jorge Semprún, Luz Casal, Ricardo Boffill, Teresa Berganza, Eduardo Arroyo, Blanca Li, Sergi López, Frances Parcerisas, Lluis Pasqual, entre otros intelectuales y artistas. Cada cual apreciará a su modo el rigor de los organizadores. Hilando fino, pudiera pensarse que las ausencias son escandalosas en terrenos tan sensibles como la narrativa (ausencia de Ferlosio o Marsé), el teatro (ausencia de Arrabal o Gala, para ser ecuménicos), la ensayística (ausencia de Savater o Trías) o el gran arte (de Paco de Lucía a Tapies). Semprún, Marisa Paredes, la Berganza o Luz Casal son personalidades eminentes y simpáticas: no tengo claro que sean las más idóneas para representar a España en el marco harto ambiguo de la Europa de las “culturas”.
Las delegaciones de Italia (ausencia de Umberto Eco) o Inglaterra (ausencia escandalosa de premios Nobel recientes) dejan al descubierto la misma ignorancia sectaria, insolvente y escandalosa. Incluso la masiva delegación francesa está sembrada de incongruencias patéticas: solo Alain Filkelkraut y Marc Fumaroli representan al gran ensayismo local. No hay presencia de novelistas dignos de ese nombre. Están ausentes todos los grandes historiadores. Y la “música ligera” está representada por dos vejestorios encantadores, Line Renaud y Henri Salvador, invitados porque son amigos personales del presidente Chirac.
George Steiner —-otro ausente no menos significativo—- publicó hace meses un ensayo magistral titulado The Idea of Europe. Los grandes libros y conferencias de Husserl, Ortega, Benda, o Thomas Mann, etc., etc., etc., nos recuerdan a cada instante hasta que punto la vieja civilización europea es algo mucho más vasto, rico, complejo e imprescindible que las bizantinas construcciones institucionales concebidas por ciertas elites gubernamentales.
La mezquindad oportunista del presidente Chirac, utilizando la cultura como rehén publicitario de sus intereses diplomáticos personales, cuando el 65 por ciento de los franceses creen poco o nada en sus promesas, vuelve a recordarnos las amenazas que pesan sobre nuestras culturas, precisamente, convertidas en basura publicitaria al servicio de gobernantes y empresas ideológicas desalmadas.
Eduardo says
Don JP, le veo a usted muy condescendiente calificando la ‘Europa de la Cultura’ de ‘bizantina construcción institucional’. Pero, claro no vamos a sacrificar el estilo para llamar a las cosas por su nombre, ¿verdad?
Aléjese lo que pueda de semejante circo.
Juan Pedro Quiñonero says
Don Eduardo, le agradezco el consejo en lo que vale, que es mucho, viniendo de usted.
Dicho esto, en el terreno estilístico, a estas horas de la noche y no se cuantas sin dormir no me encuentro en la mejor forma. Nobody’s perfect.
Jesús Calero says
Por lo que se vé Chirac también quiere un fórum de las culturas, pero más corto de presupuesto… o de agujeros monetarios. Sobre los agujeros culturales, modélico y muy prudente el post.
Igual había que publicarlo más allá del blog…
…pero casi me quedo con google y su ánimo cuantitativo de las culturas y las fronteras
Anonymous says
Me pregunto si siquiera alguna de las múltiples vanguardias europeas (años …10-..30 del siglo pasado), conociendo de que clase de ralea se trataba y por supuesto excluyendo a los turcos del Café Voltaire, podría ser invitada al Encuentro para una Europa de la cultura.
Uff,… suena a demasiada institución, con presupuesto, protocolo, corrección política, impacto mediático,… La cultura-espectáculo al auxilio de los políticos…
k.
Eduardo says
Le agradezco el hiperbólico cumplido en lo que vale, que es mucho viniendo de usted.