Semanario socialdemócrata, Le Nouvel Observateur lanza el centenario de Jean-Paul Sartre (1905 – 1980), que no se cumple hasta el 21 de junio próximo, con un informe de veintitantas páginas presentadas con este titular: ¿Hay que quemar a Sartre?.
Para intentar responder a tal pregunta, con cierta simpatía ecuánime, el semanario entrevista al historiador Michel Winock, que, sin entrar en el Sartre filósofo o crítico literario, califica de este modo unas posiciones que tuvieron en su día una influencia palmaria, a geometría variable:
1. ¿Qué queda del antiguo intelectual revolucionario?: “Su rechazo a la resignación contra la injusticia”.
2. ¿En qué acertó?: “Ante la descolonización y ante el conflicto entre los palestinos e Israel”.
3. ¿En qué se equivocó?… Winock enumera los errores mejor conocidos:
-Estudiante, en Berlín, entre 1933 – 1934, “ni vio ni se interesó por la ascensión del nazismo”.
-Durante la ocupación nazi de Francia, publicó con éxito importantes libros y tuvo una resistencia “comodona” y tardía.
–“Se convirtió en compañero de viaje de la URSS (1952) en plena dictadura stalinista”.
-A pesar de su ruptura “formal” de 1956, “continuó apoyando el “socialismo real” durante varias décadas”.
–“Su gusto por lo subversivo le impedía comprender la socialdemocracia, el sindicalismo y el reformismo”.
-Teórico de la libertad, “¿le gustaba a Sartre la democracia…?”. Winock no se atreve a responder con franqueza brutal, pero recuerda que fue Sartre, “ángel tutelar de los maoístas europeos”, quién lanzó este célebre slogan: “Las elecciones son una trampa para gilipollas” (“élections, piège à cons”).
Sin ánimo doctoral, me atreveré a recordar que Sartre defendía con cierta simpatía apenas velada no pocos de los asesinatos terroristas de la Fracción Ejército Rojo (FER) alemana. Yo estaba a las puertas de la cárcel de Stammheim el día que el filósofo visitó a Andreas Baader (¿suicida?, ¿suicidado por sus carceleros?) y sobre quien escribió una reflexión que él consideraba “lírica”, silenciando el incendio criminal de supermercados.
Javier says
Una figura repleta de claroscuros. Negro: su justificación de los crímenes del sistema soviético como «enfermedad infantil de una nueva historia, el camino suplementario que la humanidad debe recorrer para acceder un día al humanismo».
Blanco: la cita que mencionas sobre las elecciones es un canto a la libertad y una crítica a la «tiranía» de la democracia (un hombre, un voto, sí pero…)
La opinión de Carlos Semprún, autor de «Vida y mentira de Jean-Paul Sartre», la podéis leer aquí y aquí .
Por cierto, el próximo día 7 se estrena en Alemania una exposición sobre la RAF .
Yavannna says
A mi es que me cae bien Sartre, aunque tenía ciertas cosas con las que no estoy de acuerdo. 😀
el brujo don carlos says
Tanto si su autor cometió errores como si no, «La Nausea» es una grandísima obra, eso no debería olvidarse. Y lo de que las elecciones es una trampa para gilipollas es algo que muchos ya llevamos tiempo sospechando.
Wallenstein77 says
Hola a todos:
A mi esta reseña de Sartre me recuerda mucho a la posicion poco comprometida durante la ocupacion nazi de Lucien Febvre uno de los padre de Annales (revista y corriente historiografica) frente a la posicion de Marc Bloch, que de hecho murio fusilado por su pertenencia activa a la Resistencia francesa y con una posicion mucho mas critica con el pais, como se puede ver en su libro La extraña derrota. Mayor de 1940, hoy vuelto a editar en España por Critica.
Saludos a todos.
Juan Pedro Quiñonero says
Por supuesto…
1. Hay muchos Sartres. El Sartre político es un horror.
2.¿El Sartre novelista?????… Hace siglos que no lo releo. Pero NO quiere decir literalmente nada. A releer si hay que decir algo.
3. El Sartre filósofo… ¿cual de ellos?… ¿El existencialista?… tuvo éxito en el París ocupado y en la inmediata postguerra: NO sé si aguanta el tipo con Wittgenstein y Heidegger. GSteiner piensa que ese Sartre solo es una nota a pie de página de Seins und Zeit. Pero bueno. ¿El Sartre que dice que el marxismo es el horizonte de nuestra época?. Me temo que descarrilaba.
4. El sartre dramaturgo… lo recuerdo como un tostón: pero no diré más.
5. El sartre crítico literario: roza la genialidad cuando habla de Genet o hace una apología lírica de la literatura; puede decir horrores hablando de Baudelaire; y roza lo incomprensible en su monumental Flaubert (El idiota de la familia).
6. El Sartre publicista: de una Mala Fe endemoniada, cuando denuncia de muy mala manera a Albert Camus o Raymond Aron.
Conclusión: un hombre que ha escrito tanto ha podido equivocarse mucho; pero quizá sea prudente un respeto para el grafómano empedernido.
Juan A. Hervada says
Una boutade:
Histrión intelectual o intelecto histriónico…Sartre era sólo un cliente asíduo del Café de Flore cuando ya los asíduos del sitio empezaban a verse a sí mismos desde fuera, a asistir a su propia función teatral. Francia necesitaba intelectuales comprometidos para olvidar la vileza de la colaboración de Celine y tantos otros…
Camus y Malrraux, además de tener talento por espuertas, eran. Siempre me ha quedado la duda de que Sartre estaba condenado a una eterna surenchère de parecer, de vivir para épater le bourgeois
Yavannna says
Sartre Fue.
Escribió mucho y erró en ocasiones, pero el sartre Filosófo y el Sartre escritor a mi me parecen deliciosos.
Soy demasiado joven quizá para afirmar si se necesitaba o no una figura como la de Sartre, pero a mi parecer este hombre estaba allí,cuando hacía falta una figura similar a la suya.
Molinera says
A mi em resulta una figura antipàtica, per les seves contradiccions i suport a dictadures rere una màscara ‘progre’ però això no li treu volada intel·lectual, no tots els simpàtics i coherents escriuen bé ni a l’inrevés.
Esteban says
Queridos amigos: Tengo 19 años y estudio letras; lo que me pone furioso es la extrema crudeza con que tratan al filósofo del S. xx, es decir, Sartre fue un sabio en todos los campos: ello lo demuestra su participación activa en la literatura, en la política, en las cs. sociales, en la socilogìa…¿Qué quiero decir? Que yo he decidido la vida y por eso me comprometo a areglar el mundo transformándolo; porque creo que eso fue la enseñanza más radical que nos legó este teórico del compromiso social. Así que, si funcionó conmigo…me parece que en muchos puede modificar sus conductas para el bien de la Humanidad. Gracias