En la inauguración del Bosque de los Ausentes estuvo
presente el Rey de Marruecos; pero no participaron en las
ceremonias madrileñas ni Jacques Chirac, ni Gerhard
Schroeder, ni Tony Blair, ni Silvio Berlusconi.
La mayoría de ellos —-y Chirac el primero—- si
participaron en las ceremonias conmemorativas del 11-S
neoyorquino.
¿No fueron invitados a participar en las grandes ceremonias
nacionales consagradas a la memoria de las víctimas del
11-M? ¿No era oportuna su presencia para recordar la
solidaridad entre los pueblos europeos? ¿El corazón de
Europa no debe latir y hacerse realidad visible a la hora
de rendir homenaje a las víctimas de un crimen que llegó
a presentarse, en su día, como un 11-S europeo?
La ausencia de Aznar quizá se “justifica” en nombre del
odio cainita que lleva siglos sembrando nuestra (s)
cultura (s). Quienes nos llaman, vienen y van en guerrilla
electoral permanente, en nombre de Europa, no estuvieron
presentes en la inauguración del Bosque de los Ausentes.
¿Se trata de un olvido? ¿De indiferencia? ¿De
inoportunidad? ¿De sutilezas diplomáticas ante el dolor de
un pueblo caído de hinojos recordando a sus muertos?